¡Cuidado SPOILERS!
*Este artículo desgrana algunos detalles importantes de la trama de 'Star Wars: El ascenso de Skywalker'.
En uno de los muchos giros de 'Star Wars: El Ascenso de Skywalker', C-3PO pierde la memoria. El segundo droide más querido de la saga (con permiso de R2-D2) se ve obligado a formatear su disco duro (por alguna excusa barata que el guion explica poco y defiende menos y no hace falta ni recordar), por lo que durante parte de la película acompaña a los demás personajes, completos desconocidos para él, sorprendido por todo lo que pasa y soltando chascarrillos. De repente, su cilíndrico amigo le devuelve la memoria con una copia de seguridad que tenía guardada por ahí. El proceso es idéntico a cuando guardas una copia de seguridad en tu teléfono móvil y a veces pierdes algunas fotos: casualmente la memoria almacenada de C-3PO llega hasta el final de 'El despertar de la fuerza'. Así Lucasfilm lanza el guiño definitivo a los fans que llevan dos años despotricando de 'Los últimos Jedi', el anterior episodio de la saga dirigido por Rian Johnson: "no podemos eliminar esa película que tanto odiáis, pero al menos la hemos borrado en la cabeza de C-3PO".
La productora, con Kathleen Kennedy a la cabeza y un realizador sin demasiadas ideas propias como J.J. Abrams al mando de la nave, se ha terminado por posicionar con aquellos que torcieron el morro con los mensajes feministas, nunca sutiles, que lanzaba el Episodio VII, y estuvieron a punto de quemar templos Jedi cuando vieron el Episodio VIII, la película más rebelde y subversiva en 40 años de saga. El guion del Episodio IX, firmado por Abrams y Chris Terrio (que después de ganar el Oscar con 'Argo' su carrera se compone de dos colaboraciones en DC y esta película), toma muchas decisiones discutibles, pero la peor de todas es lo que hacen con Rose Tico.
El personaje interpretado por Kelly Marie Tran fue introducido en 'Los últimos Jedi' y convirtió a la actriz hija de vietnamitas en la primera mujer no caucásica con un papel principal en 'Star Wars'. Rose era una mecánica de la Resistencia interpretada por Tran con mucha energía y entusiasmo y se convirtió en uno de los alivios cómicos de la película, aunque no terminaba de funcionar del todo, como gran parte de las novedades introducidas en esta trilogía. Rose Tico no tardó en convertirse en un símbolo de todo lo que algunos fans odiaban de la película de Johnson. Menos de una semana después del estreno de 'Los últimos Jedi', la Wookieepedia (una enciclopedia de 'Star Wars' elaborada por fans y ampliamente consultada por usuarios de todo el mundo) sufrió cambios anónimos en la página de Rose Tico con comentarios racistas, cambiándole el nombre por "Ching Chong Wing Tong" y describiéndola como "un puto personaje imbécil creado por Disney" y deseando que muriese en un coma "porque es una zorra imbécil", demostrando que los fans racistas de 'Star Wars' tienen mucho más odio que léxico. Los ataques no se dirigieron solo al personaje, sino también a la interpretación y el aspecto físico de la actriz, que recibía insultos racistas y sobre su peso.
Los demás seguimos con nuestra vida, pero Kelly Marie Tran vivió un infierno durante meses, recibiendo insultos personales y amenazas en las redes sociales. En junio de 2018, la actriz borró todas las publicaciones de su perfil de Instagram y cambió su descripción en la red social por la frase "Con miedo, pero sigo adelante". Dos meses después el New York Times publicó un artículo firmado por ella en el que decía que había empezado a creerse los insultos que recibía: "sus palabras parecían confirmar lo que me enseñó crecer como una mujer y una persona de color: que debo mantenerme al margen, y solo soy válida como un personaje menor en sus vidas e historias".
La cosa se calmó básicamente porque Kelly Marie Tran desapareció y se dedicó a rodar 'El ascenso de Skywalker'. Cuando apareció en la Star Wars Celebration celebrada en abril de 2019 en Chicago, el público presente la recibió entre ovaciones. Era el triunfo del Lado Luminoso: unos cuantos trolls racistas y machistas no habían conseguido derribar al progreso, encarnado en una mujer asiática que volvía con fuerza para salvar la galaxia en el Episodio IX que se estrenaría las próximas navidades.
Eso es lo que parecía antes de que viéramos la película y esta se convirtiera en la historia más triste de esta trilogía.
La desaparición de Rose Tico
Con la llegada de 'Star Wars: El ascenso de Skywalker' a los cines, recibida por la crítica con tibieza y decepción, hemos comprobado que, entre todas las concesiones que Lucasfilm ha hecho a los trolls que se autoproclaman "verdaderos fans" por haber gastado más dinero que nadie en merchandising, la que peor parada sale es Kelly Marie Tran.
Rose era uno de los puntos más luminosos de 'Los últimos Jedi', un personaje hiperactivo y parlanchín que había desarrollado una dinámica casi romántica con Finn, uno de los tres protagonistas interpretado por John Boyega. En esta película desaparece casi por completo. No, desaparecer habría sido una mejor opción para la actriz, a la que han obligado a estar en el rodaje de fondo y casi sin líneas de guion. Rose Tico se pasea por el set acompañando a un fantasma y siendo ignorada por Finn, al que le ponen de pareja una mujer afroamericana (Naomi Ackie interpretando uno de los muchos personajes sin desarrollo ni interés de la película), puesta ahí solo para acallar cualquier "shippeo" con una mujer que no era de su raza o, peor aún, con un hombre.
"Le han hecho un Jar Jar Binks", comentan los fans haciendo referencia al personaje más odiado de la trilogía de las precuelas que George Lucas orquestó en los años 2000. Otro inofensivo personaje secundario pensado como alivio cómico, Jar Jar Binks fue recibido con tanta negatividad que el actor que lo interpretó, Ahmed Best, llegó a plantearse el suicidio. A pesar de que Jar Jar estaba diseñado y animado por ordenador (como todo en las precuelas, más o menos), Best, un hombre negro además, asegura que el rechazo a su personaje sigue afectado a su carrera 20 años después.
Tal es el odio que pueden transmitir los fans tóxicos de 'Star Wars', que se unieron como una manada contra Kelly Marie Tran, una actriz perteneciente a una minoría que tenía solo 28 años. Rose Tico no era un personaje demasiado bueno, pero eso nunca fue culpa de ella. Lucasfilm debía haberla convertido en una de las grandes protagonistas de 'El ascenso de Skywalker', un gesto que habría sido todo un tortazo contra cierta parte del público. Por el contrario, la compañía de Kathleen Kennedy y el equipo dirigido por J.J. Abrams la escondió entre bambalinas, como unos padres que retiran del colegio a su hijo tras haber sido víctima de bullying.
En los pocos planos en los que aparece en este recién estrenado Episodio IX, Kelly Marie Tran está claramente apagada, y esa misma actitud es la que ha mantenido en algunas entrevistas del tour promocional. 'Star Wars' debe de haberse convertido para ella en una cárcel que le recuerda sus peores miedos. Una saga que habla de abrazar la Luz la ha arrojado a aquellos que solo tienen para ella violencia, odio y exclusión. Por suerte para ella, 'Star Wars' es ficción, un puñado de peliculitas tontas con demasiado bombo alrededor que se acaban cuando terminan los créditos.
'El ascenso de Skywalker' puede parecer una película ideológicamente vacía, tanto como es inerte en lo narrativo y yerma en lo emocional. Pero no nos llevemos a engaño, son pequeños detalles como esa "limpieza" en la memoria de C-3PO los que dejan ver que Lucasfilm ha tomado partido en un conflicto que lleva años dividiendo a la base de fans de 'Star Wars'. Todos podemos sentirnos identificados con la lucha de la Resistencia, pero el poco discurso que hay en la película resuena más fuertemente con cierta posición victimista de la que se han apropiado los nazis en los últimos años: no estás solo, hay otros como tú ahí afuera que también quieren luchar contra los que intentan imponer su estilo de vida. Se sienten amenazados por las minorías (para ellos, nosotros somos el Imperio, o la Primera Orden o como sea que se llamara en esta película), pero nosotros no estamos imponiendo nada, estamos luchando por no vivir en los márgenes. No queremos ser un beso sin sentido entre dos mujeres en un plano rápido; queremos ser personas reales.
Como Kelly Marie Tran, y a pesar de Lucasfilm, con miedo pero seguimos adelante. Con o sin la Fuerza.