El tono de este artículo mezcla información y opinión.
Explicaba Karla Sofía Gascón en un comunicado enviado a los medios el 31 de enero que desactivaba su cuenta de X para proteger a su familia y a ella misma de una "campaña de odio y desinformación", sin embargo, sigue activa en Instagram, igual demasiado activa.
La actriz de 'Emilia Pérez' nominada a un Oscar (al menos por ahora) ha compartido una nueva publicación con un extenso texto que si bien dice que quiere empezar con una disculpa, termina justificando sus tweets racistas, apuntando más a sus logros que a sus errores y encomendándose una misión de paz y representación para la que definitivamente no ha estado a la altura. La leyenda de la foto dice así:
"ELLOS YA GANARON. Lo primero que me gustaría hacer es pedir mis disculpas más sinceras a todos aquellos que se hayan sentido mal por mi forma de expresarme en cualquier etapa de mi vida.Tengo muchas cosas que aprender en este mundo, las formas son mi defecto principal.
La vida me ha enseñado algo que nunca quise aprender: me queda claro que por mucho que tu mensaje sea uno, sin utilizar las palabras correctas, se convierte en otro.
He pasado de vivir una vida normal a una vida en lo más alto de mi profesión en tan solo seis meses, ahora mi responsabilidad es muy grande porque mi voz no solo me pertenece a mí sino a muchas personas que se sienten representadas y esperanzadas conmigo.
Me aferré al budismo de Nichiren para cambiar mi vida y la de los que me rodean a mejor, creo que así ha sido. No puedo reparar mis actos del pasado, solo puedo decir que hoy no soy la misma persona que hace 10 o 20 años, que aunque igualmente no había cometido ningún crimen tampoco era perfecta, ni siquiera lo soy ahora. Solo intento aprender y ser mejor persona cada día.
Reconozco, entre lagrimas, que ellos ya ganaron, han conseguido su objetivo, manchar, con mentiras o cosas sacadas de contexto mi existencia. Cualquiera que me conozca sabe que no soy racista (se sorprenderán cuando descubran que una de las personas más importantes en mi vida actual y que más quiero es musulmana) ni ninguna de las cosas por las que me han juzgado y condenado sin juicio y sin opción a explicar su verdadera intención; siempre he luchado por una sociedad más justa y por un mundo de libertad, de paz y de amor. Jamás apoyaré las guerras, el extremismo religioso o la opresión de las razas y los pueblos.
Han creado post como si fuera yo insultado hasta a mis compañeras, cosas que escribí para glorificar como si fueran críticas, chistes como si fueran realidad, palabras que sin el trasfondo solo parecen odio.
Todo con tal de que no gane nada y me hunda.
Mi madre me dijo ayer algo hermoso: «Me importa bien poco que ganes nada, solo quiero que estés bien y no te hagan daño».
«Mamá, la vida me ha puesto aquí para mandar un mensaje de esperanza y amor en este mundo, y lo voy a cumplir»".
Lejos de hacerse cargo de la situación, reconocer sus errores o simplemente disimular que se arrepiente para que la opinión pública la perdone, Karla Sofía Gascón elige victimizarse y seguir señalando como culpable de todas sus desgracias a una campaña de odio y transfobia que si bien existe, eso es innegable - hemos visto toda la basura que se escribió en redes cuando se conoció su nominación al Oscar y fue aterrador - poco o nada tienen que ver con las críticas a sus mensajes racistas y clasistas y tampoco con la aversión que genera 'Emilia Pérez' por su representación de México y, en general, todo lo que está mal con el narcomusical de Jacques Audiard.
Gascón parece reafirmarse en que escribir "putos moros" o llamar al islam "foco de infección" es, simplemente, "una forma de expresarse" (al parecer, y en sus propias palabras, su único defecto) y apunta que nos sorprenderemos al saber que quiere mucho a una persona musulmana. Un "yo cómo voy a ser machista si quiero mucho a mi madre" de manual.
Y siguiendo con este mismo tema, habría que hacer acrobacias mentales para defender que su único problema con esta cultura es el extremismo religioso cuando se quejaba de que cada vez hay más mujeres con hiyab recogiendo a sus hijos en los colegios: "Lo mismo el año que viene en vez de inglés tendremos que dar árabe... y un cordero". El contexto, ese del que dice que estamos sacando los tweets, es que fue a recoger a su hija y vio a mujeres "con el pelo tapado y faldón hasta los talones". Esto lo escribió en 2020.
Es importante señalar la fecha porque en su publicación, Gascón asegura que no es la misma que hace 10 o 20 años, pero los tweets controvertidos van desde 2018 a 2023 e insiste en que no son ningún crimen. Quizá no sea punible, pero en el informe de delimitación conceptual en materia de delitos de odio del Ministerio de inclusión, seguridad social y migraciones de España se puede leer "un discurso de odio podría definirse como cualquier forma de expresión que denigre a una persona o grupo de personas por razón de alguna de sus características, como pudieran ser su pertenencia a una etnia o religión, su nacionalidad, su género o su orientación sexual" y eso lo cumple con creces.
Una misión de amor
Además de compararse con su personaje en 'Emilia Pérez', en otro delirio de grandeza Gascón afirma luchar por una sociedad más justa, pero que el objetivo de la «difamación» a la que se ve sometida es que no gane ningún premio más, aunque su misión en la vida es más importante que cualquier galardón: "mandar un mensaje de esperanza y amor en este mundo". Esto pudiese parecer contradictorio teniendo en cuenta que llamó a la 93ª edición de los Oscar "festival afrokoreano" tras las victorias de Daniel Kaluuya y Youn Yuh-Jung, despreciando su trabajo al manifestar que "se premia al color, al sexo y a la ideología o a los técnicos y artistas sin fronteras. Pareciera que hay que cumplir un cupo étnico, algo que es evidente en las mismas obras".
Por ahora, ni estos mensajes ni el haber acusado falsamente al círculo de Fernanda Torres y al equipo de 'Aún estoy aquí' de "demeritar" su trabajo y de hablar mal de ella y de su película, han tenido ninguna repercusión en las 13 nominaciones al Oscar que ostenta 'Emilia Pérez', aunque la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos le ha hecho unfollow en todas las redes sociales.