EMPATÍA

Meryl Streep recuerda a Lorca e imita a Penélope Cruz en su emotivo discurso en los Premios Princesa de Asturias

La actriz ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes este año, y lo ha recogido con un sentido monólogo sobre la importancia de la empatía "en este mundo cada vez más hostil y volátil".

Por Jesús Agudo Más 21 de Octubre 2023 | 11:00
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Meryl Streep en los Premios Princesa de Asturias 2023
Meryl Streep en los Premios Princesa de Asturias 2023 (Gtres)

Meryl Streep ha coronado su viaje a España con un sentido discurso, con mucho sabor de aquí, en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias. La actriz recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes en el Teatro Campoamor de Oviedo ante la presencia de los Reyes, la Princesa Leonor y su hermana, la infanta Sofía.

En los casi diez minutos de discurso, la ganadora del Oscar afirmó que era "un honor" compartir velada con el resto de ganadores. "Una parte de mí sospecha que como he representado a personas extraordinarias a lo largo de mi vida, ahora me toman como una de ellas" bromeaba, añadiendo que "el arte de actuar" es "el trabajo de su vida".

Meryl Streep en los Premios Princesa de Asturias

Continuó hablando del misterio de la actuación. "¿Qué es lo que hacemos los actores realmente?" se pregunta. "Cuando siento el dolor o la alegría de otra persona, o me río de sus disparates, siento como si hubiera descubierto algo veraz" continuaba, centrándose en la importancia de la conexión con otras personas y la capacidad de los actores de convertirse en otro. La empatía fue el eje conductor de su charla.

"La empatía es el corazón palpitante del talento del actor" explicaba. "Es más fácil conectar emocionalmente con personas parecidas a nosotros, pero siempre me ha interesado comprender ese otro instinto contraintuitivo que me lleva a intentar comprender al extraño. (...) En mi trabajo me han criticado por alejarme demasiado de mi propia experiencia, mi propia verdad e identidad. (...) ¿Pero es una impostura querer abrazar el mundo, querer vagar e intentar ver a través de tantos ojos de distintos colores y experiencias?".

Ella, que se considera "solo una chica de clase media de Nueva Jersey", que se atrevió a meterse en la piel de "la primera mujer Primera Ministra de Reino Unido, una superviviente polaca del Holocausto, un rabino, o en la jueza definitiva del mundo de la moda", nombrando algunos de sus papeles más reconocidos de su carrera. "Esa no es mi experiencia", dijo, y citó a Picasso: "Imitar a los demás es necesario. Imitarse a uno mismo es patético". También mencionó, con un intento de imitación, a su amiga Penélope Cruz: "No puedes vivir tu vida mirándote a ti mismo desde el punto de vista de una persona".

El recuerdo a Federico García Lorca

"El trabajo de un actor es encarnar vidas que no son como la suya porque la parte más importante de nuestro trabajo es que cada vida sea accesible para un público que puede estar sentado en un pequeño teatro de Málaga (cita que luego su amigo Antonio Banderas le agradeció en redes), o en streaming en cualquier parte del mundo" argumentó. "Una regla que se enseña a los actores en las escuelas de arte dramático es que no debes juzgar al personaje, eso te hace quedarte fuera de sus vivencias. El compromiso al que llegas con él al ponerte en su piel es ver el mundo desde su punto de vista. El público será quien juzgue, tú tienes que defender su causa lo mejor que puedas".

"A medida que crecemos, oprimimos la empatía y los suplantamos por autoprotección o por una ideología, a sospechar y desconfiar de los motivos de los que no son como nosotros. Y así llegamos a este momento triste de la historia. En la universidad diseñé el vestuario para una producción de 'La casa de Bernarda Alba' de Lorca. En ella, una de las hermanas Martirio cita: 'Pero las cosas se repiten, la historia se repite y todo es una terrible repetición'. Lorca escribió esta apasionada obra dos meses antes de su asesinato, en vísperas de otro cataclismo. Que pudiera ver desde tan alto, que mirara con tanta distancia los acontecimientos que amenazaban su vida es extraordinario. Que pudiera expresar a través de Martirio una sabiduría que no lo salvaría pero que sería una advertencia para el futuro es un regalo para nosotros".

"El don de la empatía es algo que todos compartimos. La misteriosa capacidad de sentarnos como extraños en un cine a oscuras y expresar los sentimientos de personas que no se parecen ni hablan como nosotros. Es una capacidad que todos deberíamos llevar con nosotros cuando salimos a la luz del día. La empatía puede ser una forma radical de acercamiento en otros teatros, en este mundo cada vez más hostil y volátil. Espero que podamos cumplir otra regla que se enseña a los actores: lo único que importa es escuchar" concluye este poderoso discurso.

Así termina el paso de Meryl Streep por Oviedo, una visita marcada por la cercanía de una de las mayores actrices de nuestra era, capaz de emocionar a jóvenes fans con un abrazo y de arrancarse a bailar al son de las gaitas en plena calle.

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