Siempre se dice que es mejor ir a ver ciertas películas "evento" sabiendo lo menos posible para vivir todos los giros y sorpresas al máximo. Por respeto a eso, a veces escribir la crítica de algunos títulos resulta una misión muy complicada, pero con 'Avengers: Infinity War' es algo casi imposible. Merece tanto la pena que vayáis a verla casi sin saber nada que voy a poner todo mi empeño en realizar un análisis técnico pasando por encima de la trama, que ya tendremos tiempo de debatir. Ahora bien, como dice una compañera de eCartelera, lo que no podré evitar es "spoilear por condicionamiento emocional", es decir, transmitir cómo me he sentido al verla, que quizás para algunos es un spoiler en sí mismo. Para esos, quizás es mejor que dejéis de leer. Para los demás, allá vamos, que el viaje va a ser de locura.
Marvel lleva inflando este "fin de una era" desde que en 2014 anunciaron el título del gran colofón de las tres primeras fases de su Universo Cinematográfico. Los fans no pueden más del hype, y eso puede ser muy peligroso porque cualquier paso en falso puede reventar una burbuja que les lleva funcionando diez años. Los hermanos Russo, que nos han dado dos de las mejores cintas de la franquicia ('El Soldado de Invierno' y 'Civil War'), se ponen a los mandos de su primera película de los Vengadores (si no contamos la tercera de Capitán América), con una labor, nunca mejor dicho, titánica: juntar a TODOS los personajes del Universo Marvel que conocemos de forma equilibrada y enfrentarlos a uno de los villanos más famosos de las viñetas, otro que lleva años y años de hype: Thanos. Todo podría salir muy mal, pero ay, qué bien ha resultado.
Por partes. Como ya sabemos, 'Infinity War' se centra en la búsqueda de Thanos de las seis Piedras del Infinito con las que podría destruir medio planeta con el chasquido de dos dedos. Su ambición es tal que va a acabar logrando que todo Marvel se ponga en su contra. Doctor Strange tiene una, Visión existe gracias a otra, Loki robó una tercera, el Coleccionista tiene una cuarta, la Nova Corps custodia la quinta, y de la sexta nadie conoce su paradero. Los Vengadores, Guardianes, la gente de Wakanda y demás héroes harán todo lo posible para evitar que que Thanos decore su Guantelete con estos poderosos MacGuffins.
Las primeras partes de la película (recomendable refrescar 'Civil War', 'Thor: Ragnarok' y 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2') buscan situaciones para juntar a personajes que no se habían cruzado antes y desarrollar nuevas dinámicas y caminos que compartir. Aquí Joe y Anthony Russo consiguen el primer hito de 'Infinity War': lograr un equilibrio de tramas y personajes sin perder la esencia de cada uno de ellos. Los Guardianes siguen siendo los Guardianes, Tony Stark sigue siendo Tony Stark, Thor es Thor (el de 'Ragnarok', claro), y lo mismo con todos los demás. Y cuando se juntan mantienen su personalidad a la perfección, e incluso el tono que tendrían sus filmes en solitario. Como alquimistas expertos, los Russo consiguen que la mezcla sea una bomba que no les explota en la cara. Destacan los cruces de Thor con los Guardianes (a los que se nota que James Gunn ha echado una mano para que sigan siendo ellos, incluso Teen Groot) y de Iron Man con Doctor Strange (esos dos egos tenían que dar mucho juego). Casi todos los personajes cuentan con momentos para brillar, aunque siga habiendo algunos, como la pobre Viuda Negra o incluso Steve Rogers o Black Panther, que aparecen para luchar pero no tienen un arco argumental muy trabajado. Por contra, personajes como Thor o Gamora cuentan con historias muy desarrolladas e interesantes, sobre todo ella por estar directamente relacionada con Thanos.
Pero, como probablemente hayáis leído ya, sorprendentemente en 'Avengers: Infinity War' no son los Vengadores los protagonistas: es Thanos. Era la única manera de crear un villano que estuviera a la altura de semejante evento, darle el papel principal, y vaya si lo consiguen. Thanos es el personaje más interesante, mejor construido de 'Infinity War' y con el desarrollo más sorprendente que hayamos visto en un villano de Marvel, la trama en gran medida avanza con su historia, no con la de los demás. Al igual que ocurría con Killmonger, entendemos perfectamente las motivaciones del personaje de Josh Brolin, que consigue aunar esa tendencia al genocidio con "un propósito por el bien común". Thanos es implacable, es terrorífico, es carismático, es un Titán gigantesco que no duda en lograr su objetivo. Pero también es profundo, llega a rozar a veces la empatía, y va sacando capas y capas a lo largo de la película. Roba toda la atención en 'Infinity War', y ese es otro de los grandes logros de la cinta. Un impresionante CGI y un Josh Brolin que lo ha dado absolutamente todo por el personaje lo terminan de redondear (su interpretación está a la altura del César de Andy Serkis). Le acompaña la Orden Negra, "hijos adoptivos" como Gamora y Nebula, a los que Thanos ha conseguido lavar del todo el cerebro y que son su pequeña secta. Aunque cumplen su labor dando caña a los protagonistas, son personajes casi nada desarrollados y no son de las cosas que se quedarán grabadas en la retina una vez salgamos de la sala.
Es uno de los pocos puntos algo negativos de una superproducción que es gigantesca y en la que casi todo funciona como un reloj. De hecho, creo que no había visto una escala igual desde 'El Retorno del Rey'. La banda sonora de Alan Silvestri da empaque a cada escena (y cuenta con homenajes a todo este camino de diez años). La batalla de Wakanda es descomunal, aunque el enemigo sean simbiontes que solo aportan algo por número. Los escenarios son una preciosidad, aprovechan mucho lo aprendido de los viajes espaciales de 'Guardianes de la Galaxia' y se mezclan perfectamente con la estética de las localizaciones terrestres. Y los efectos especiales son de locura, por cada escena en la que el ordenador se nota más (que la hay, al haber tanta batalla hay una carga digital importante) hay momentos que son de una épica tal que compensan las bajadas de calidad. 'Avengers: Infinity War' es la acción que hemos visto en Marvel hasta ahora pero puesta de esteroides, son 300 millones de dólares que se hacen notar. Para los que no sean fans de este tipo de películas seguirán siendo puro ruido, para los marvelitas va a resultar todo un espectáculo. Porque este filme es el regalo de décimo aniversario para los fans. Además, la trama está impregnada de pequeños guiños o regalos a los que han sido fieles desde el principio, recordando frases o momentos de películas anteriores que dan esa sensación de que hemos recorrido un largo camino para llegar hasta aquí.
El paso más arriesgado de Marvel
Lo fuerte es que la película es la más larga de Marvel (dos horas y media) y, a pesar de ello, es de las que más cortas se hace. Porque ya empieza con una escena que es pura tensión y en ningún momento decae el ritmo, siempre están pasando cosas, en ocasiones muchas a la vez, y aún así no pierde comba. Pero es en el último tramo de la cinta cuando, literalmente, uno se olvida de respirar hasta que llegan los créditos (y hablo de unos tres cuartos de hora o una hora). Toda la película es sorprendentemente oscura y solemne hasta cierto punto, por mucho humor que salte de vez en cuando (y que, como siempre, si os convence os partiréis de risa, y si no lo hace os sacará de la historia). La emoción se siente, muchos personajes son llevados al límite, y hay momentos que van a escocer. Pero cuando la película se va dirigiendo al final, es un auténtico no parar. Llegados a este punto, uno solo puede quitarse el sombrero por los Russo, por haber sido capaces de llevar a cabo todo esto y que funcione, de presentarnos sitios nuevos, alianzas inesperadas, elevar el listón emocional, rendir homenaje a lo pasado, toda esa acción, un humor tan Marvel. La película usa la fórmula marvelita que les lleva funcionando tantas veces, y que si no os convencía antes, no lo va a hacer ahora. Pero pocas veces ha parecido tan engrasada con tantas piezas a la vez. La trama al principio es clara y tirando a predecible, la vemos venir, por muchas sorpresas que queden todavía por desvelarse. Pero nada nos puede preparar para el final. Los tienen como piedras. Co-mo-pie-dras. El propio desenlace de la película es lo más arriesgado y kamikaze que ha hecho Marvel jamás. Pelos de punta con la carga dramática de unos momentos finales que van a dejaros con el culo clavado en la butaca, y que posiblemente van a cabrear a muchísima gente - sin duda, no van a dejar a nadie indiferente. Pero llegados a este punto del Universo Cinematográfico Marvel, por supuesto que lo pueden hacer porque no tienen nada que probar. Aunque nos sintamos un poco desconcertados, troceados incluso, allí vamos a estar para lo que venga después. Y los Russo tienen todo mi respeto por haber hecho lo que han hecho. Aunque habrá que ver qué supone para el futuro del Universo Marvel. Preparaos para teorizar.
Lo que sí hay que decir es que nos han engañado un poco (bastante). 'Avengers: Infinity War' se ha vendido como el fin de una era, y como muchos nos temíamos es más el principio del fin. Una "Parte 1" en toda regla, con muchísimo que tratar en 'Avengers 4' (¿nos quejábamos de la espera por 'Infinity War'? No teníamos ni idea de la que se avecinaba). Pero no me malinterpretéis, 'Infinity War' es una película propia, con un sentido en el plan maestro. Y de hecho es un peliculón. Pero no es el gran final que nos prometieron. Es un final, pero no EL final que puede que esperéis. A pesar de ello, 'Infinity War' ya es la película de escala más épica que hemos visto en años, tiene esa sensación de homenaje a una década de aventuras y le da a cada personaje un sitio en este universo, además de presentarnos a un villano que consigue, con creces, salvar el hype. Es una hazaña que hay que vivir en el cine, y que no deberíais dejar que os la contaran. Vais a querer vivirla de primera mano, os lo aseguro. 'Avengers: Infinity War' es lo que esperábamos, y a la vez no. Descubrir esas sorpresas y volver a sentirnos parte de este mundo que ha crecido hasta convertirse en el mayor mastodonte de las salas de cine bien merece la pena pagar la entrada (y probablemente querréis repetir). Y no, no voy a decir qué pasa con Ojo de Halcón.
Nota: 8
Lo mejor: Que consiga equilibrar tantos personajes y tramas como lo hace. Solo por Thanos merece la pena pagar la entrada. Una épica no vista desde 'El Retorno del Rey'. Un ritmo que hacen que dos horas y media se pasen volando.
Lo peor: Que la Orden Negra no esté a la altura de Thanos. Que haya personajes que sigan estando en un segundo plano. Que a veces los efectos digitales sean demasiado descarados. Si no te han gustado las anteriores, esta tampoco te va a hacer cambiar de opinión.
PD: Quedaos hasta el final de los créditos (por supuesto).