A comienzos de 2021, con la pandemia haciendo estragos en nuestras vidas y en Hollywood, 'WandaVision' se alzó como brillante válvula de escape catódica para los fans de Marvel y de las series. Con ella, el UCM daba paso a una nueva era, entrelazando por primera vez películas y series, y rompía el molde con un ingenioso y cuidadísimo homenaje a la sitcom estadounidense a través de la historia para hablarnos de la pérdida y el duelo.
La serie marcó un antes y un después y nos hizo felices (aunque también nos dio bastantes golpes emocionales) semana a semana, culminando en un final que reafirmaba a Wanda Maximoff como uno de los personajes más interesantes de Marvel y elevaba a su villana, Agatha Harkness, como la gran revelación de la serie. Una robaescenas nata interpretada por Kathryn Hahn, que por fin recibía las flores que se le debían por su talento cómico después de muchos papeles secundarios en televisión.
Su papel y la canción 'Agatha All Along' se hicieron virales y Marvel Studios decidió darle su propio spin-off, que llega tres años después. Muchos creen que ya es tarde, ya que el fervor por el personaje se pasó hace tiempo y, hoy en día, el estudio no le habría dado luz verde, pero 'Agatha en todas partes' llega a Disney+ con la intención de ser mucho más que un meme extendido, ahondando en la mitología de las brujas en el UCM y llenando además un hueco de representación en Marvel que cada vez parece peligrar más.
De Westview a la Senda de las Brujas
'Agatha en todas partes' retoma la historia poco después de los acontecimientos de 'WandaVision'. Agatha/Agnes está atrapada en Westview tras ser hechizada por Wanda y no recuerda quién es realmente. Con la ayuda de una misteriosa mujer (Aubrey Plaza) y un adolescente (Joe Locke) que acude a ella para pedirle ayuda, Agatha escapa del encantamiento y se embarca en una aventura junto al chico y un grupo de brujas exiliadas de la magia, adentrándose en la Senda de las Brujas para recuperar sus poderes.
Jac Schaeffer, la creadora de 'WandaVision', también está detrás de este spin-off, que continúa la labor de la serie madre como homenaje a la televisión, abriendo un poco más sus horizontes narrativos para seguir explorando la vertiente mágica del UCM y el universo de Bruja Escarlata. Aquí, la historia no se confina a la sitcom, sino que se extiende hacia otros géneros para rendir tributo a la figura de la bruja, su representación en la cultura popular y su reflejo en la sociedad. De ahí que sus geniales créditos finales estén formados por imágenes de brujas populares de la ficción.
Con un espíritu bastante juguetón y descarado, Schaeffer y su equipo de guionistas saltan de género en género para realizar un pastiche con espíritu desenfadado y momentos muy camp, en el que cualquier desviación tiene cabida y donde, como en su antecesora, las fronteras que acotan la realidad se confunden. La serie empieza como una parodia del thriller criminal nórdico, con guiños a 'Mare of Easttown' (la miniserie que le quitó el Emmy a 'WandaVision', ojo), en la que Agatha (o Agnes) es una detective a cargo de la investigación de un asesinato. Y a partir de ahí, todo es posible.
Al final del segundo episodio, el nuevo aquelarre de Agatha se adentra en la Senda de las Brujas, donde todas se enfrentarán a una serie de pruebas relacionadas con sus miedos, sus secretos y sus pasados. Estas pruebas se desarrollan de manera similar a los escape rooms, con las brujas atrapadas en un lugar cerrado, donde deben juntar las pistas para escapar antes de que se les acabe el tiempo.
En las pruebas, la serie se nutre de diferentes eras y géneros del cine y la TV, pasando del más puro terror (aquí están las imágenes más espeluznantes del UCM hasta ahora) a la comedia, el musical de los 70 e incluso los realices al estilo 'Real Housewives'. Una mezcolanza tan caótica como divertida, salpicada de números musicales (no os vais a poder sacar de la cabeza el pegadizo tema central, 'The Ballad Of The Witches Road', compuesto por Robert Lopez y Kristen Anderson-Lopez) y a ratos muy excéntrica, que gran parte del tiempo nos pide no tomarnos demasiado en serio lo que está ocurriendo.
Un aquelarre de altos vuelos
Uno de los principales puntos fuertes de 'Agatha en todas partes' es su fantástico reparto. Hahn vuelve a regalarnos una sobresaliente exhibición de comedia, subiendo el volumen al histrionismo para adaptarse a cada una de las formas que toma la serie. Es una showwoman y su trabajo sigue siendo excelente (aunque a veces resulte ligeramente excesivo), pero además, en esta ocasión, añade más capas para humanizar a Agatha y exteriorizar su conflicto interno, marcado por el pasado. En un ejercicio similar al de Tom Hiddleston en 'Loki', Hahn difumina las líneas que separan al villano del héroe con matices y vulnerabilidad, pero sin perder su característico descaro malvado y desdeñoso.
En el corazón de la serie nos encontramos la relación entre Agatha y el adolescente que interpreta Joe Locke. El joven actor de 'Heartstopper' es otro de los grandes aciertos de 'Agatha en todas partes', entre otras cosas por la conexión que tiene con Hahn, pero también por lo bien que se desenvuelve en el que es solo el segundo papel de su carrera. Entre los dos se desarrolla una divertida dinámica que funciona como metáfora de la relación que a menudo se entabla de los jóvenes queer hacia las figuras femeninas: ya sea una figura materna, una leyenda del pop, un mito del cine o una tía enrollada. Agatha desempeña ese rol para Adolescente (como se refieren al personaje mientras su identidad se mantiene en secreto), que en cualquier momento parece que le va a gritar "mother!" chasqueando los dedos.
En el resto del elenco no hay eslabón débil. Sasheer Zamata, Ali Ahn, la leyenda de Broadway Patti LuPone y Debra Jo Rupp completan el aquelarre. La química grupal es de lo mejor de la serie y cada una de ellas cuenta con una historia personal y su momento (o momentos) para brillar. Pero en este caso, la robaescenas (con permiso de LuPone) es Rupp, la mítica Kitty Foreman de 'El Show de los 70', que aquí aporta la nota más hilarante y puramente sitcom. La actriz está en su salsa interpretando a la Sra. Hart, una vecina de Westview sin poderes intentando por todos los medios mantener el ritmo de las brujas. Y por último, hay que destacar a Aubrey Plaza, que nació para interpretar a Rio, una bruja vinculada al pasado de Agatha que añade el componente más sexy y misterioso a la serie, saltando las chispas cada vez que está en escena con Hahn y llevando la historia por derroteros que hará muy feliz a cierta demográfica.
La serie más queer de Marvel
La relación de Marvel (y Disney) con la representación y la diversidad en sus productos ha dado sus frutos en los últimos años, pero el estudio parece estar cediendo a la ola "anti-woke" (por llamarlo de forma suave). 'Agatha en todas partes' representa no un paso, sino un salto hacia adelante en este sentido, aunque solo sea en el contexto del estudio.
Es una serie protagonizada casi íntegramente por mujeres, con diversidad racial y en la que nada de esto se siente "forzado" (¡es una historia de brujas!), si es que tal cosa existe en lo que se refiere a representar la realidad del mundo. Casi todas sus protagonistas tienen más de 40 años (dos de ellas más de 70). El único protagonista masculino es abiertamente gay. Y hay (bastantes) más personajes queer, de hecho, es el proyecto del UCM con mayor número de personajes LGBTQ+. Todo esto la convierte en el título de Marvel más progresivo en ese sentido, pero la resistencia en contra de este tipo de historias se ha vuelto más intensa últimamente, como hemos visto con 'The Marvels' o 'The Acolyte'.
"Agatha y las brujas son una forma preciosa de reconocer a la audiencia del UCM que se ha sentido diferente, o perseguida, o abandonada a su suerte", nos decía Hahn en nuestra entrevista con ella. Y ahí está la clave. 'Agatha en todas partes' utiliza el mito de la bruja, símbolo de las inadaptadas, las perseguidas, las castigadas por ser diferentes, como metáfora de la audiencia a la que se dirige con complicidad. Esta serie no es perfecta, pero está hecha especialmente para "las brujas" del fandom y sus aliados (sin desatender al fan medio de Marvel). Los citados ejemplos recientes nos han enseñado que no todo el mundo está preparado para aceptar eso, pero ninguna hoguera nos ha parado hasta ahora.
El hechizo funciona a medias
Ahora bien, pese a ese nivel de representación, su sentido de la diversión y un reparto estupendo y entregado a la locura de la propuesta (la acción, las canciones, el terror, la comedia física... van con todo al 100%), a la serie le cuesta un poco arrancar y es bastante dispersa en cuanto a ritmo y estructura. Los dos primeros episodios, aunque necesarios para sentar las bases de la historia, pueden no ser la carta de presentación más atractiva para el espectador medio. Y aunque coge impulso a partir del tercero, cuando el grupo se completa e inicia el camino por la Senda de las Brujas, el formato de las pruebas tarda poco en volverse repetitivo.
Por el lado bueno, 'Agatha en todas partes' recuerda mucho a la televisión de antes. Al igual que 'WandaVision' simulaba con éxito las diferentes etapas de la sitcom, este spin-off, con su naturaleza también marcadamente episódica, puede provocar la sensación de estar viendo una serie fantástica de los 90/2000 en la línea de 'Buffy, la cazavampiros' o 'Hechiceras', con sus efectos prácticos, sus criaturas y su "misterio de la semana" intercalado con un arco central que va añadiendo pistas, sorpresas y revelaciones a medida que avanza. En ese sentido, 'Agatha' es probablemente lo más televisivo que ha realizado Marvel Studios hasta ahora para Disney+ (también en lo visual, porque salta a la vista que el presupuesto es más ajustado). Una serie serie que, casi con toda seguridad, se beneficiará especialmente de su lanzamiento semanal.
Habiendo visto los primeros 4 episodios, nuestra percepción de la serie es parcial. Mucho puede cambiar en los 5 restantes, y esperamos que así sea. 'Agatha en todas partes' plantea numerosos misterios con mucho potencial que dejan con ganas de seguir recorriendo la Senda para ver qué sorpresas nos deparan y comprobar si el hechizo termina causando efecto. La serie es irregular, sí, pero se nota que está hecha con cariño, detallismo y ganas de hacer algo más que un producto de relleno (aunque su propia naturaleza se lo dificulte). Además, es el visionado ideal para Halloween, un divertimento spooky al que no hay que exigirle demasiado, porque no busca ser la nueva 'WandaVision', sino su tía aficionada al vino y con ganas de karaoke.