Nueva Zelanda a día de hoy aún no ha pasado a su Nivel 1 y "Nivel 1 potencialmente significa que mantendremos nuestras restricciones fronterizas, pero haremos vida normal más allá de eso". Así lo ha comunicado la Primera Ministra Jacinda Ardern en sus declaraciones más recientes. Es decir, las fronteras del país continúan cerradas salvo excepciones, y es precisamente uno de esos casos en los que el gobierno ha decidido abrir la mano, lo que ha indignado a muchos neozelandeses.
James Cameron y 55 miembros de su equipo de 'Avatar' han aterrizado en el aeropuerto de Wellington con su avión privado, a pesar de que las fronteras no están abiertas a ciudadanos extranjeros. Eso sí, inmediatamente tras su llegada se han puesto en cuarentena siguiendo las normas del país. "Hemos llegado a Nueva Zelanda", ha compartido el productor Jon Landau en su Instagram. "Ahora empiezan los 14 días de aislamiento supervisados por el gobierno".
Bajo la categoría de "otros trabajadores esenciales" concedida por Phil Twyford, ministro de Desarrollo Económico centrado ahora en proteger los proyectos de valor significativo para el país, Cameron y compañía han podido volver a Nueva Zelanda para continuar con el rodaje de las secuelas de la mencionada película fantástica, aunque de momento no hayan podido salir del hotel. Y es que como parte de las normas de acceso al país, esos 14 días de cuarentena los están pasando confinados el centro de Wellington, "completamente aislados" de otros huéspedes, según ha comentado la propia gerencia del QT Hotel que les ha abierto sus puertas.
A pesar de tomar todo tipo de precauciones, esta situación fuera de norma no ha gustado porque, como ha confirmado Twyford, desde el 21 de abril se han firmado "22 solicitudes representando 154 de esos otros trabajadores esenciales, siendo 56 de los mismos pertenecientes a la industria del cine", algo que ha molestado a otros sectores del país porque solo el 10% de las solicitudes a este respecto son aprobadas.
Una producción crucial
La oposición al gobierno neozelandés está más que indignada con todo esto. De hecho su lider, David Seymour, ha calificado la excepción como "un insulto a los trabajadores neozelandeses". "Debería haber una norma para todo el mundo... Es inaceptable que los políticos estén eligiendo quien puede entrar en el país y quién no", dice este político en contraposición a la postura defendida por Iain Cossar, Ministerio de Negocios, Innovación y Empleo que ha asegurado que "si no se hubiese hecho la excepción, dos producciones de compañías que cumplen las normas y proporcionan empleo a cerca de 600 neozelandeses, habrían permanecido paradas dejando a muchos neozelandeses sin trabajo".
