Tras las malas críticas que recibió, pocos esperaban el rotundo éxito en taquilla que ha logrado 'Venom'. Y es que el film protagonizado por Tom Hardy acaba 2018 como la quinta película con más recaudación global del año, con 854 millones de dólares, solo por detrás de 'Avengers: Infinity War', 'Pantera Negra', 'Jurassic World: Fallen Kingdom' y 'Incredibles 2'. Todd McFarlane, co-creador de Venom, ha hablado recientemente sobre por qué cree que 'Venom' ha tenido malas críticas, a pesar del éxito comercial.
McFarlane, que también ha dado su opinión sobre la primera aparición de Venom en 'Spider-Man 3' de Sam Raimi, ha defendido 'Venom' en una entrevista con Yahoo, en la que ha achacado las malas críticas a la "edad" de los críticos: "Era una gran montaña rusa. Visualmente, todo venía hacia ti. Creo que a veces... los críticos se equivocan al olvidar su edad. Entran, y tienen 42 años, y entran con su actitud y dicen: 'Basta'. ¿Qué pasaría si tuvieras 16, 15 y estuvieras viendo esta película? Te encantaría... Por supuesto que te encantaría".
Además, McFarlane se ha mostrado más que satisfecho con la adaptación del personaje que hace la película: "Dio lo que se suponía que debía. Era retorcida, desagradable, tiene un Venom enorme y guay, que era lo que estaba buscando [...] Yo solo quería ver que visualmente Venom era como lo que había creado 30 años antes", sentenció el "padre" de Venom.
El Venom de 'Spider-Man 3'
Con lo que no se ha mostrado tan conforme McFarlane es con el diseño y la interpretación de Venom en la tercera entrega de la trilogía protagonizada por Tobey Maguire. Topher Grace fue el encargado de ponerse en la piel del simbionte en esa ocasión, y el resultado no pudo ser más decepcionante para su creador: "Cuando el personaje de Topher Grace se convirtió en Venom, no le añadió mucho peso. Yo le hice mucho más grande intencionalmente porque siempre quise que Peter Parker/Spider-Man se enfrentara a un elefante y no tuviera forma de tumbarlo. Así tendría que encontrar otra manera de hacerlo caer, usando su cerebro en lugar de su fuerza muscular".
Todos los villanos de Spider-Man, de peor a mejor
Rhino
Anunciado como uno de los platos fuertes de 'The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro', el Rhino interpretado por Paul Giamatti terminó resultando algo parecido a un timo. De acuerdo, la idea era contar con él como villano de una tercera entrega que jamás vio la luz, pero eso no es excusa para recordar que la presencia del personaje en la fallida secuela dirigida por Marc Webb se resumía en poco menos de tres minutos. Ni uno más ni uno menos. Lo peor es que, en ese escaso tiempo en pantalla, su apariencia provocaba más risa que terror. Al final, tiene pinta de que quedarnos sin el Rhino de Giamatti fue más una suerte que una desgracia.
Electro
¿Qué era lo más negativo de 'The Amazing Spider-Man: El poder de Electro'? Electro. Tal cual. Más allá de la espectacularidad visual de sus apariciones, indiscutible, Jamie Foxx poco puede hacer, y lo que hace, lo hace mal, con un personaje presentado, escrito, interpretado y desarrollado con desgana y piloto automático, incapaz de crear el más mínimo interés, utilizado de manera oportunista y, lo que es peor, rozando la parodia cómica más temible.
El propio Marc Webb y su equipo parecían conscientes del error y decidieron aparcarlo la mayor parte del tiempo de la trama, centrando toda su atención en la relación entre Peter Parker y Gwen Stacey, el auténtico motor de la película. Mejor así.
Venom
El productor Avi Arad fue muy claro con Sam Raimi en las reuniones previas a la puesta en marcha de 'Spider-Man 3': Venom debe aparecer en la película. El director, cansado de tanta insistencia/ordenes, accedió y coló un villano más a una película desequilibrada de pura ambición, insostenible de tanto peso.
Quizá por esa falta de voluntad propia del cineasta, esta versión de Eddie Brock interpretada por un entusiasta Topher Grace, el único que parece interesado en el personaje, termina ocupando un lugar mucho más secundario de lo deseado, quedando en la anécdota y la curiosidad. Su presencia, a nivel visual y en nuestra condición de admiradores, se agradece, pero el recuerdo que deja es absolutamente nulo.
Lagarto
¿Necesitaba la franquicia de Spider-Man reinventarse cinco años después de 'Spider-Man 3'? Si analizamos el momento en el que se encontraba la visión que Sam Raimi había dado al personaje, y teniendo en cuenta una tercera entrega convertida en placer culpable para muy pocos en vez de película de superhéroes alabada por multitudes, pues sí, un lavado de cara al hombre araña no parecía tan descabellado. El responsable de 'The Amazing Spider-Man', nada más y nada menos que un Marc Webb recién salido de la maravillosa '500 días juntos', parecía tener clara su misión de replantear, ubicar y repetir los esquemas de la trilogía previa, aportando más dramatismo y menos humor. Lástima que la teoría nunca se llegara a poner demasiado (bien) en práctica.
Tras un inicio dubitativo de chistes bastante absurdos y un subrayado de la historia original que todos conocíamos al dedillo, la película despegaba (más o menos) gracias, entre otras cosas, a un villano, Lagarto, que se hacía de rogar, sí, pero no decepcionaba cuando hacía acto de presencia. Interpretado en su forma humana por un Rhys Ifans cumplidor, y poco más, estamos ante un enemigo que, cuando lanza su rugido entre escamas, intimida de verdad.
El hombre de arena
Interpretado por un entregado Thomas Haden Church, el Hombre de Arena de 'Spider-Man 3' era, sin lugar a dudas, el villano más interesante de una película vapuleada por gran parte de público y crítica. Y eso que no hay lugar para el bostezo en una tercera entrega marca Raimi que, puestos a identificar errores, apuesta demasiado por la acumulación de elementos, algo que, por otra parte, ha acusado el género en muchas otras ocasiones que no han sido recibidas con semejante odio.
En cualquier caso, y volviendo al personaje que nos ocupa, estamos ante una creación con una motivación mucho más interesante que la media, con dosis extra de piedad y compasión y con un desarrollo dramático más satisfactorio que el que protagoniza, por ejemplo, el propio Spidey. Mención especial para su emotivo desenlace.
Duende Verde
A falta de uno, tres han sido los Duendes Verdes que han pasado ante nuestros ojos a lo largo de estas casi dos décadas de saga cinematográfica arácnida. Empezando por Willem Dafoe, pasando por James Franco y terminando, en todos los sentidos, en Dane DeHaan. ¿El mejor de todos ellos? La duda ofende.
Dafoe aportó una energía maligna, un carisma notable y una sensación real de perversión al personaje en 'Spider-Man', que ni un correcto (y ya) DeHaan ni, sobre todo, una de las versiones más perezosas y aburridas posibles de Franco, consiguieron. Aquel primer encuentro con Norman Osborn es el que sigue contando como referencia real, auténtico material digno de aplauso envenenado.
Doctor Octopus
Cuando Sam Raimi vio la maravillosa interpretación de Alfred Molina en 'Frida', tuvo claro que había encontrado a su Doctor Octopus, el villano de la soberbia 'Spider-Man 2', con toda probabilidad, la mejor de las entregas del hombre araña en el cine. Tras una primera conversación con el actor, quien pensaba que sus opciones para hacerse con el papel eran poco menos que ninguna, el director confirmó su sospecha y le contrató. El acierto, a la vista de los resultados finales, fue total.
Molina supo entender a la perfección el carácter de su personaje, profundizando en sus sentimientos y en su dolor, en su sarcasmo y en su desesperación, en su descontrol y compasión. Por eso, desde que presenciamos su nacimiento como villano hasta que nos despedimos de él, estamos siempre deseando ver a Octopus en pantalla. Una virtud mayúscula más dentro de un blockbuster ejemplar de inicio a fin.
Buitre
Dos palabras: Michael Keaton. El actor, protagonista de uno de esos regresos made in Hollywood tan característicos y celebrados, volvía al género de los superhéroes cinematográficos por la puerta grande, cambiando su traje de héroe ('Batman' y 'Batman vuelve') por el de villano en la estupenda 'Spider-Man Homecoming', el también aplaudido estreno de Tom Holland como hombre araña. Todo funcionaba a pleno pulmón en uno de los capítulos más conseguidos del catálogo cinematográfico de Marvel, salvo unas escenas de acción demasiado caóticas y, ejem, oscuras, pero, puestos a elegir, está claro que El Buitre marcaba la auténtica diferencia.
Un enemigo que resultaba más aterrador cuando vestía vaqueros y camisa que cuando se propulsaba por el aire dispuesto a acabar con Spidey. Keaton, volvemos al principio, terminó de redondear al personaje con un carisma a prueba de balas. El intérprete se lo pasaba bomba y se notaba. Un auténtico disfrute de interpretación, película, Spider-Man y, claro, villano.
Thanos
Nuestro querido Spidey ha tenido que vérselas en su última aparición en la gran pantalla con el mejor villano del universo cinematográfico de Marvel hasta la fecha: Thanos. Y con el más peligroso. Capaz de robar casi por completo una película del tamaño, mérito y contundencia de 'Vengadores: Infinity War', el personaje interpretado por Josh Brolin ya es parte esencial de la historia de Spider-Man en el cine, permitiendo/provocando además la escena de mayor lucimiento dramático de Tom Holland con el traje arácnido. Y hasta aquí podemos leer. Odiamos y amamos a partes iguales a este titán despiadado.