Siempre es peligroso asistir a la premiere de una película o una serie. Corres el riesgo de que el equipo a cargo del trabajo te contagie su ilusión y juzgues el producto más por lo bien que te han caído los productores, directores, guionistas y actores que por su resultado final. Desde luego podría ser el caso de 'His Dark Materials', la coproducción de BBC y HBO que se estrena el 4 de noviembre y ha tenido su presentación mundial esta semana en Londres. Todos los responsables de la serie respiraban orgullo e ilusión, diría que sinceros. Especialmente Philip Pullman, el autor de la saga literaria, que se comportó en el evento como si esta adaptación victoriosa fuera la primera y única. Ni él ni los fans queremos acordarnos, ni mencionar siquiera, ese estropicio que fue 'La Brújula Dorada'.
'His Dark Materials' empieza como un sencillo libro de aventuras protagonizado por Lyra, una niña huérfana que tiene que dejar su Oxford natal para salvar a su amigo Roger de unos secuestradores de niños llamados los devoradores (Gobblers). Lyra, como todos los humanos en su universo, tiene un daimonion (dæmon), una representación animal de su alma que la acompaña allá donde vaya. Además tiene un aletiómetro, un instrumento secreto que le cuenta la verdad siempre que sepa leer su complejo sistema de símbolos, y que quiere llevar a su tío Lord Asriel para ayudarlo a abrirse camino hacia otro mundo, una ciudad que se ve más allá de la aurora boreal. Por el camino conocerá brujas, un oso polar parlante con armadura, y se enfrentará a todo tipo de peligros, la mayoría encarnados en la malvada señora Coulter y el Magisterio, el poder eclesiástico que gobierna en todo el mundo.
Luego esa aventura se convierte en otra cosa. Poco a poco, y a lo largo de tres libros, Pullman escribió en los años 90 una ambiciosa y compleja saga que bebía de referencias muy diversas (la teoría de los multiuniversos cuánticos, la Biblia) y pretendía hablar sobre el Pecado Original, el libre albedrío, el paso a la madurez, el descubrimiento del sexo y el primer amor, la tendencia de todas las religiones a coartar las libertades personales... Y todo ello plagado de personajes de todo tipo y razas, especies reales e inventadas, a lo largo de distintos universos, uno de ellos el nuestro propio. Es básicamente una saga literaria inadaptable que se va volviendo más y más imposible de adaptar conforme avanzan las páginas y se vuelve más intrincada y extensa, en el espacio que abarca y sus intenciones narrativas y temáticas.
¿Podrá la serie de BBC y HBO hacerle justicia? Ahora mismo es imposible saberlo, pero tras haber visto el primer capítulo de 'His Dark Materials' podemos decir que la cosa pinta bien.
Producida por Jane Tranter ('Doctor Who') y escrita por Jack Thorne ('Extraordinario', 'The Virtues'), esta adaptación tiene todo el cariño y el respeto por la obra de Pullman que aquella película no demostró. En este pistoletazo de salida hay cambios prácticos necesarios en toda adaptación de un libro a una pantalla (personajes que aparecen antes de tiempo, como Lord Boreal, escenas omitidas o explicaciones introducidas a la fuerza en los diálogos) pero se mantiene el espíritu de las novelas, o al menos el del principio: esa inocencia curiosa y rebelde que define a Lyra. Quizá el mayor fallo de este primer episodio es el primer contacto con la señora Coulter, una gran villana que en las novelas era todo carisma y magnetismo (esas eran, de hecho, sus principales armas), algo que Ruth Wilson no ha conseguido capturar del todo. Tras haberla visto en 'Luther' y 'The Affair', cabe esperar que sí será capaz de darle a su personaje todas las capas, la tridimensionalidad y la tragedia que Marisa Coulter necesita.
Una superproducción de otro mundo
El secreto de que 'His Dark Materials' pueda llegar a estar a la altura de las novelas, ahora mismo y en televisión, probablemente esté en el momento que vivimos en la ficción: después de 'Game of Thrones', las cadenas confían en el público para entender y seguir con atención y paciencia historias más complejas y contadas sin prisa. Jack Thorne dijo en la presentación que ha querido escribir "una serie para adultos que los niños podrían y deberían ver", parafraseando algo que Pullman suele decir de los libros. Tranter ha asegurado que no se puede hacer una adaptación blandengue ("vanilla", ese concepto anglosajón tan gracioso) para BBC y HBO.
Además de la libertad que ambas cadenas parecen estar dando a sus creadores, lo que hay en el piloto de 'La materia oscura', y a raudales, es mucho dinero. Era necesario para recrear ese Oxford de Lyra, una mezcla extraña entre pasado, presente y fantasía: un helicóptero, zepelines y artefactos eléctricos (bueno, ambáricos, en el mundo de Lyra, según las novelas) mezclados con una sociedad del siglo XIX y un vestuario anacrónico.
Añádele a ello el animal parlante que acompaña a cada personaje (no siempre se ven en plano, pero es comprensible). A pesar de ser personajes digitales con voz (algunos de ellos, ni siquiera en las novelas oíamos a todos los daimonions hablar, pues por lo general solo hablan con su persona; por eso Pantalaimon, el daimonion de Lyra, es al que más llegamos a conocer), su diseño y su
animación están tan conseguidos que en ningún momento te distraen de la historia. Este era uno de los mayores retos de esta producción, ya que Pantalaimon no sólo es uno de los personajes principales: es imprescindible para que conozcamos del todo a Lyra. Y la serie lo consigue, además de explicarnos de forma muy clara, y con dos pinceladas, la relación que la niña tiene con su daimonion: dependiente, cariñosa, pero también picajosa y tirante. Como de una niña con su maestro; al fin y al cabo el daimonion no es más que la conciencia de las personas. (Fun fact: la voz de Pantalaimon en 'La brújula dorada' era la de un pequeño, y aún desconocido, Freddie Highmore.)
El dinero también se ha ido en un equipo estelar: Tom Hooper dirige el episodio y el reparto está encabezado por James McAvoy, Wilson, Clarke Peters ('The Wire', 'Treme'), Anne-Marie Duff ('Sufragistas') y, en capítulos futuros, Lin-Manuel Miranda y Andrew Scott, entre otros muchos. Pero la que destaca, por suerte, es Dafne Keen. La medio española que ya demostró ser una rebelde y una salvaje, en los mejores sentidos, en 'Logan', es todo lo que querríamos de Lyra: a veces irritante, siempre inquieta, con una mirada vivaz y profunda. Es difícil conseguir a una niña que desprenda tanta fortaleza y a la vez inocencia.
Son muchas las buenas decisiones que han tomado Tranter y su equipo, lo que nos hace otorgarles el beneficio de la duda. Habrá que ver cómo avanza 'His Dark Materials', que en sus dos primeras temporadas adaptará los dos primeros libros, y aún no se sabe cómo se llevará a la pantalla el último, el más complejo, extenso y ambicioso de todos. Últimamente estoy leyendo de nuevo la trilogía, y al llegar a 'El catalejo lacado' me ha parecido una misión imposible llevar todo eso a un guion sin perder matices, tramas y personajes increíbles. Pero ahí está también lo divertido de las adaptaciones: quizá no nos lleve al mismo lugar exacto, ni el viaje sea una copia directa... Puede que nos sorprenda y, tomando diferentes derroteros, tenga sus propios hallazgos. Sea como sea, de momento 'La materia oscura' ha conseguido que me siente a disfrutar del viaje.