'Big Little Lies' no iba a tener segunda temporada. El libro de Liane Moriarty en el que se basa la miniserie de HBO ya fue adaptado en su totalidad con la primera tanda de episodios; sin embargo, cuando estos recibieron 5 premios Emmy y 4 Globos de Oro, las partes implicadas se pusieron de acuerdo en realizar una continuación propia.
Para esta labor creativamente más difícil al no partir de ningún material base, el canal estadounidense no podía volver a contar con el director Jean Marc Vallée ya que lo tenían ocupado realizando la igualmente aclamada 'Sharp Objects'. Ante las prisas de volver al rodaje, le pasaron el testigo de la dirección a Andrea Arnold. A pesar del atractivo de trabajar con Nicole Kidman y Meryl Streep, lo que la directora británica no esperaba era que, después de aprovechar la libertad creativa que los productores le dieron, estos acabaran borrando su estilo de la serie en post-producción.
Tras haber ganado en 2016 el premio del Jurado en Cannes por 'Dulzura americana', los responsables de HBO podían intuirse cómo trabajaba Arnold antes de darle ese poder de influencia que ha tenido antes, durante y después del rodaje de la segunda temporada. De hecho, esta decisión no chocó a los más entendidos por las similitudes técnicas entre Vallée y su sustituta: primeros planos melancólicos y otros más grandes de paisajes de ensueño... Más aún, el director de 'El club de los desahuciados' confesó a IndieWire que "tenemos estilos similares de rodar. Ella se centra en las interpretaciones, como hice yo en la primera temporada".
Sin embargo, en este mismo reportaje, el medio estadounidense adelanta la polémica futura señalando que el estilo más suelto con cámara en mano de Arnold ya difiere del movimiento más flotante y pesado del anterior director. Aun así, y a pesar de los visionados diarios donde los productores comenzaron a ver las claras diferencias de tono con respecto a la temporada anterior, en ningún momento decidieron involucrarse en el rodaje. De hecho, por si estos indicios fueran pocos, la directora se trajo a todo el equipo creativo con el que había trabajado previamente en televisión ('I Love Dick', 'Transparent'), y HBO no le puso ninguna pega.
Sin embargo, la cadena guardaba más secretos que las propias protagonistas, ya que en ningún momento avisaron a la realizadora de que tenía que ceñirse al estilo planteado por Vallée en la primera temporada. A pesar de sus potenciales similitudes creativas, estos dos directores no llegaron a poner ideas en común en ningún momento, y el supuesto showrunner David E. Kelley apenas pasaba de vez en cuando una hora por el set de rodaje. Así, sin nadie a quien rendir cuentas y sin una tan habitual biblia de estilo visual, Arnold finalizó el rodaje de la temporada en agosto de 2018, y las actrices protagonistas se deshicieron en halagos por su trabajo.
"¡Esto es el final del rodaje de la temporada 2 de #BigLittleLies! Qué viaje tan precioso ha sido el rodar con mis 5 hermanas y nuestro apasionado y dedicado equipo. Gracias a HBO por la increíble oportunidad y gracias a Andrea Arnold por ser nuestra líder valiente, y por supuesto a la única e inigualable Meryl Streep por creer en nosotras. Os quiero a todos".
"Andrea Arnold. Terminando nuestro viaje en 'Big Little Lies' hoy. Te quiero a ti y a mi familia de hermanas".
Comienzan los problemas
Siguiendo con esa supuesta libertad creativa, los productores permitieron a la directora montar la serie en Londres con su propio equipo europeo. Sin embargo, en cuanto Vallée terminó 'Sharp Objects' a finales de 2018, HBO le encargó acabar de montar la segunda temporada y trasladó las labores de post-producción a su ciudad de residencia en Montreal. Así, sin ninguna explicación hacia la directora oficial, la cadena le retiró el poder del montaje y ordenó al director de la primera temporada imprimir ese mismo tono que tantos premios les otorgó en estos episodios ya rodados, eliminando así la huella creativa de Arnold.
Estas fuentes cercanas a la producción han señalado a IndieWire que el equipo europeo no tuvo tiempo ni siquiera de terminar un primer montaje oficial de ningún capítulo. Tras este cambio repentino, la directora se vio obligada por la cadena a volver al rodaje durante 17 días; lo que no esperaba era que, en esta ocasión, quien iba a manejar la dirección iba a ser Vallée. Aunque ella no ha dado ninguna declaración, estas fuentes han señalado que Arnold se encuentra devastada por esta experiencia, ya que sabía desde el principio que el trabajo en televisión es más colaborativo y que, como defiende fervientemente en todas sus series desde los años 80 el productor David E. Kelly, aquí las temporadas no requieren un estilo personal como las películas sino uno unificado.
Pues justo eso ha tenido Kelly en su nueva serie, para bien y para mal. Debido a estos reshoots, la segunda temporada se ha apoyado más en los flashback y han eliminado escenas de exploraciones de personajes y momentos "más superficiales" llenos del estilo de Arnold, según han apuntado las fuentes cercanas a la producción a IndieWire. El primer episodio parece ser el que más elementos de la directora posee, y de ahí que muchas críticas hayan apreciado en él un montaje más agitado y truncado que busca disimularlos. Variety ha criticado esta intención de conformismo por parte de HBO, en cuanto a que ahora las escenas parecen muy repetitivas intentado contar lo mismo de la primera temporada de la misma manera. Paradójicamente, ese era el plan desde el principio: traer a Vallée de vuelta. Para desgracia de Arnold, así se ha cumplido, aunque el hecho de que figuren hasta once montadores en los créditos da una idea del duro proceso por el que ha pasado la segunda temporada de 'Big Little Lies', actualmente en emisión en HBO.