Daniel Radcliffe participó en el programa de WIRED que consiste en contestar a las preguntas más buscadas por la gente en Google sobre él. Y por supuesto que la primera iba a estar relacionada con su papel del mago más famoso del mundo.
Por mucho que a los Potterheads nos encante la saga, no podemos resistirnos a tener un cariño especial a alguna película en concreto, y lo mismo le ocurre a Radcliffe. Pero es muy posible que su respuesta no sea lo que esperas, ya que admitió que su favorita es 'Harry Potter y la Orden del Fénix'.
"Me encanta la última, pero también me encanta la quinta. Sé que no es la favorita de mucha gente, me doy cuenta. Me encanta por la relación entre Harry y Sirius, y tienes mucho Gary Oldman en esa película. Fue mi favorita. Probablemente también en el rodaje. Nos lo pasamos muy muy bien haciéndola. Quinta o séptima, segunda parte", cuenta el actor.
¿Que pasó?
La saga 'Harry Potter' estuvo dominando las taquillas durante unos diez años, e incluso consiguió el spin-off de 'Animales fantásticos'. 'Harry Potter y la orden del Fénix' fue la película de la saga menos aclamada por la crítica y el público, según Rotten Tomatoes. La que lidera el ranking es 'Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte 2', y le sigue muy de cerca la tercera entrega, 'Harry Potter y el prisionero de Azkaban'.
Daniel Radcliffe, más allá de Harry Potter
'Los chicos de diciembre'
Después de la estupenda 'Harry Potter y el cáliz de fuego' y antes de la notable 'Harry Potter y la Orden del Fénix', Daniel Radcliffe decidió salir durante un ratito del universo mágico creado por J.K. Rowling y probar suerte en esta cinta australiana que nace también de una fuente literaria, una novela de Michael Noonan, pero que no corre la misma suerte que las aventuras de Hogwarts.
Y es que, 'Los chicos de diciembre' es una propuesta tan ñoña y cursi como facilona y previsible, desenfocada por completo en su construcción de personajes y directamente desastrosa en lo que respecta a la resolución de conflictos. Tampoco ayuda un reparto mayoritariamente infantil y adolescente en el que Radcliffe, todavía lejos de demostrar todo su auténtico potencial interpretativo, no termina nunca de encontrarse con su personaje. Un paréntesis fallido en medio de la locura de varitas y hechizos.
'La mujer de negro'
Tras su despedida de Hogwarts, Daniel Radcliffe comenzó pronto a volar lejos de la sombra de Harry Potter. Y es que, solamente un año después de la sobresaliente despedida de la saga mágica, el actor británico ya protagonizó dos propuestas tan distintas como satisfactorias. Por un lado, la lograda miniserie 'Diario de un joven doctor', en la que estuvo acompañado por Jon Hamm, y por otro, 'La mujer de negro', su primera incursión en el terror gótico.
Una propuesta que, a pesar de despertar ciertas dudas en un primer momento, terminó funcionando bastante bien, tanto a nivel artístico como comercial. No había nada nuevo en ella, de acuerdo, pero los sustos funcionaban, la atmósfera estaba lograda y Radcliffe se entregaba por completo al papel. Un estupendo mal rato.
'Amores asesinos'
El primer gran reto interpretativo al que tuvo que enfrentarse Daniel Radcliffe en su etapa posterior a Potter lo encontramos en 'Amores asesinos', cinta en la que tenía la complejísima misión de meterse en la piel de, nada más y nada menos, que Allen Ginsberg, una de las figuras esenciales de la denominada Generación Beat. Y, por desgracia, la tarea le vino grande.
Tampoco le ayudó nada que el resto de sus compañeros de reparto, especialmente Dane DeHaan, se lo merendaran con patatas en cada escena, entregando trabajos mucho más acordes a sus respectivos personajes y al espíritu que la cinta pretendía alcanzar. A nivel puramente cinematográfico, 'Amores asesinos' funcionaba siempre a medio gas. A nivel puramente interpretativo, Radcliffe perdía cada batalla.
'Horns'
Tras un primer tramo que, aún siendo lo mejor de la propuesta, no termina nunca de alzar el vuelo, 'Horns' no consigue encontrar su tono a lo largo de unos 123 minutos que resultan interminables. La historia de un tipo acusado del asesinato de su novia que amanece una buena mañana con dos cuernos en su cabeza, se plantea como dos películas en una, dos géneros, comedia y terror, con muchas comillas, que nunca terminan de entenderse, llegando a tener peor resultado cuando se suma a la combinación pequeñas dosis de drama romántico.
Es entonces cuando 'Horns', no solamente pierde el norte, sino que se convierte en un desfile de imágenes ñoñas, cursis y visualmente horteras en forma de flashbacks (pobre Juno Temple, qué desperdicio) que parecen descartes de 'The Lovely Bones'. En la lista de virtudes, pocas pero consistentes, resulta ganador Daniel Radcliffe, comprometido con la causa con devoción y constancia, rebelde y salvaje en una interpretación que está muy por encima de una película totalmente desorientada.
'Amigos de más'
Después de probar suerte en géneros tan dispares como el terror, el melodrama o el biopic, Daniel Radcliffe decidió en 2013 que era hora de probar suerte en la comedia romántica con 'Amigos de más', una cinta dirigida por Michael Dowse en la que estaba acompañado por la siempre maravillosa Zoe Kazan, un seguro de vida en este tipo de propuestas.
De esta forma, nos encontramos con una propuesta que no engaña al espectador, entregándole exactamente el tipo de película que puede esperar. La química de la pareja protagonista es la adecuada, el ritmo es el correcto, la historia avanza con naturalidad y fluidez y el desenlace es bastante satisfactorio. No deja huella, pero 'Amigos de más' funciona. Una de las películas más reivindicables del Radcliffe post Potter.
'Victor Frankestein'
Después de dirigir algunos de los capítulos más memorables de 'Sherlock', el director Paul McGuigan se atrevió con el universo creado por Mary Shelley en 'Victor Frankestein', centrando su mirada en la relación establecida entre el científico y su ayudante, Igor Strausman. ¿El resultado? Un desastre mayúsculo sin pies ni cabeza.
Liderada por unos desatadísimos James McAvoy y Daniel Radcliffe, insoportables en su gesticulación constante y exagerada, la propuesta de McGuigan es un mejunje de ideas sueltas que pelean por ser la más ridícula de todas con insistencia. 'Victor Frankestein' no sabe que película quiere ser y, precisamente por eso, termina siendo un gran monto de nada. Olvidable de inicio a fin.
'Y de repente tú'
De acuerdo, la participación de Daniel Radcliffe en 'Y de repente tú' no deja de ser un (hilarante) cameo, pero teniendo en cuenta que ocurrió el mismo año en el que se estrenó 'Victor Frankestein', podemos decir sin miedo a equivocarnos que estamos ante la mejor interpretación del actor en 2015.
'Imperium'
En 'Imperium', Daniel Radcliffe se mete en la piel de un agente del FBI inflitrado en un grupo de supremacistas blancos de los Estados Unidos y, de paso, entrega una de las mejores interpretaciones de su carrera. De hecho, su trabajo se sitúa por encima del resto de elementos de una película que, más allá de su impactante temática, no aporta demasiado desde un punto de vista cinematográfico, coqueteando demasiado con la estética de telefilm rutinario y perezoso que se la juega todo a la carta de la contundencia argumental.
Pero, en cualquier caso, volvemos a celebrar la imponente actuación de un Radcliffe que, como sucede a lo largo de su carrera, se entrega por completo a su personaje y a la historia. El primer gran paso de madurez interpretativa del actor británico.
'Swiss Army Man'
Aclamada por la crítica tras su paso por el festival de Sundance y encumbrada como una de las películas de culto más impredecibles de 2016, 'Swiss Army Man' trae la que, para muchos, es la mejor interpretación de la carrera de Daniel Radcliffe. ¿Su papel? Un cadáver con querencia por los gases y las erecciones. Sorpresas te da la vida. El debut en el largometraje de los directores y guionistas Dan Kwan y Daniel Scheinert no es una propuesta sencilla ni complaciente, pero consiguió conectar con muchas espectadores en su esencia de reflexión sobre la amistad, la soledad y, en cierto modo, las enfermedades mentales.
Un auténtico logro que contó con la complicidad absoluta de sus dos protagonistas, el citado Radcliffe, brillante en su gestualidad y excelso en su capacidad para transmitir todo desde la mismísima nada, y un notable Paul Dano. Incluso aquellos que no terminamos de entrar en 'Swiss Army Man', debemos rendirnos ante dos interpretaciones mayúsculas. De hecho, es lo único a lo que podemos agarrarnos.
'Ahora me ves 2'
'Ahora me ves 2' traía una importante novedad respecto a su primera entrega. En aquella ocasión, otro divertimento veraniego sin mayor pretensión que la de entretener, todo se terminaba yendo al traste con un giro final que provocaba sonrojo mientras que, aquí, la estupidez florece en todo su esplendor a los treinta minutos y no desaparece. Y hablamos de una película que dura más de dos horas, lo que quiere decir que tenemos una primera media hora simpática para, después, tener que sufrir 130 minutos de una de las tramas más absurdas que se han visto en mucho tiempo.
El reparto al completo, incluyendo a un entusiasta Daniel Radcliffe que se va esfumando minuto a minuto, parece incapaces de pasarlo bien, mostrando todo el tiempo lo que parece un evidente compromiso firmado con los ojos cerrados. Nada tiene sentido, y lo que es peor, tampoco se intenta explicar o dar sentido alguno a la historia. Giros, giros y más giros. Y todos mareados. Y bostezando.
'La jungla'
'La jungla' vendría a ser algo así como 'El renacido (The Revenant)' de Daniel Radcliffe. Basada en la historia real de Yossi Ghinsberg, un joven que se enfrentó a mil y una penurias para escribir un bestseller de memorias sobre su aventura en el interior del Amazonas, la película de Greg McLean presta mucha más atención al paisaje de su historia que al protagonista de la misma.
Afortunadamente, Radcliffe se las apaña para terminar sobresaliendo en medio de un conjunto ensimismado con sus (preciosas) postales que nunca termina de alcanzar esa épica buscada por todos los medios. Nos queda, al menos, la sensación de estar ante un actor cada vez mejor que, siete años después de abandonar Hogwarts, sigue construyendo una carrera tan imprevisible como inquieta.