Corría el año 1997 cuando un ya consagrado Quentin Tarantino se encontraba en pleno rodaje de 'Jackie Brown', una película que, tras el éxito que supuso 'Tiempos Violentos' para la Academia, se fue a casa con una triste nominación a mejor actor de reparto en 1998. El año en que 'Titanic' hizo historia en los Oscar fue también un periodo bastante convulso para el cine. Kevin Spacey se paseaba por las galas imitando a sus compañeros de rodaje, Bill Cosby arrasaba entre los estadounidenses más seriéfilos y Harvey Weinstein era el productor majete que le hacía las películas a Tarantino. No sorprende con este percal que, cuando el director pidió a producción un gran consolador púrpura para su rodaje, Miramax le echara una sonrisa picarona.
Todo comienza cuando Tarantino se diagnostica malestar cada vez que ve alguien echándose una siesta en set. Tras mucho debatirse cuál sería la mejor forma de acabar con la somnolencia sin quedar de jefe dictatorial, llegó a una conclusión: un gran consolador púrpura para los que abrazaran a Morfeo sin consentimiento del autor. "Entonces introduje en Jackie Brown un nuevo miembro en el set, y su nombre era Big Jerry", afirmaba Tarantino en el show de Conan O'Brien. "Alguien venía con Big Jerry y se ponía tan cerca de la boca (del dormido) como fuera humanamente posible", continúa. Era entonces el momento de coger la cámara (por aquel entonces, una Polaroid) y exponerla en "el muro de la vergüenza".
La estrategia es acercar al máximo el dildo hasta la boca del sujeto que se ha quedado dormido. Luego se toma una foto y se cuelga en su muro de la vergüenza. pic.twitter.com/z0GXf8CuBg
? Alejandro Hoces (@HocesAlejandro) 5 de octubre de 2019
Ah, que tiene nombre y todo
Podemos encontrar así, por ejemplo, fotos de nada más y nada menos que Brad Pitt con el gran manubrio púrpura apuntándole, por lo que confirmamos que la gracia no se quedó en los noventa sino que Big Jerry también se paseó por el rodaje de 'Bastardos sin gloria'. Daryl Hannah, quien interpretaba a la némesis de Uma Thurman en 'Kill Bill', fue otra de las víctimas del "dildo" durante el rodaje, hasta el punto de que el director hizo camisetas de la prueba gráfica. "¿Y a la gente parece que le gusta trabajar contigo de nuevo?", le contesta incrédulo O'Brien.
El colega púrpura fue dando guerra al equipo hasta 'Los 8 más odiados', pero no sabemos si en 'Había una vez en... Hollywood' (la primera película de Tarantino alejado de The Weinstein Company) se ha seguido con la gracia o el director ha modificado su dinámica de rodaje tras el #MeToo. El director ha salido de puntillas pero ileso de estas denuncias tras arreglar sus "discrepancias" con Uma Thurman. Sin embargo, lo mal que supo encajar las críticas de una periodista por las pocas líneas de Margot Robbie en la película, denota un cierto resquicio de mente cerrada que encaja en el perfil de típico tío que llevaría hoy en día un consolador enorme a un rodaje y lo usaría con cara de granuja. Efectivamente, Todd Phillips, eso sí que era comedia.