¡Cuidado SPOILER!
* Comentamos alguno de los giros destacados de 'She-Hulk' 1x09 - '¿De quién es esta serie?'. Si aún no has visto el episodio, ¡no sigas leyendo!
La mejor forma de valorar el entretenimiento es prestando atención a la reacción natural de uno, así que, si todo son risas de principio a fin: ahí es. Esto es lo que sucede con el último capítulo de la temporada 1 de 'She-Hulk', serie que despide su primera tanda de episodios trazando una conclusión tremendamente dinámica y pegada a una esencia con muchísimo cuerpo, vaya, que se marca una finale por todo lo alto. Dando con el tono, agudizando su comedia y buscando la forma de encajar elementos del Universo Cinematográfico Marvel tratando de no recurrir a su hastiada a la par que efectiva fórmula, esta serie protagonizada por Tatiana Maslany pone punto y final a una primera temporada tremendamente experimental.
El viaje, muy ensayo error, empieza a dar con su punto a medio camino, en un sexto episodio que habla de tú a tú a muchas mujeres de la generación de Jennifer Walters, algo que esta ficción televisiva ha pretendido hacer desde el principio; y de ahí para arriba. El cierre de la temporada, un 1x09 titulado '¿De quién es esta serie?', se sumerge sin freno ni vergüenza en todo lo que hace especial a 'She-Hulk', 'aplastando' la cuarta pared de la forma más extrema e inesperada y pegándose a esa base de sitcom legal que tanto tiene que ofrecer.
Acaba por todo lo alto, exactamente igual que empieza: con un maravilloso a la par que hilarante homenaje a la cabecera de la serie de los 70, 'El increíble Hulk'. Marcándose un plano por plano en cuatro tercios, con imágenes cargadas de ruido y un narrador con tono espeluznante, 'She-Hulk' da el pistoletazo de salida a su final haciendo un guiño a dicha adaptación televisiva previa y al primer cómic que inspirase este personaje, titulado en España 'La salvaje Hulka'. Un deleite.
Tras esto la carcajada es constante, con unos diálogos muy acertados y una representación de la vida de Walters y su entorno que conecta con todo millenial. "La gente va a la cárcel todos los días", dice el padre de la malograda superhéroe en un intento de hacer mejor ese duro momento vital de su hija, pero sin tener las herramientas emocionales necesarias para ello.
Y de un trabajo exitoso y una independencia total, pasamos a una Jenn de nuevo en la habitación en la que creció, un dormitorio decorado con el póster de 'Erin Brockovich' en una pared y, por supuesto, el de 'Legalmente rubia' detrás de la puerta. Las referencias de Jessica Gao, creadora de la serie, y del equipo de guionistas, no pueden ser más 2000, un chorreo de guiños visuales y estilísticos que culmina con la práctica 'recreación' de la escena de 'El descanso' en la que el personaje encarnado por Cameron Diaz no logra escapar al narrador que describe su vida como un desastre. Todo decisiones acertadas. Todas en la línea de una apuesta cómica que encuentra su público en esos lazos con los que ata a toda una generación.
Dicha elección estilística no para de mejorar hasta el punto en el que She-Hulk rompe la cuarta pared como nunca antes lo había hecho, con esta heroína irrumpiendo en la sala de guionistas de su serie para poner orden, claro que sí. La propia Gao se encuentra entre los presentes que no se pueden creer que Jenn vaya a tener el atrevimiento de ir a ver a K.E.V.I.N., giro con el que descubrimos que Kevin Feige además de ser un jefe tremendamente implicado con todas las series/ películas de Marvel Studios, es un: cachondo.
Las risas cuando se descubre que Kevin es un 'Kit Electrónico Visual de Interconexión Narrativa' son impagables porque surgen de una broma que funciona a varios niveles. Kevin no solo no es Feige, sino que es una inteligencia artificial que asegura que su algoritmo es infalible a la hora de generar tramas. Y ahí tienes una mirada ácida al posible pero aún evitable futuro al que nos dirigimos, y una reacción cargada de sorna ante las críticas de aquellos espectadores que atacan a la mencionada fórmula marvelita. Aquí no va a haber batalla final porque ese no es el estilo de Jenn, y punto.
"Así somos los Hulk, aplastamos. Bruce aplasta edificios. Yo, la cuarta pared y los finales cutres. Y a veces a Matt Murdock". Es lo que tiene dar con ese elusivo carácter necesario para que todo funcione, que en el momento en que se agarra, ya todo encaja y brilla como debe.
La Difícil Diva de la Ley
Prácticamente cada escena del 1x09 de 'She-Hulk' subraya el eureka que debió sentir todo el equipo al encontrar el camino, una forma de hablar con el espectador que fluye y conquista marcando un lenguaje tan bien definido que ya son todo aciertos. Pero de entre todas ellas se podría mencionar esa en la que 'la Difícil Diva de la Ley' pasa de contestar al reportero que pregunta por su atuendo.
Son esos detalles del día a día femenino los que construyen una visión ajustada a la realidad de ciertas dinámicas arcaicas que la mayoría de la población femenina pretende dejar atrás. En dicha línea se establece la relación de Jenn y Matt, un 'romance' que nace de la sinceridad de una mujer que pide lo que quiere y no esconde que perfectamente puede desear saltarse la cena para ir directamente a cubrir 'otra necesidad'.
Daredevil disfruta dejándose llevar hasta una comida familiar muy al uso de las reuniones que cierran prácticamente cada película de 'Fast & Furious', con todos alrededor de la mesa y alguien siendo víctima de los chascarrillos. En este caso los padres de Jenn no se cortan a la hora de tratar de averiguar si ese mozo que les ha traído su hija a casa, es digno de ella y podría hacerse un hueco en su futuro. De nuevo un instante con el que numerosas solteras se sentirán identificadas. Qué alegría que 'She-Hulk' haya dado con la clave. Ojalá Marvel lo sepa apreciar y apueste por continuar dando cancha a esta comedia legal superheróica.