Con el reciente estreno de la versión real de 'Aladdín', el 24 de mayo, ha surgido una controversia alrededor de la actriz que interpreta a Jasmine, Naomi Scott, debido al uso de una actriz mitad británica, mitad india para el papel, en lugar de una actriz de ascendencia árabe.
En una entrevista con The New York Times, el actor que interpreta a Aladdin, Mena Massoud, se mostró claro y seguro cuando le preguntaron por las críticas que había recibido su compañera en redes sociales:
"Es algo gracioso que pasa en internet: los de Oriente Medio quieren que Aladdin sea una historia de Oriente Medio, los de la India quieren que sea de la India. Lo cierto es que es una historia del siglo XIX y Agrabah es un lugar ficticio, fruto de la mezcla de India, Asia y Oriente Medio".
Buenas intenciones
"De hecho, Aladdin es chino en la historia original" acaba culminando el actor, que deja claro que lo que buscaban era la representación de diferentes culturas, en lugar de quedarse con una.
Por su parte, Naomi Scott se mantenía muy positiva respecto a la representación en el cine, según le contaba a Digital Spy:
"Se centran en el «No va a vender» y siempre acaban vendiendo: 'La Bella y la Bestia', 'Wonder Woman', 'Black Panther', son ejemplos de que venden y se están rompiendo estas barreras. Creo que la gente quiere verse representada y vivimos en un mundo gigante con muchos tipos de gente a la que representar".
Es difícil no caer en la crítica fácil con una película que tiene tanto que representar y de manera que no ofenda a nadie tanto en cuestiones de cultura como de género. Lo que queda claro es que tanto por parte de Disney como del equipo, las intenciones no solo no eran malas sino que buscaban la concordia en los mismos temas que se les está criticando.
