Para sorpresa de nadie, desde el momento en el que Disney anunció que la actriz que se convertirá en Ariel en el remake en acción real de 'La Sirenita' no era caucásica, ni pelirroja, ni siquiera Zendaya, se desató la tercera guerra mundial en Internet. En minutos, Ariel se hacía trending topic en Twitter, y también Pocahontas. ¿Qué tiene que ver la princesa nativa americana con la sirena? Parece haber sido la elegida por los que no comulgan con la decisión de Disney, diciendo que el remake en acción real de su película será tal que así:
Se filtran imágenes de pocahontas pic.twitter.com/39xCUPx61a
? ?lar? (@PilarGarciaAloy) July 5, 2019
Pero tuits de tan poco gusto como ese no podían ser más desafortunados (y con tufo racista). La casa del ratón tiene un serio problema de representación, que ya llevan un tiempo intentando solucionar. En el caso de 'Star Wars' tenemos un reparto muy diverso en la trilogía actual. En Marvel ya contamos con películas como 'Pantera Negra' o 'Captain Marvel', que además fueron un rotundo éxito de taquilla. Pero lo que es el salón del trono de las princesas Disney... allí la cosa sigue siendo predominantemente blanca. Sí, en los últimos años hemos recibido con los brazos abiertos a Moana, por ejemplo, pero sin duda es una deuda pendiente que tienen, y que con la incorporación de Halle Bailey pretenden ir saldando. Pero también la propia Disney se ha buscado bastante estas polémicas con sus remakes en acción real.
Estas películas están resultando un movimiento de lo más rentable para el estudio, solo hay que ver este año lo que está haciendo 'Aladdín' y lo que se espera que haga 'El Rey León'. Pero hasta ahora, aunque todas esas revisiones de sus clásicos animados cambian alguna cosa aquí y allá, han estado basados en la explotación de la nostalgia, en revivir los recuerdos del pasado de los que, de niños, vivieron esas películas de animación en la gran pantalla. La Bella de Emma Watson era muy parecida a la de 1991, la Cenicienta de Lily James también compartía casi todos los rasgos con la original. Que justamente elijan darle un cambio tan radical a una de las princesas favoritas del público como es Ariel iba a ser una decisión absolutamente controvertida. Pero deberíamos ser capaces de pensar un poco más allá de nuestro ombligo.
Es precisamente Ariel, de todas las princesas Disney, la mejor opción que tienen para dar más diversidad a ese salón del trono. Hay quienes están diciendo que por qué cambiar un personaje con un legado como el de 'La Sirenita', por qué no dar diversidad con personajes nuevos como hicieron con Vaiana. Y tienen toda la razón, ojalá las próximas princesas Disney que lleguen demuestren lo rico y diverso que es este mundo con todas las razas e identidades. Pero ninguna de ellas tendrá, precisamente, el legado que tienen Ariel. O Bella. O Blancanieves. Una empresa que basa un porcentaje tan importante de su marketing en estas mujeres hace muy bien en "hackear" su propia historia para que todas esas niñas, chicas y mujeres de raza negra puedan sentirse por fin "parte de este mundo".
¿Por qué Ariel? Quitando las princesas que ya se han trasladado a imagen real, quedan pocas cuya raza no forme parte de la idiosincrasia de la historia. Esa Pocahontas albina perdería todo el sentido porque, además de que fue un personaje real, toda su historia es un choque entre los invasores caucásicos y los nativos americanos. Las tramas de Mulan o Jasmine están relacionadas sin remedio con el lugar donde transcurren. ¿Y qué hay de Tiana? Teniendo en cuenta el tiempo en pantalla que aparece como humana, quizás no es suficiente para ser referente para nadie (quizás para los anfibios).
Ariel, de entre todas ellas, no llega a decir en ningún momento en qué punto del globo habita, ni siquiera de dónde es el príncipe Eric. Y ya por su propio diseño, es una ruptura frente al cuento original de Hans Christian Andersen, que la describe como blanca y de pelo rubio. Por mucho que el cuento transcurra en Dinamarca, la película de Disney se separa por completo del material base, obviando la parte más turbia (la muerte de Ariel convertida en espuma de mar, entre otras cosas que os quitarían bastante el sueño), por lo que la re-reinterpretación podría tomarse todas las libertades que quisiera. Y en una película en la que aparecen un cangrejo con acento cubano, o un chef francés, sinceramente nada recuerda a Dinamarca.
Por todas esas razones, la trama de la nueva 'La Sirenita' se puede cambiar otra vez perfectamente y su protagonista modificar su aspecto. Y como existe el tinte de pelo, la nueva Ariel puede ser negra y pelirroja, para los que ya se están quejando de que esto discrimina a los pelirrojos. Dudo mucho que la gente pelirroja haya vivido el nivel de discriminación que han sufrido los de razas distintas a la caucásica todavía hoy.
Ese es un gran problema, los blancos somos tan egoístas que, a pesar de tener cientos de referentes que se parecen a nosotros, ni se nos ocurre ceder uno de ellos para que otros grupos de personas puedan tener esa representación, unida ya a un calado como el que ya tiene Ariel. Aunque Disney se ha ganado estas quejas dándonos todo el rato calcos de sus clásicos, lo que tendríamos que estar haciendo es, como mínimo, dejarles hacer esta nueva versión de 'La Sirenita' antes de juzgar, sobre todo a Halle Bailey. Muchos se han puesto como hidras con la elección y ni siquiera le han dado la oportunidad de demostrar que puede tener lo más importante que tenía la Ariel de 1989, que no es su melena pelirroja o su color de piel sino una voz portentosa, la inocencia y esas ganas de descubrir qué hay más allá de su hogar. Basta pasar por el canal de YouTube de Chloe x Halle, el dúo que forma con su hermana, para ver que voz tiene de sobra, para empezar. Y gracias a Bosslogic podemos comprobar cómo luciría la versión más cercana a la película de animación. Qué queréis que os diga, a mí me parece un look estupendo.
Little rework of my #TheLittleMermaid poster featuring Halle Bailey @chloexhalle pic.twitter.com/Ymc7wlGeLr
? BossLogic (@Bosslogic) July 4, 2019
El problema es que nos quejamos por todo, muchas veces antes de tiempo. Si el remake es igual que el clásico, es que es lo mismo. Si hace cambios, es que no es igual. Y el color de la piel debería ser un cambio mínimo en un personaje cuya raza no es el quid del personaje o que, directamente como Ariel, es un ser mitológico. La que se ha montado con el casting de 'La Sirenita' es para que reflexionemos.
Lo que siempre se nos olvida
Y hay otra cosa que tendemos a olvidar y que deberíamos aplicarnos con cualquier remake, reboot o adaptación que haya venido y venga: la original sigue ahí. Si una vez vista a Halle Bailey como la hija de Tritón no os convence el resultado, la película de animación seguirá ahí y seguirá siendo tan perfecta como lo era antes. Una nueva versión no elimina la anterior, y Disney probablemente no cambiará los diseños de todas las camisetas, cuadernos y muñecas de Ariel para borrar de la existencia a la sirena de la película de Ron Clements y John Musker. Simplemente un grupo muy importante y numeroso de personas podrá sentirse un poco más representados, más todavía en los tiempos que corren, en los que la intolerancia sube más y más el volumen. Y sí, ojalá dentro de unos años ese salón del trono de las princesas Disney esté lleno de etnias, nacionalidades, orientaciones y formas de vivir. Pero hasta que ese momento llegue, abracemos ese paso tan importante que acaba de dar Disney a la diversidad o, como mínimo, démosle a Halle Bailey el beneficio de la duda.