Los paparazzi son uno de los grandes inconvenientes de la vida de los actores y las actrices, pero parece que en alguna ocasión pueden venir bien para verse desde fuera. Al menos así lo ha sido para Cara Delevingne, que tras muchos años de problemas con el alcohol y las drogas comenzó su rehabilitación a raíz de unas fotografías tomadas el pasado septiembre en el festival de música Burning Man, donde se la veía comportándose erráticamente. Las fotografías despertaron la preocupación del mundo entero. "No estaba bien", confiesa la actriz en la portada de la edición de marzo de Vogue.
La modelo y actriz, que siempre se ha mostrado disponible a hablar de sus problemas, se abre del todo con la revista para relatar en qué momento de la vida se encuentra ahora, con cuatro meses ya sobria tras ingresar en una clínica de rehabilitación. A pesar de que tuvo varias intervenciones de parte de sus seres queridos, admite que entonces aún no estaba preparada. "Ese es el problema. Si no estás hundida en el suelo y lista para levantarte, no lo harás", dice Delevingne, según recoge Hollywood Reporter.
"Hay un elemento de sentirme invencible cuando estoy drogada. En esos momentos me pongo en peligro porque no me importa mi vida", confiesa. "Es algo que asusta a la gente que te rodea y que te quiere". Habla en concreto de la relación con su madre, quien también fue víctima del abuso de sustancias. "Durante mucho tiempo, no me puse en sus zapatos. Solo necesitaba alguien con quien enfadarme y me enfadaba con ella, pero no era su culpa".
La actriz relata que la primera vez que abusó del alcohol fue a los 7 años en una boda, donde fue tomando copa tras copa de champán. "Me desperté con resaca y vestida de dama de honor en mi dormitorio en la casa de mi abuela". A medida que creció, sus problemas aumentaron: padeció insomnio y dispraxia, un trastorno psicomotriz que dificulta coordinar incluso los movimientos más simples, y también lo que denomina "autolesiones involuntarias". Cuando entró en la aún más complicada edad que es la adolescencia, "todo se vino abajo". En su momento habló de las dificultades que tuvo con enfermedades mentales: "A los 15 años me golpeó una ola masiva de depresión y ansiedad". En el perfil de Vogue, concreta que usaba las fiestas y el alcohol como mecanismo de escape de todas las preguntas sobre sí misma y sobre su futuro que no era capaz de contestar.
Cambio de vida
Para superar sus traumas y adicciones, Delevigne ha llevado a cabo el reconocido programa de 12 de doce pasos y lleva un estilo de vida saludable con tres comidas diarias, yoga, meditación y terapia grupal. Destaca también que la comunidad que formaba parte del programa fue lo que lo cambió todo para ella. "Lo contrario de la adicción es la conexión, y realmente la encontré en los 12 pasos". Ahora que se ha dado cuenta de la importancia que tiene la salud física en su salud mental, asegura que trabajar en ella misma es su prioridad en su vida, incluso antes de su carrera.
"Antes siempre intentaba sanar rápidamente, yendo a un retiro de fin de semana o haciendo un curso sobre trauma que, como mucho, me ayudaba un minuto, pero nunca llegaba a lo esencial, a lo profundo", dice. "Por supuesto, este proceso tiene sus idas y venidas, pero estoy empezando a darme cuenta de muchas cosas". Subraya que no es tan fácil como decir que ya no está adicta y que ahora está sobria. "No pasa de la noche a la mañana. Por supuesto, quiero que las cosas sean inmediatas. Creo que esta generación en especial quiere que las cosas pasen rápidamente. Pero he tenido que profundizar más".
