Cómo Marvel ha tendido una trampa mortal a Sony con 'Spider-Man: De Regreso a Casa'

Marvel le tenía ganas a Spider-Man. Ya solo el título, que además de hacer referencia a un evento tradicional en la vida de los institutos americanos, se traduce como "vuelta a casa", nos da una pista. Peter Parker vuelve a su casa, y de qué manera. Sony podría haber hecho una jugada perfecta, ha sabido encontrar una manera para volver a utilizar una franquicia que ha sufrido dos reboots en menos de diez años. Y justo en el momento en que parecía que se les habían acabado las ganas de jugar con el personaje tras los (relativos) fracasos de las películas de Andrew Garfield.

El estudio ha conseguido un éxito de taquilla y de recepción del público estupendo, está anunciando planes para un "Spiderverso" y espera encantado las secuelas. Pero lo que puede parecer una recompensa por haber tenido la osadía de ceder el control creativo de un personaje tan popular a otras manos, puede haberse convertido en una trampa mortal que a largo plazo sólo tiene una solución: devolverle los derechos a Marvel.

El director Jon Watts y sus numerosos guionistas han conseguido revitalizar la franquicia a base de centrarse en algo que siempre se ha sabido pero que se pasaba por alto. Peter es un chaval de instituto, y sus primeras aventuras, amores y amistades nacen ahí.

Tobey Maguire entraba en la universidad a mitad de película, y Andrew Garfield parecía que sólo iba a clase para poder tener diálogos intensos con Emma Stone por los pasillos. Pero Peter Parker siempre ha sido un adolescente. Aunque por los gustos y estilos de la época se le dibujara como si fuera un treintañero.

Es evidente que nunca hemos tenido un Spidey tan joven, y mucho menos una tía May tan estupenda como Marisa Tomei. Esta juventud de Peter hace que su transformación en héroe requiera de ayuda externa. No estamos en un cómic de los 60, la trama de "un chaval de instituto es picado por una araña, adquiere superpoderes, inventa un fluído superfuerte híper-extensible y además cose unos trajes estupendos" ya no cuela. Sobre todo en este Universo Cinematográfico Marvel en el que la pseudociencia justifica todos los poderes de los héroes. Hasta la existencia de Thor y su familia se justifica a través de jerga cuántica. Queda claro en ese planteamiento que para que Spider-Man pueda ser el héroe que está destinado a ser necesita una ayuda externa, y es en esa ayuda externa donde Marvel comienza a tender la trampa.

No es ninguna casualidad que sea Tony Stark el que toma el rol de mentor en esta película. Sus capacidades económicas y tecnológicas le hacen perfectos para asumir ese papel, pero hay más. Tony Stark fue el que inició el universo Marvel con el inesperado éxito de 'Iron Man- El hombre de hierro', y él es personaje que junta a los Vengadores, los financia y los convierte en un super-equipo. Capitán America es el alma de Marvel, pero el arquitecto es Tony Stark. Y ahora es este personaje el que hace la ingeniería necesaria para que Spider-Man tenga su lugar en la franquicia. Y lo hace con todas las consecuencias. Los Vengadores son parte de la trama desde el principio, con ese prólogo dedicado al villano, con las aspiraciones de Peter y con su escena final con Happy y Pepper, los primeros secundarios de Marvel.

La historia de Peter Parker queda inextricablemente unida a la de los Vengadores. Su tecnología, su heroicidad, su traje, incluso cuando Peter decide no formar parte (por ahora) del equipo, los Vengadores están dibujando al personaje por oposición. Y eso es justo lo que Marvel quería: pueden reclutar al personaje para cualquiera de los eventos que prepara, y pueden aprovechar las co-producciones con Sony para introducir en ellas los elementos de su cuidado universo. Después del éxito de 'Capitán América: Civil War', Marvel tienen en Spider-Man lo que quería, su personaje más querido "ha vuelto a casa".

¿Y a Sony qué le queda?

Marvel lleva pagando el precio de errores pasados muchos años: la cesión de los derechos de los X-Men, de Spider-Man, de los Los Cuatro Fantásticos, y de otros personajes en esos ámbitos de influencia, se hizo cuando no había planes de producir películas a través de un estudio propio. Y ahora los echan de menos; su universo en los cómics es imposible de entender sin las piezas que les faltan. Y aunque la traslación a las películas ha sido un éxito, les faltan sus mayores generadores de personajes e historias, los mutantes, y su familia fundacional, los Cuatro Fantásticos. Iron Man ha tomado el lugar de padre fundador, y los Inhumanos han intentado sin éxito ocupar el vacío dejado por Xavier y los suyos. Por eso es tan importante que por primera vez uno de los estudios rivales les haya devuelto cierto control sobre un personaje. Es algo que llevan esperando años.

Por su parte Sony, que contribuyó como pocas al resurgir del género con su primera trilogía de El Hombre araña, parece haberse tomado este trato como una nueva oportunidad. Ya ha anunciado dos proyectos para expandir su franquicia, 'Venom', con Tom Hardy y 'Silver and Black'. Ambas películas cuentan la historia de villanos de Peter Parker que en sus décadas de historia han ido convirtiéndose en anti-héroes cuando no en auténticos héroes.

Pero aquí empiezan los problemas. Sony no puede usar a Tom Holland en estas películas, le puede hacer referencia, pero no puede usar la creación conjunta con Marvel, no puede usar el traje creado por Tony Stark, no puede usar la Inteligencia Artificial que interpreta Jennifer Connelly, ni a la Tía May.

Venom es un villano de Spider-Man, un alien que se camufla como traje del héroe y acaba adquiriendo una forma y poderes parecidos a él, aunque luego pase a tener otro dueño. Por eso Venom tira telarañas. Gata Negra es una criminal que desarrolla una reacción amor-odio con Spider-Man que la lleva a cruzarse al lado justo de la ley. Silver Sable es una mercenaria que trabaja a mejor postor, pero con el objetivo final de ayudar a su país a sacudirse un yugo dictatorial. Son personajes interesantes, complejos, divertidos y muy dignos de tener sus propias películas. Pero es prácticamente imposible entenderlos sin Spider-Man. Spider-Man da forma a Venom, se enamora de Felicia Hardy, ayuda a Silver Sable. Spider-Man es el catalizador y protagonista de las historias de estos personajes. Puede tener una aparición testimonial en sus películas pero debe aparecer.

Y no puede. El acuerdo con Marvel no le deja. Y en caso de poder, no puede aparece con el traje, no puede aparecer con el nuevo grupo de personajes secundarios que ha enamorado al público. Aparecería cojo. Es un dilema que no podemos esperar a ver resuelto. Pero es un dolor de cabeza más para Sony con este personaje. Y después de la mala fama que ha adquirido el estudio con sus últimas decisiones y proyectos frustrados con el Hombre Araña nuevos fracasos no les vendrían nada bien.

Puede que visto lo visto, la solución a medio plazo pase por limitarse a ejercer de co-productores en las secuelas de 'Spider-Man: De Regreso a Casa', y que la solución a largo plazo sea la de devolver los derechos a Marvel a cambio de indecentes sumas de dinero. En todo caso, una vez más, y ya hemos perdido la cuenta, Marvel se ha apuntado un tanto, a nivel creativo, a nivel de crítica y a nivel de negocios. Y está bien merecido.