CRÓNICA

'Nomadland' gana en una gala de los Oscar terrible que se olvidó de lo más importante: las películas

La Academia desaprovecha la oportunidad de hacer una ceremonia especial y presenta una gala tediosa y con poco brillo en la que las decisiones para dar sorpresas fueron un desastre.

Por Jesús Agudo Más 26 de Abril 2021 | 07:43
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Empezó bien. Regina King entraba en la Union Station de Los Angeles con el primer Oscar de la noche mientras aparecían unos títulos de crédito muy resultones superpuestos en la imagen. La estación de tren lucía preciosa, con los nominados separados por mesas como si fueran los Globos de Oro, dándole a todo una estética de glamour clásico que rompía con las ediciones de años anteriores. El primer Oscar fue una sorpresa. Emerald Fennell recogía el premio al mejor guion original por 'Hermosa venganza' y aunque su discurso fue adorable, también fue premonitorio de la que se nos venía encima.

El equipo de 'Nomadland' posa con su Oscar

El papelón de organizar unos Oscar en plena pandemia es gordo, por supuesto. Pero también la Academia ha tenido mucho más tiempo para comprobar qué funcionaba y qué no en las propuestas de las otras entregas de premios y cerrar este annus horribilis con un poco de optimismo. Los productores, con Steven Soderbergh entre ellos, prometieron una gala dinámica y que nos hiciera mirar al frente. Y como si fueran políticos, faltaron por completo a su promesa. La gala de los Oscar 2021 no solo no fue especial, fue larga, aburrida, monótona y absolutamente carente de brillo. ¿Que no estamos para fiestas? Quizás, pero tampoco hacía falta eliminar todo atisbo de diversión.

Puede que por la falta de otros elementos disruptivos al haber retirado las actuaciones musicales a la pregala hubieran decidido no limitar el tiempo de los discursos de agradecimiento, pero casi ninguno de los premiados supo aprovechar su tiempo para dar realmente una verdadera sensación de emotividad o un mensaje poderoso. Thomas Vinterberg nos puso la piel de gallina recordando a su hija, y Chloé Zhao y Frances McDormand estuvieron a la altura dedicando su Oscar a los valientes o pidiendo que volviéramos al cine. El resto no llegó a tener mucho interesante que decir - algunos de hecho acabaron hablando de la vida sexual de sus padres, ejem, Daniel Kaluuya. Pero prácticamente todos se pasaron de tiempo, arrastrando una ceremonia que prometía ser más ágil al durar una hora menos (spoiler: se pasaron de tiempo).

Zendaya en la gala de los Oscar 2021

Pero lo más indignante fue el absoluto ninguneo que la Academia hizo a la razón por la que estábamos todos despiertos a esas horas de la noche: las películas. En muchas de las presentaciones de categorías no tuvimos ni un solo clip de las que deberían haber sido las protagonistas de la ceremonia, y los de las ocho nominadas a mejor película se despacharon justo antes de entregar la estatuilla... ¡que ni siquiera fue la última de la gala! Sin duda una de las peores decisiones de la historia de los Oscar: no entregar el premio gordo el último. Me cuesta mucho creer que no pudieran haber reaccionado a tiempo y cambiar la escaleta de la gala al ver que Chadwick Boseman no se iba a llevar el Oscar al mejor actor. Y aún así, ¿de verdad solo por eso cambian el orden de los premios? Si ya es una industria que da todo el bombo a los actores, esto ya es el acabose. Pero toda la tónica de la gala ha sido esa: casi no se ha hablado ni de las películas de este año ni de películas en general. En una edición en la que lo importante habría sido destacar los grandes hitos, las grandes historias, las grandes películas que nos hicieron vibrar en una sala de cine, si Frances McDormand no llega a mencionarlas ni siquiera ellas habrían tenido hueco en una gala tan insulsa.

Repartidos de verdad

Este año había buenas películas que por desgracia han sido vistas por poca gente. Los Oscar son su escaparate principal y este año no se ha hecho nada por promocionarlas. Y eso que casi todas ellas (pobre 'El juicio de los 7 de Chicago') podrán poner en sus pósters que han sido ganadoras de alguna estatuilla. Porque este año, como si fuera Oprah quien daba los galardones, casi todo el mundo ha conseguido su tío Oscar. El nivel de reparto es tal que la "triunfadora" de la noche, 'Nomadland', lo es con solo tres menciones: mejor película, mejor actriz para Frances McDormand (su tercer Oscar como actriz) y mejor dirección para Chloé Zhao, segunda mujer en la historia que lo consigue. Al menos nos queda que voces femeninas como las de Zhao o Fennell están empezando a calar entre los académicos. Parecía que la noche se le iba a atragantar a 'Nomadland' cuando llegaron los técnicos pero acabó remontando al final. En interpretaciones de reparto Daniel Kaluuya y Youn Yuh-Jung han clausurado su carrera perfecta hacia la estatuilla, mientras que en las de interpretación protagonista McDormand y Anthony Hopkins han dado la sorpresa. Menudo anticlímax cerrar la gala con un actor que ni siquiera estaba presente y sin tener ni un mísero video para acompañar. Nos quedaremos con la alegría de que Sergio López-Rivera se trae una estatuilla a España por su trabajo en el maquillaje de 'La madre del blues'. Que los premios hayan estado tan repartidos podría leerse como que ha sido una cosecha muy buena con varias películas con algo que las hace especiales. Pero los (probablemente pocos) que hayan aguantado la ceremonia se habrán quedado igual, sin casi información sobre ellas. Y eso es un error enorme.

Youn Yuh-Jung, Daniel Kaluuya y Frances McDormand en los Oscar 2021

Los Oscar 2021 han parecido un mero trámite, como si al tener la certeza de que la gala iba a tener una audiencia paupérrima no merecía la pena esforzarse. Desaprovechamiento total de las sedes repartidas por el mundo. Un In Memoriam lleno de caras importantes que fueron pasando a velocidad del rayo, sin emoción ninguna. Unos presentadores con algo de estrella pero poco que decir. Ningún maestro de ceremonias que pudiera encauzar el asunto. Un trivial que terminó por condenar una gala que ya no había quien la levantara. La enorme falta de estrellas que estuvieran ahí para dar empaque y dar esas reacciones de las que seguiríamos hablando días después de ver la gala. Hay que decirlo: Antonio Banderas y María Casado entendieron mucho mejor como tenía que ser una gala de la pandemia. Los de los Oscar se obsesionaron tanto por evitar los Zooms que se olvidaron de que lo importante son las emociones que se transmiten y no la calidad de la imagen. Que Glenn Close haciendo twerk sea el highlight de la noche dice mucho de la noche en cuestión. Pero que pudiendo suplir la falta de famosos o de canciones con montajes de películas, homenajes a la gran pantalla o simplemente con recordatorios de por qué esas ocho películas están nominadas este año hayan decidido no hacerlo indica lo mucho que les importaban esas historias. Muy buenas historias que necesitaban la visibilidad que el virus les ha arrebatado. Este año las películas necesitaban a los Oscar más que nunca y los Oscar les han dado la espalda.

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