QUEDAN DOS CAPÍTULOS

El final de 'Game of Thrones' va a ser muy controvertido, y así debería ser

D.B. Weiss y David Benioff tienen por delante dos episodios para terminar una serie que se ha caracterizado por subvertir las expectativas del espectador. ¿Seguirán haciéndolo hasta el final?

Por Javier Pérez Martín 6 de Mayo 2019 | 19:23

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¡Cuidado SPOILERS!

*En este artículo se comentan algunos de los giros de 'Game of Thrones' hasta el 8x04, ¡no sigas leyendo si no estás al día!

Publicaba hace unos días The Hollywood Reporter una reflexión sobre la temporada final de 'Game of Thrones' previendo que no va a satisfacer a los espectadores. El periodista Tim Goodman cree que la razón es simple: es imposible contentar a la gente. Pero yo diría que la cuestión es mucho más compleja: no es que el público sea imposible de contentar, es que no está en la naturaleza de 'Game of Thrones' contentar al público. Nunca lo ha estado.

'Game of Thrones'

Estamos hablando de una serie famosa por haber matado al que parecía ser el protagonista en el noveno episodio. Y volvió a hacerlo en la Boda Roja dos temporadas después, cuando creíamos que Robb Stark iba a vengar la muerte de su padre. 'Game of Thrones' se convirtió en el fenómeno mundial que es gracias a su valentía a la hora de tomar arriesgadas decisiones de guion. Y eso es lo que está haciendo, aún, en su octava temporada.

Pongamos de ejemplo el final de la Batalla de Invernalia (caracterizada por una fotografía oscurísima y debatida durante días, incluso defendida por el propio equipo técnico de la serie: no todas las decisiones creativas arriesgadas están en el guion). Cuando parece que el Rey de la Noche está a punto de arrasar con los vivos y acabar con Bran, su principal objetivo, aparece de la nada Arya y consigue, contra todo pronóstico, clavarle una daga de vidriagón y borrarlo del mapa. A él y a su ejército de caminantes blancos y no muertos. Es un momento tan sorprendente y subversivo como los mencionados anteriormente: lo más previsible habría sido que el héroe acabara con el villano, pero Jon Snow y Daenerys demuestran ser inútiles en la Batalla de Invernalia y es la pequeña de los Stark la que asesta el golpe de gracia. Algunos espectadores han acusado a los guionistas D.B. Weiss y David Benioff de recurrir a un "Deus ex machina", un conocido recurso de guion con el que los protagonistas son salvados por una intervención divina, es decir, una solución que no ha sido construida anteriormente en el guion. Otros defienden que el viaje de Arya la ha preparado de sobra para ese enfrentamiento: al fin y al cabo su entrenamiento en la Casa de Blanco y Negro la habría convertido en una de los guerreros más capacitados de la serie.

'Game of Thrones'

El verdadero problema con los giros arriesgados es que hay que construirlos bien, algo que no está haciendo 'Game of Thrones' en estas dos últimas temporadas. Las prisas, las elipsis y los atajos restan valor a las sorpresas. ¿Cómo consigue Arya sorprender al Rey de la Noche con todos los Caminantes Blancos rodeándole? Y hay más ejemplos en el último episodio emitido: ¿cómo consigue entrar Bronn en Invernalia con una ballesta sin que nadie le pare? ¿Quién ha raptado a Missandei en el barco, y cómo sabían que era tan importante para Daenerys? Esos detalles son los que diferencian esta última etapa de la serie con las primeras temporadas, que estaban cocinadas a fuego lento. En la nueva 'Game of Thrones', uno tiene que aceptar que las cosas pasan sin darle demasiadas vueltas para poder disfrutar de los giros. Es la diferencia entre un guion arriesgado como el de la decapitación de Ned Stark y la Boda Roja y un guion torpe como el que ha conducido a este primer careo entre Cersei y Daenerys.

Aun así, 'Game of Thrones' sigue arriesgando, y es lo que va a caracterizar su etapa final. Este antepenúltimo episodio, 'The Last of the Starks', ha allanado el terreno para algunas deicisones narrativas que están por llegar y que marcarán un final inevitablemente controvertido. El capítulo ha terminado de sembrar las últimas semillas de lo que parece que florecerá en el último tramo de la serie: la locura de Daenerys.

La confianza ciega de todo el mundo en Jon, que resulta ser el legítimo heredero del Trono de Hierro; la pérdida de otro hijo, Rhaegal; y el asesinato de Missandei por parte de Cersei han terminado de romperle el corazón a la Targaryen. Todo parece conducir a un giro de guion que, este sí, lleva siendo construido desde el principio de la serie. La hija de Aerys, el Rey Loco, ha tenido una evolución conflictiva, entre su tendencia natural a la megalomanía y la acumulación de pérdidas y tragedias.

'Game of Thrones'

Daenerys lleva años creyéndose la auténtica monarca de los Siete Reinos, una tierra que no conoce, por los cuentos que le contaron de niña. Ha amenazado, castigado y quemado a todos los que se interponían en su camino, siempre con un discurso altruista: el de liberar al pueblo de los injustos regentes. ¿Pero qué la hace a ella justa? ¿Y no es probadamente justo Jon, el candidato perfecto a reinar muy a su pesar?

En este momento no hay final posible que vaya a contentar a todo el mundo: si Jon acaba reinando será infeliz toda su vida, y si lo hace Daenerys será tras haberse quitado de en medio a todos los que dudan de sus capacidades para reinar con justicia (es decir, a todos los demás personajes principales). 'Game of Thrones' es una serie trágica, una historia construida a base de frustraciones y derrotas. Por eso es imposible que vaya a contentar a todo el mundo con su final.

Pero seamos honestos, ¿quién ve 'Game of Thrones' esperando que acabe bien?

Sexo en los Siete Reinos

Aún más interesantes son los debates que está generando el trato de la serie a sus personajes femeninos. Ha habido tres tramas esta temporada que han levantado ampollas, y todas están relacionadas con la sexualidad de las mujeres de Poniente. Primero fue Cersei, que decidió meterse en la cama con Euron Greyjoy a pesar de que no parecía demasiado interesada en ello. La propia Lena Headey confesó que no entendía la decisión de los guionistas: "Dije una y otra vez que Cersei no haría eso, que seguiría luchando". Sin embargo, Cersei sí lo hizo, y el debate está en la razón que la llevó a ello: ¿fue para asegurarse la ayuda de Euron Greyjoy o simplemente porque le apetecía echar una cana al aire?

'Game of Thrones'

Lo cierto es que lejos queda esa 'Game of Thrones' obsesionada con mostrar desnudos femeninos. Ahora las mujeres, vestidas de pies a cabeza, son las que reinan en los Siete Reinos: Sansa el norte, Cersei en Desembarco del Rey y Daenerys en su guerra por el trono. Pero que sean personajes femeninos tridimensionales también debe incluir que tengan deseos afectivos o sexuales. Esa es la perspectiva con la que muchos defienden las inesperadas tramas protagonizadas por Arya y Brienne en esta temporada. Ambas son mujeres guerreras y aparentemente asexuadas, y sin embargo han tenido escenas de cama. Las propias actrices han confesado sus dudas al respecto: Maisie Williams leyó el guion pensando que su escarceo con Gendry era una broma de los showrunners, y Gwendoline Christie ha reconocido que nunca pensó que Brienne y Jaime fueran a resolver su tensión sexual.

Yo tuve problemas con los tres giros, sobre todo en el caso de Brienne, cuya relación con Jaime siempre vi como algo más complejo y platónico que algo romántico, más una camaradería y una hermandad. Pero lo cierto es que, como decía Mireia Mullor en Fotogramas, son mujeres, incluida Arya, a la que hemos visto crecer (el personaje tiene 18 años, la actriz, 22). También ha ayudado que en última instancia la Stark haya declinado la proposición de Gendry en el 8x04, repitiendo su mítica frase: "No soy una señora". Es decir, darle a Arya un momento afectivo-sexual puede ser chocante pero defendible, no lo habría sido darle un final tan tradicional.

Esto me hace pensar que Weiss y Benioff tienen más claro lo que están haciendo de lo que parece. Entre muchos de los lectores de los libros de George R.R. Martin ha crecido la sensación de que los guionistas de la serie no han estado a la altura del material original una vez lo han dejado atrás. Es tentador pensar en cómo escribirá el autor este final en sus novelas, si es que lo acaba haciendo alguna vez. Pero lo cierto es que de momento estamos en manos de Weiss y Benioff, y este es su final. Puede que no vayan a contentar a todo el mundo con el final, hagan lo que hagan. Pero es que su trabajo no es contentarnos. Su trabajo es subvertir nuestras expectativas, como 'Game of Thrones' ha sabido hacer en sus mejores momentos.