A principios de 2018, la actriz Ally Sheedy insinuó en Twitter que había tenido una mala experiencia con James Franco y a raíz de sus mensajes otras muchas mujeres se sumaron a denunciar públicamente al cineasta con acusaciones de acoso, abuso y de intentar mantener relaciones con menores. Desde entonces su perfil público ha sido muy, muy bajo y discreto, pero el pasado miércoles 22 de diciembre concedió su primera entrevista en profundidad en años en el podcast 'The Jess Cagle Show'. Durante la conversación, Franco admitió haberse aprovechado de su fama, haberse acostado con las estudiantes de su escuela de interpretación y haber vivido completamente ciego ante las dinámicas de poder y los sentimientos de la gente que le rodeaban.
'Studio 4' fue una academia de interpretación que Franco abrió en Nueva York en 2014 y cerró el 1 de octubre de 2017 después de que varias estudiantes acusasen a Franco de tener con ellas un comportamiento sexual inapropiado en clases que, según ellas, "incluían simulaciones de actos sexuales que iban mucho más allá de los estándares de la industria". También la actriz Sarah Tither-Kaplan reprochó a Franco haberle pagado solo 100 dólares por dos desnudos integrales y lo que es más grave, de haber retirado el plástico protector que cubría su vagina sin su consentimiento durante el rodaje de una orgía en la que él simulaba practicarle sexo oral.
Cuando Cagle, el conductor del podcast, preguntó a Franco sobre su conducta en la escuela y la demanda que asegura que utilizó el centro para crearse una agenda de mujeres a las que someter sexual y profesionalmente, Franco aseguró que nunca fue su "plan maestro" y que no estaba lúcido durante el tiempo que se acostó con las alumnas, justificando las relaciones de "consensuadas". Lo que sí considera una estupidez fue llamar a esa clase 'Escenas de sexo', porque debía haberle puesto algo así como 'Romance contemporáneo': "Fue una clase en la que hicieron escenas románticas... lo que se siente como gente joven que conoce gente en aplicaciones de citas, o tiene rupturas, o simplemente una mala cita, cosas así"
Franco explicó, o más bien razonó su comportamiento, como una extensión de la adicción al alcohol con la que lucha desde que es adolescente y que si bien logró en cierta medida controlar dejando de beber a los 17 años, empezó a "llenar el vació" con tendencias adictivas hacia su trabajo: "En el camino de intentar alcanzar el éxito y escalar la cima de esa montaña, la atención de las mujeres, el éxito con las mujeres también se convirtió en una gran fuente de validación para mí. El problema con eso es que como de cualquier tipo de droga o de cualquier cosa, nunca tienes suficiente. Era interminable". Es cierto que no bebía, y de hecho acudía con frecuencia a las reuniones de alcohólicos anónimos, pero terminó desarrollando una adicción al sexo que él mismo se disculpaba: "En mi cabeza era algo como «Si estoy sobrio, estoy viviendo una vida espiritual», pero no veía entonces que lo estaba compensando por otro lado".
"Si algo positivo ha salido de esto, es que es como si me hubiese cambiado", continúa Franco, "Me ha dado el incentivo para empezar el proceso de cambio. Seguiré trabajando en ello el resto de mi vida, pero al menos me sacó de un camino que nunca iba a terminar y que probablemente acabaría matándome". Ya en su momento, cuando Franco respondió por primera vez a las acusaciones disculpándose y con la firme intención de aprender de sus errores, la actriz Ashley Judd, una de las figuras más importantes del movimiento #MeToo, apreció su actitud: "Pienso que lo que ha dicho James es excelente. Todos nos hemos comportado inconscientemente en cierta manera. Hemos hecho cosas insensibles, inapropiadas y sin entender que lo eran. Hemos actuado con sordera, y a mí me gusta la culpabilidad, pero tenemos que tener una justicia restaurativa".
La escuela de James Franco cerró en 2017 y desde 2018, desde que salieran a la luz este comportamiento, su carrera, entonces al alza, se detuvo casi por completo. Terminada 'The Deuce', Franco ha estrenado 'Arctic Justice' donde pone voz a un personaje y ha rodado una película titulada 'Kill the Czar'. No ha vuelto a dirigir tras 'Zeroville', aunque ya ha completado una nueva película que también protagoniza titulada 'The Long Home'.
Su relación con Seth Rogen
Hasta que saltó el escándalo, Franco y Seth Rogen no solo eran grandes amigos, también colaboraban frecuentemente delante de las cámaras en títulos como 'Una loca entrevista', 'Piña Express', 'Juerga hasta el fin' o 'Zeroville'. Aunque al principio, en 2018, Rogen mostró públicamente su apoyo a su compañero, el pasado mayo dijo que no solo no habían vuelto a trabajar juntos, es que tampoco estaba en sus planes volver a hacerlo, que se consideraba un "facilitador" de los abusos de su amigo y que su relación actual podía calificarse de "dolorosa".
Para Franco, dice en la entrevista, los comentarios de Rogen fueron "hirientes", pero los comprende y, de hecho, fueron uno de los motivos que le llevaron a volver a dar la cara ante los medios: "Solo quiero decir que amo profundamente a Seth Rogen... Él ha sido mi compañero de trabajo más cercano, mi colaborador, y simplemente encajamos, y lo que dijo es cierto: No estamos trabajando juntos en este momento y no tenemos planes de trabajar juntos. [...] Como yo me mantuve en silencio él tuvo que responder por mí, y no quiero eso. Esa es una de las principales razones por las que quería hablar contigo hoy", le dijo a Cagle, mencionando también a Dave Franco, "Es que no quiero que Seth, mi hermano ni nadie tenga que responder más por mí".