Promesas incumplidas. Una detrás de otra. Cada vez hay más presión por parte del público para que los grandes estudios incluyan personajes LGTB en sus superproducciones. Estamos en 2017 y todavía es casi imposible encontrarse a un secundario, y mucho menos un protagonista, no heterosexual en un blockbuster de Hollywood.
Como una de las compañías líderes en la industria del entretenimiento para toda la familia, Disney siempre ha sido escrutada con más detenimiento en cuanto los valores que representa en pantalla y su papel en la educación de la sociedad, concretamente de los más pequeños. Por eso, en los últimos años, las peticiones para que los personajes LGTB empiecen a aparecer en los productos masivos para toda la familia se han concentrado sobre todo en ella.
Todo estalló con el anuncio de la secuela de 'Frozen: una aventura congelada', que propició el hashtag #GiveElsaAGirlfriend en Twitter, una campaña a favor de que una de las hermanas del clásico Disney saliera del armario como lesbiana y tuviera un interés amoroso femenino. A partir de ahí, se convirtió en algo habitual que con cada gran estreno de Hollywood, se dijera que tal o cual película incluía "el primer personaje LGTB" de una franquicia. ¿Progreso real o marketing?
Ocurrió con 'Power Rangers', cuya Ranger Amarilla, Trini (Becky Gomez) tenía una escena en la que se daba a entender que quizá no solo le gustaban los chicos, sino también las chicas. También pasó en el remake de 'La Bella y la Bestia', cuyo director, Bill Condon, prometía antes del estreno un "momento exclusivamente gay" con el primer personaje abiertamente homosexual de Disney, LeFou (Josh Gad), que después no fue para tanto. Por otro lado, gracias a una novela de acompañamiento de 'Star Wars: Los últimos Jedi' (también propiedad de Disney), hemos descubierto que el personaje de Laura Dern, Amilyn Holdo, podría ser bisexual o pansexual, aunque todavía queda por ver si se se hace referencia a ello de alguna manera en pantalla. Y antes de todas ellas, pasó con Dumbledore en 'Harry Potter', de la que J.K. Rowling desveló en 2007 que el personaje era gay, pero la revelación se mantuvo fuera de las películas (por no hablar de los libros). Sin embargo, con 'Animales fantásticos 2' parece que hay intención de que Dumbledore, cuya versión joven interpreta Jude Law, sea abiertamente gay. Ya veremos lo que esto significa.
Todos estos casos han generado un debate en torno a lo que se conoce como queerbaiting, que vendría a ser el acto de incluir a un personaje o una escena de cariz LGTB en una película o serie como cebo para la audiencia queer, sin intención de comprometerse con la representación más allá del truco publicitario.
Valquiria es bisexual en 'Thor: Ragnarok', pero si no te lo dicen, no lo sabes
La última película en incluir al "primer personaje LGTB" de una franquicia es 'Thor: Ragnarok'. Tessa Thompson, la actriz que interpreta a Valquiria en la película de Taika Waititi, ha confirmado en Twitter que ella interpretó al personaje como bisexual, basándose en los cómics. Sin embargo, en la película no hay ningún indicio de que, efectivamente, Valquiria sea LGTB. En los casos anteriormente mencionados había algún detalle sutil que lo sugería, pero en el caso de la película de Marvel (que también es de Disney), no hay nada.
She's bi. And yes, she cares very little about what men think of her. What a joy to play! https://t.co/d0LZKTHCfL
? Tessa Thompson (@TessaThompson_x) October 21, 2017
"Es bi. Y sí, le importa muy poco lo que los hombres piensen de ella. ¡Qué placer interpretarla!" (La actriz en referencia al personaje en Marvel Comics)
YES! Val is Bi in the comics & I was faithful to that in her depiction. But her sexuality isn't explicitly addressed in Thor: Ragnarok. https://t.co/hmb5lYN5to
? Tessa Thompson (@TessaThompson_x) October 23, 2017
"Sí, Val es bi en el cómic, y yo me mantuve fiel a esa representación. Pero no hay referencia explícita a su sexualidad en 'Thor: Ragnarok'"
Entonces, ¿de qué sirve decirlo si no va a tener impacto verdadero en la película, y por tanto, en la audiencia? Aludir a ello en entrevistas o en redes sociales es algo positivo, no cabe duda, un pequeño paso adelante que, a su manera, contribuye a la visibilización de la comunidad LGTB, aunque solo sea situándola una vez más en el centro de una conversación online a nivel global. Pero no es suficiente. Necesitamos que los grandes estudios se comprometan con la causa y entiendan lo importante que es su papel como agentes de cambio.
Fuera de las majors más grandes ya llevamos años viendo ejemplos de representación LGTB en productos para toda la familia. La televisión, como siempre, va un paso por delante. La propia Disney incluía su primer beso homosexual en la serie de animación 'Star contra las Fuerzas del Mal', mientras que 'Steven Universe' es conocida por su gran labor de inclusión y representación LGTB, y Marvel y (sobre todo) DC han contado ya con varios personajes no heterosexuales en sus series. En cine, el estudio Laika incluyó a su primer personaje gay en 2012 con 'El alucinante mundo de Norman', en la que uno de los secundarios decía abiertamente y sin ambigüedad alguna que tenía novio, y recientemente hemos visto el precioso corto viral 'In a Heartbeat', en el que dos niños homosexuales se enamoran, con una respuesta muy positiva por parte del público.
El "poco a poco" ya no es suficiente. Hacer las cosas de boquilla tampoco. Hay que dar un paso adelante de verdad. Dejar de tratar la homosexualidad como un easter egg, un reclamo publicitario o una herramienta política. Ya es hora de que los grandes estudios de Hollywood, con Disney y sus propiedades a la cabeza, incluyan un beso entre dos personajes del mismo sexo, una relación amorosa, un personaje LGTB que exprese interés abierta y naturalmente por otro, es decir, algo más que una referencia velada en una entrevista o un guiño confuso que los niños no entenderán. Así comprobarían, y comprobaríamos, no solo que el mundo no se acaba, sino que puede ser un lugar más tolerante e inclusivo gracias a ellos.
La evolución de la imagen del colectivo LGTB en el cine
Inicios
Hablando desde la perspectiva de Hollywood, al fin y al cabo es la industria predominante en todo el mundo, ya en el cine mudo existía la figura del "sissy", que en inglés significa algo así como "mariquita", hombres afeminados que servían como alivio cómico. Se pudo ver en película como 'Nuestros superiores' (1933) o 'La alegre divorciada' (1934). Los "sissys", con su excesivo amaneramiento, escuálidos cuerpos y mal maquillados, lograban que los espectadores se viesen más viriles o ellas más femeninas.
Lo curioso es que tanto los gays como las lesbianas eran mostrados como si fuesen transformistas, ellos tenían una caracterización claramente femenina mientras que ellas eran mostradas con ropas y andares masculinos. Sin embargo, las mujeres travestidas eran vistas con atractivo por parte del público masculino y del femenino. El caso más claro es el de Marlene Dietrich en 'Marruecos' (1930) en la que, vestida con un esmoquin, logra un sonoro aplauso en un club nocturno donde, además, da un beso en los labios a otra mujer, logrando el apoyo del público. Otro ejemplo fue 'La reina Cristina de Suecia' (1933), con la que Greta Garbo se convirtió también en un icono lésbico, pese que la supuesta homosexualidad de la monarca queda encubierta.
Código Hays
No obstante, pese a ser mostrados de manera esperpéntica y grotesca, la imagen de la homosexualidad como figura cómica no hacía mucha gracia a la llamada Legión para la decencia y la Liga de Mujeres, formaciones provenientes de grupos ultraconservadores cristianos que se movilizaron promoviendo boicots por mostrar "personajes indecentes". De ahí, que Hollywood crease el llamado Código Hays, que pretendía censurar temas "inmorales". Desde 1934 a 1967, las películas no podían mostrar desnudos, besos apasionados y tampoco temas relacionados con el aborto, la prostitución y la homosexualidad, considerada "una perversión sexual".
Años 40
Películas como 'Días sin huella' (1945) o 'Encrucijada de odios' (1947) omitían aspectos relacionados con la homosexualidad. De hecho, el Código Hays cambió la imagen cómica para mostrar a personajes homosexuales en roles de villanos y perversos, capaces de lograr sus objetivos de las maneras más viles posibles. De ahí nació la imagen de la mujer lesbiana sin escrúpulos, capaz de lograr sus objetivos a toda costa. Ejemplo de ello es en películas como 'Rebeca' (1940) o 'El trompetista', en esta última se veía cómo personaje de Lauren Bacall era una mujer bisexual con una vida caótica y autodestructiva. Evidentemente, la sexualidad de los personajes es sublimada pero se dejaba caer pequeños guiños para que el público lo asociase.
Otro ejemplo, esta vez masculino, es 'La soga' (1948), en la que Alfred Hitchcock muestra a dos estudiantes que viven juntos y que asesinan a un compañero de clase. En el apartamento en el que los protagonistas conviven se puede ver sólo una habitación con una cama de matrimonio. En esta época, la homosexualidad debía insinuarse, un ejemplo en 'Río rojo', en el que los personajes de Montgomery Cliff y John Ireland "comparan" sus pistolas.
Años 50
La sublimación de la homosexualidad permitió ver cómo se entendía "lo diferente" en estas épocas. En 'Té y simpatía' (1956), Vincente Minnelli narra los intentos de una familia de clase acomodada de "corregir" el comportamiento amanerado de su hijo, para evitar que el resto de la sociedad lo tache de "invertido". En esta época surgió 'Ben-Hur' (1959) que, realmente, habla de un amor entre dos hombres, sublimado como una fuerte y leal amistad. En 'La gata sobre el tejado de zinc', basada en la obra de teatro homónima de Tennessee Williams, se intuye que el motivo por el que Brick (Paul Newman) y Maggie (Elizabeth Taylor) son un matrimonio en el que no hay sexo es porque él tenía un affaire con su mejor amigo.
Lo mismo ocurría con 'De repente, el último verano', escrita por Tennesse Williams y Gore Vidal, en la que se narraba como Violet (Katharine Hepburn) interna en un psiquiátrico a su sobrina Catherine (Elizabeth Taylor) y, después, quiere que le hagan una lobotomía para que no diga la verdad sobre la muerte de su primo Sebastian. Una película en la que se puede ver que el joven fallecido era homosexual. Otro ejemplo es el de 'Un rebelde sin causa', en el que Platón (Sal Mineo), enamorado de Jim (James Dean), tiene un final trágico. Un exponente de sublimación, en esta ocasión amable, es 'Con faldas y a lo loco' (1959), dirigida por Billy Wilder y protagonizada por Jack Lemmon, Tony Curtis y Marilyn Monroe.
En esta época surgió una de las pocas cintas que habla sobre transexualidad: 'Glen o Glenda', dirigida por Ed Wood en 1953. Producción de serie B, es considerada una de "las peores películas de la historia". La cinta, en la que también se hablaba de travestismo, narraba, en parte, la vida de Christine Jorgensen, la primera persona en aceptar públicamente su condición de mujer transexual. Pese a no ser querida ni por el público ni por la crítica, fue pionera a la hora de hablar de personas transgénero en el cine.
Años 60
En la década de los 60, el Código Hays se suavizó, en 1967 sería sustituido por la Clasificación por edades de la MPAA, con fuerte influencia de gente afín al partido republicano. Aun así, la homosexualidad seguía siendo un tema tabú. De hecho, la imagen de la homosexualidad sigue estando relacionada con la de villanos, aunque se extiende ahora a personajes trágicos que son arrastrados a la muerte o a un castigo por su sexualidad, algo que ya se vio en los 50 en 'Rebelde sin causa'.
Por ejemplo, en 'Tempestad sobre Washington' (1962), se puede ver una subtrama en la que un senador es chantajeado debido a un amor homosexual del pasado. En 'La calumnia', considerada una de las obras maestras con temática LGTB, se narra cómo una mentira provoca que dos profesoras, compañeras de piso, sufran el acoso y el insulto de la gente por insinuarse una relación lésbica entre ambas que, finalmente, acaba con el suicidio de una de ellas al estar verdaderamente enamorada de su compañera. A finales de los 60, con el Código Hays abolido, se pudo utilizar la palabra "homosexual" en los diálogos de manera directa, aunque los personajes seguían estando atormentados y tenían destinos trágicos, el más claro ejemplo es 'La zorra' (1968), en la que un hombre se mete en la vida de una pareja de lesbianas y consigue "curar" a una de ellas mientras que la otra muere aplastada.
Sin el apoyo de grandes estudios, en 1969 se estrenaría 'Cowboy de medianoche', primera y única película calificada originalmente como cine X en ganar el Oscar a la mejor película. Fue catalogada como X por su "clara referencia a la homosexualidad", relacionado por el modo de sobrevivir de Joe Buck (Jon Voight), que malvive prostituyéndose.
Años 70
Fue la década de apertura y coincidió con los inicios del movimiento LGTB. Un primer acercamiento fue en 1969 con 'La escalera'. En 1970, pese a ser una película no aprobada ni por la crítica ni por el colectivo actual, se estrenó 'Los chicos de la banda', considerada la primera toma de contacto con algo diferente, al no tener sus protagonistas un final trágico, pese a no haber escenas amorosas. Aunque como secundario, en 'Cabaret' (1972) se pudo a ver al personaje de Bryan Roberts (Michael York) como un personaje gay positivo cuya sexualidad no le pesa.
Pese a ello, la imagen asociada al crimen o al tormento sigue estando latente en el cine, prueba de ello son películas como 'Una extraña pareja de polis', en la que un hombre masculino y muy heterosexual logra tomar justicia contra delincuentes de dudosa sexualidad.
Aparte habría que destacar cómo entre finales de los 60 y ya durante la década de los 70 siguió emergiendo una corriente de cine independiente que no estaba tan atada a las presiones del MPAA, un ejemplo sería 'Lonesome Cowboys', dirigida por Paul Morrissey y el mismísimo Andy Warhol que es un western en el que hay un pueblo en el salvaje oeste habitado sólo por atractivos y bellos hombres. También estaba la trilogía 'Flesh', en la que se mostraba el cuerpo masculino como objeto puramente sexual. Además, en 1972 se estrenaría la cinta de culto de John Waters, 'Pink Flamingos', protagonizada por la drag queen Divine.
Años 80
En los 80 se pudo ver el movimiento LGTB en pleno apogeo y fue la primera vez que el colectivo logró manifestarse en contra de esa imagen negativa de la homosexualidad. Fue con 'A la caza' (1980), cinta protagonizada por Al Pacino. En el filme, se muestra cómo un policía se adentra en antros de ambiente leather para buscar a un asesino en serie. Cansados de esa imagen perversa, como también de la baja calidad de la película, el colectivo se aunó para protestar contra la producción, logrando visibilidad y cambios en la película, un primer triunfo.
A inicios de esta década se pudo ver cine positivo como 'Su otro amor' (1982), que narra cómo un médico casado (Michael Ontkean) se enamora de un atractivo escritor (Harry Hamlin) y decide salir del armario y aceptarse a sí mismo. La cara opuesta sería 'Su mejor marca' (1982), que narra cómo dos mujeres deportistas olímpicas tienen una relación sentimental hasta que una de ellas conoce a un hombre. A parte estaría el personaje de Cher en 'Silwood', abiertamente lesbiana, por la que fue nominada al Oscar. Otro ejemplo sería 'El color púrpura' (1985), dirigida por Steven Spielberg.
En 1983 se pudo ver la extraña 'El ansia', con David Bowie, Susan Sarandon y Catherine Deneuve. Sería a mediados de los 80 cuando llegaría el cine de Gus Van Sant con 'Mala noche' (1985) considerada obra de culto o 'Miradas en la despedida', dirigida por Bill Sherwood en el mismo año y que hablaba sobre cómo dos personas deben despedirse por la llegada del sida. En 1988 vendría, desde el cine independiente, otra cinta de culto de John Waters, 'Hairspray', protagonizada también por Divine y que tuvo musical de Broadway y un remake en 2007.
Años 90 (Parte 1)
Los años 90 se caracterizaron por una década de asentamiento de la temática LGTB en el cine. Desde la vena más independiente estuvo 'Compañeros inseparables' (1990) que narraba cómo un grupo de amigos hacía frente al virus del sida. Basadas en novelas donde los personajes eran abiertamente lésbicos están 'Tomates verdes fritos' (1991) y 'El silencio de los corderos' (1991), aunque en ambas no se hacía mención a la sexualidad de sus protagonistas. Aparte estarían cineastas independientes como Gus Van Sant, Todd Haynes o Rose Troche con películas como 'Mi Idaho Privado' (1991), 'Poison' (1991) o 'Go Fish' (1994). También merece mención 'Entrevista con el vampiro' (1994), como la cubana 'Fresa y chocolate' (1993), que es todo un icono del cine LGTB como también un ejemplo de la represión castrista.
Como nota polémica estaría 'Instinto básico' (1992) en la que Paul Verhoeven ponía a una despiadada mujer bisexual como asesina, no obstante, se alejaba del concepto de la época del Código Hays. En 1993 llegaría 'Philadelphia', dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Tom Hanks, con la que se llevó el Oscar. La película es clave no sólo por hablar del sida a un público mayoritario sino por mostrar a un hombre gay alejado de cualquier estereotipo. Cierto es que se abordó ya en otras películas, sin embargo, 'Philadelphia' estaba pensando para un público ajeno al LGTB, de ahí que surgiesen críticas por las faltas de afecto entre Hanks y Antonio Banderas. Sin embargo, fue clave para ayudar a dar otra imagen, fuera de clichés, del colectivo.
Años 90 (Parte 2)
Sin duda, los años 90 fueron los más productivos para el cine LGTB. Además de la importancia de 'Philadelphia' (1993), hubo más películas que mostraron la realidad LGTB como la taiwanesa 'El banqueta de boda' (1993), la primera película gay de Ang Lee o la australiana 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' (1994), una road movie protagonizada por tres artistas de cabaret (dos travestis y una mujer transexual) en la que recorrían media Australia para que una de ellas se hiciese cargo del hijo que tuvo en una anterior vida. Sin duda, pionera a la hora de abordar un concepto diferente de familia.
En 1996 se estrenaría la que es, de momento, la cinta LGTB más taquillera de la historia en Estados Unidos. 'Una jaula de grillos', remake de la francesa 'Vicios pequeños (La jaula de las locas)' (1978). Protagonizada por Robin Williams, la cinta tiraba de estereotipos y clichés para hablar de lo diferente y mostrar también una familia distinta. Un año antes se estrenaba el documental 'El celuloide oculto', en el que se analizaba cómo Hollywood había tratado, hasta el momento, a los personajes LGTB.
Otros ejemplos de esta época son la comedia 'In & Out' (1997) o el remake no declarado de 'Priscilla', 'A Wong Foo, gracias por todo Julie Newmar' (1995). Rupert Everett, uno de los pocos actores en ser abiertamente homosexual, tuvo papeles gais en cintas como 'La boda de mi mejor amigo' (1997). También están películas como 'It's My Party' (1996), 'La mujer sandía' (1996), 'Creo que sí' (1997), 'Persiguiendo a Amy' (1997), 'It's in the Water' (1997)' o 'American Beauty' (1999). También está 'El talento de Mr. Ripley' (1999).
Los 90 cerraron en clave transexual con 'Boys Don't Cry', dirigida por Kimberley Peirce y protagonizada por Hilary Swank y en la que se hablaba de Brandon Teena, un chico transexual que fue asesinado en un crimen de odio. Una cinta con la que Swank ganó su primer Oscar a la mejor actriz.
Años 2000 (Parte 1)
La llegada al nuevo milenio trajo consigo una evolución clara en cine LGTB, algo que se pudo disfrutar en la década de los 90 con un rico catálogo de cine queer. Los 2000 empezaron con 'Antes que anochezca', biopic sobre el poeta cubano Reinaldo Arenas y por el que Javier Bardem fue nominado al Oscar, y la mítica 'Billy Elliot', británica y en la que se hablaba de un chico que empieza a tomar clases de ballet y cuyo mejor amigo es homosexual.
También estaría 'Mulholland Drive' (2001) considerada uno de las grandes películas de David Lynch, el musical 'Hedwig and the Angry Inch' (2001), de John Cameron Mitchell, que narra la vida de una cantante de rock transexual. Todd Haynes volvería con la delicada 'Lejos del cielo' (2002), mientras que el mismo año Stephen Daldry traería otra obra maestra, 'Las horas'. Además, habría que mencionar también 'Elephant', cinta con la que Gus Van Sant ganó la Palma de Oro en Cannes en 2003; 'Monster', filme que habla de la asesina en serie Aileen Wuornos y con el que Charlize Theron ganó el Oscar; o 'Kinsey' (2004), que narra la vida del investigador Alfred C. Kinsey, que estudió el comportamiento sexual del hombre y la mujer y famoso por la conocida Escala de Kinsey.
2005 es un año clave para el cine LGTB. En sólo ese año se estrenaron, de manera importante, hasta seis películas de temática que estuvieron presentes en varios premios. 'Transamérica', 'C.R.A.Z.Y.', 'Desayuno en Plutón', 'Rent' y 'Truman Capote' son consideradas grandes películas de esta época, con un enfoque diferente respecto a la transexualidad, el descubrimiento de la sexualidad o el retrato de celebridades históricas. Pero lo que encumbró al cine LGTB fue 'Brokeback Mountain', ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia, BAFTA a la mejor película y ganadora de tres premios Oscar. Aún su no victoria a mejor película en los Oscar por 'Crash' sigue recordándose. Con 'Brokeback Mountain', el cine LGTB llegó a otro nivel, logrando una visibilidad que sigue ayudando, a día de hoy, a mostrar cine diferente y con vistas comerciales.
Años 2000 (Parte 2)
Pasado 'Brokeback Mountain', el cine LGTB empieza a romper fronteras a niveles comerciales. Cierto que el cine de temática se ha podido ver ampliamente en el cine europeo pero fue con la llegada del siglo XXI cuando películas de Iberoamérica y Asia empezaban a abrirse paso en todo el mundo. En los 90 se pudo ver 'Happy Together' de Wong Kar Wai. Otro cineasta es el israelí Eytan Fox, conocido por películas como 'Yossi y Jagger' (2002) o 'Caminar sobre las aguas' (2004). En 2006 se pudo ver 'Boy Culture' y 'Recortes de mi vida', ópera prima de Ryan Murphy.
Otras dos películas que marcaron esta década fueron 'Mi nombre es Harvey Milk' (2008), que narró la vida del político y activista LGTB Harvey Milk, asesinado en 1978 por el concejal de San Francisco Dan White. Dirigida por Gus Van Sant, ganó el Oscar a mejor guion original y al mejor actor para Sean Penn. La otra es 'Un hombre soltero' (2009), la ópera prima del diseñador Tom Ford, basada en la novela de Christopher Isherwood, aclamada por la crítica, logró una nominación al Oscar para Colin Firth.
Entre otras cintas a destacar está el debut de Xavier Dolan, 'Yo maté a mi madre' (2009), 'Chloe' (2009), 'El niño pez' (2009), 'XXY' (2007), 'Oraciones para Bobby' (2009), 'Eyes Wide Open' (2009) y 'Phillip Morris, ¡Te quiero!' (2009).
Años 2010
La década de los 2010 se caracteriza por una extensión del cine LGTB, lo gay, lo lésbico y lo bisexual seguirá teniendo protagonismo pero la transexualidad irá abriéndose paso en el cine comercial. Omitiendo las producciones europeas, que tienen su propio apartado, en esta década, que aún no ha acabado, se han podido ver películas como 'Los chicos están bien' (2010), 'Beginners' (2010), 'Cisne negro' (2010), 'Albert Nobbs' (2011), 'Dallas Buyers Club' (2013) o 'Gerontophilia' (2013),
Empiezan a surgir nuevos cineastas LGTB como Lisa Chodolenko, Ira Sachs ('Keep the Lights On', 'El amor es extraño'), Xavier Dolan deslumbrará con 'Laurence Anyways' También surge cine en el que se insinúa la homosexualidad, como 'Foxcatcher', a cine más activista como las británicas 'The Imitation Game' o 'Pride'. Clint Eastwood sorprendía con 'J. Edgar', su segunda cinta de temática gay tras 'Medianoche en el jardín del bien y del mal'. También se verán cintas catalogadas como obras maestras como el caso de 'Carol' (2015) o 'La doncella' (2016), ambas con protagonistas lesbianas. Nota aparte para la espléndida 'Moonlight', primer filme LGTB en ganar el Oscar a mejor película, venciendo a la favorita 'La ciudad de las estrellas (La La Land)'.
En varias partes del mundo empiezan a surgir películas que han logrado notoriedad en varios festivales. La venezolana 'Desde allá' se alzó con el León de Oro en Venecia; las brasileñas 'A primera vista', 'Luna en Brasil' y 'Madre sólo hay una' lograron el aplauso de la crítica; desde Argentina destacaron 'Hawaii' y 'Ausente', ambas de Marco Berger; y también destacaron la sudafricana 'Skoonheid', las venezolanas 'Pelo malo' y 'Azul y no tan rosa' y la chilena 'Joven y alocada'.
Como se ha comentado antes, la transexualidad se ha tocado con películas como la cubano-irlandesa 'Viva', la australiana '52 martes', la cubana 'Vestido de novia', 'La chica danesa', o la recientemente estrenada 'Una mujer fantástica', que deslumbró a la crítica en la Berlinale.
Europa
Una vez visto el cine de Hollywood y parte del mundo, toca hablar del cine LGTB europeo, muy diferente al estadounidense y que ha gozado de mayor libertad creativa al imperar mucho la idea de cine de autor. De hecho, en Europa surgieron importantes cineastas como el alemán Rainer Werner Fassbinder, los italianos Luchino Visconti y Pier Paolo Pasolini, los franceses André Téchiné, Céline Sciamma o François Ozon o los españoles Eloy de la Iglesia y Pedro Almodóvar.
Alemania
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el cine y la sociedad alemana eran muy abiertos respecto a la homosexualidad. En 1919 se estrenó 'Distinto a los demás', que narraba cómo un músico gay es chantajeado por su orientación sexual. La película es todo un icono del cine LGTB al ser, posteriormente, prohibida y quemada, no fue hasta 1979 cuando se pudo recuperar buena parte del metraje de la cinta en Ucrania. En 'No quiero ser un hombre' (1918), se puede ver cómo una mujer seduce a otra.
Tras películas como 'Mikaël' (1924) o 'Sexo encadenado' (1928), en 1931 llegó la primera cinta abiertamente lésbica de la historia, 'Muchachas de uniforme'. También destaca 'Victor o Victoria' (1933). Con la llegada del Tercer Reich, no habría ninguna cinta de temática LGTB, ni siquiera insinuada, hasta finales de los años 50, aunque no sería hasta la llegada del llamado Nuevo Cine Alemán cuando el tema LGTB volvería ya de forma icónica.
Sin duda, de esa etapa toca hablar de Rainer Werner Fassbinder, cineasta, dramaturgo y escritor que rodó 41 películas hasta su muerte con sólo 36 años. Fassbinder utilizó la sexualidad como metáfora de la relación de clases, creando películas de dominación-sumisión u opresión, de manera que la burguesía explota al proletariado. Sus cuatro grandes ejemplos son 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant' (1972), 'La ley del más fuerte' (1974), 'Un año con trece lunas' (1978) y 'Querelle' (1982). 'Gotas de agua sobre piedras calientes', una obra teatral suya, fue posteriormente adaptada por François Ozon en 2000. Otro cineasta fue el polémico Rosa von Praunheim, que combina cine con política y activismo LGBT.
Reino Unido
Aunque hubiese pequeñas pinceladas en las primeras películas mudas de Alfred Hitchcock, fue en 1961 cuando se estrenó 'Víctima', protagonizada por Dirk Bogarde, en ella se habla de un chantaje a un prestigioso abogado casado pero que, en realidad, es gay y tiene encuentros con jóvenes. A diferencia de las producciones hollywoodienses, en 'Víctima' el lenguaje era muy directo, se utilizó la palabra "homosexual". Hay que recordar que las relaciones homosexuales estuvieron prohibidas en el Reino Unido hasta 1967, de ahí la gran valentía del actor Dirk Bogarde por atreverse a protagonizar un papel que le era muy cercano, el intérprete era también gay.
Con la llegada del Free Cinema entre los 50 y los 60, empezaron a haber producciones con personajes LGBT. Tony Richardson dirigió cintas como 'Mirar hacia atrás con ira' (1958), 'Un sabor a miel' (1961) o 'La habitación en forma de L' (1962), en ella narraba la convivencia entre heterosexuales y homosexuales, en la última, de hecho, están una lesbiana y un gay entre los protagonistas, algo pionero para la época. Tras despenalizarse la homosexualidad, se estrenó 'El asesinato de la hermana George', la primera cinta que hablaba abiertamente de lesbianas.
Al igual que en Alemania, en el Reino Unido existen nombres de autor que hicieron cine de temática. Ken Russell dirigió cintas como 'Mujeres enamoradas' (1969) o 'Maurice' (1987), cinta de época en plena era victoriana. Derek Jarman, icónico con su 'Sebastiane' (1976) y con películas como 'Caravaggio' (1986), con un efebo Sean Ben, o 'Eduardo II' (1991).
También existen cintas como 'Bent' (1997), que habla de la retención de varones homosexuales en campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial; 'Wilde' (1996), biopic del poeta Oscar Wilde; 'Mi hermosa lavandería' (1985), cine social de Stephen Frears; 'Beautiful Thing' (1996), una tierna historia de amor de dos chicos adolescentes; 'Voces distantes' (1988), del cineasta abiertamente gay Terence Davies; o 'Ábrete de orejas', también de Frears y que habló del dramaturgo Joe Orton.
Irlanda
El cine irlandés LGTB está estrechamente relacionado con el británico aunque tiene un enfoque más político. El claro ejemplo es 'Juego de lágrimas' (1992), dirigida por Neil Jordan y que habla, de manera secundaria, de la transexualidad. Otro ejemplo similar es 'Desayuno en Plutón' (2005), que habla de la vida de una joven chica transgénero en los años 70 en el Ulster.
Francia (Parte 1)
El cine francés ha estado estrechamente unido a la temática LGTB. Los primeros artistas que mostraron en el celuloide el amor entre personas del mismo sexo fueron Jean Cocteau y el escritor Jean Genet. Cocteau tuvo de musa a su amante Jean Marais, que protagonizó 'Orfeo' en 1950, el mismo año codirigió 'Los niños terribles'. Genet tuvo un mediometraje llamado 'Una canción de amor' (1950) en la que se ven relaciones entre hombres en una cárcel, un filme lleno de desnudos masculinos, varios frontales, homoerotismo y sexo explícito. Sin embargo, la Nouvelle vague apenas habló de la homosexualidad, siendo lo más cercano la cinta 'Las amistades particulares' (1964) de Jean Delannoy. La primera cineasta que se atrevió a hablar de tema LGTB fue Chantal Akerman con 'Je, tu, il, elle' en 1974, que narra cómo una chica sigue enamorada de su exnovia, el filme tenía escenas de cama entre mujeres, algo pionero para la época.
En 1978 se estrenó 'Vicios pequeños (La jaula de las locas)', una loca comedia que tiraba de clichés y estereotipos para hablar de un concepto diferente de familia. Todo un éxito que tuvo un remake estadounidense en los 90. También surgieron Patrice Chéreau y André Téchiné, directores abiertamente homosexuales y cuyo cine tuvo mucho de temática LGTB. Chéreau lo mostró en 'El hombre herido' (1983) o 'Su hermano' (2002). Téchiné lo hizo con 'Los juncos salvajes' (1994), 'Lejos' (2001), 'Los testigos' (2007) o 'Cuando tienes 17 años' (2016).
Francia (Parte 2)
También existen películas como 'Johan' (1978), 'Las noches salvajes' (1992), 'Primer verano' (2000), 'Drôle de Félix' (2000), 'La confusión de los géneros' (200), 'Como los demás' (2008), 'Chicos del Este' (2013), 'La vida de Adèle' (2013)', 'El desconocido del lago' (2013), 'Théo y Hugo, París 5:59' (2015) o 'Un amor de verano' (2015).
Otro cineasta LGTB es François Ozon. Abiertamente gay, ha jugado con la sexualidad en varias películas suyas como 'Sitcom' (1998), 'Amantes criminales' (1999), 'Gotas de agua sobre piedras calientes' (2000), '8 mujeres' (2002), '5x2 (Cinco veces dos)' (2004), 'El tiempo que queda' (2005), 'Mi refugio' (2009), 'En la casa' (2012) o 'Una nueva amiga' (2014). También está Céline Sciamma que se ha adentrado en la sexualidad femenina con cintas como 'Lirios de agua' (2007), 'Tomboy' (2011) y 'Girlhood' (2014).
Italia
El cine italiano ha tenido también importantes cineastas que han hablado de temática LGTB. El primer exponente es Luchino Visconti, reconocido realizador cuyos filmes 'Rocco y sus hermanos' (1963) y 'La caída de los dioses' (1969) tienen elementos gais. Eso sí, su cinta más emblemática es 'Muerte en Venecia' (1971), basada en la novela de Thomas Mann, que narra cómo un compositor se obsesiona con la belleza de un joven efebo italiano.
Después está el polémico Pier Paolo Pasolini, que utilizó la sexualidad también de manera política. Suyas son películas como 'Teorema' (1968), en el que un joven bello tenebroso seduce, uno a uno, a los miembros de una familia burguesa. También están 'El decamerón' (1971), 'Los cuentos de Canterbury' (1972) y 'Las mil y una noches' (1974), su llamada Trilogía de la vida, en la que hay elementos homosexuales. Su último filme, 'Saló o los 120 días de Sodoma' (1975) causó un gran escándalo debido a sus explícitas imágenes de violaciones, humillación y tortura. De hecho, se rumorea que su extraña muerte está relacionada con la cinta.
Más exponentes de cine temática LGTB están en el cine de Franco Zeffirelli y Bernardo Bertolucci, este último hizo cintas como 'El conformista' (1970) o 'Soñadores' (2003). También está Ferzan Özpetek, el cineasta más actual que ha tocado la temática LGTB con cintas como 'Hamam: El baño turco' (1997), 'El hada ignorante' (2001) o 'Tengo algo que deciros' (2010). Mención aparte merece la cinta 'Una jornada particular' (1977), protagonizada por Sophia Loren y Marcello Mastroianni.
España (Parte 1)
El cine español ha sido también uno de los más atrevidos y pioneros a la hora de hablar de temática LGTB. En plena dictadura se pudo ver 'Diferente' (1961), un musical que pasó la censura y que hablaba de un hombre atormentado por su orientación sexual. El filme tenía claras referencias homoeróticas que no se supieron ver. En 1969 estuvo 'No desearás al vecino del quinto', en la que Alfredo Landa se hacía pasar por un modista homosexual para poder ligar con sus clientas. En 1971 llegó 'Mi querida señorita', una de las primeras producciones españolas que toca, aunque sea por encima, la transexualidad.
Muerto Franco, empieza a surgir cine independiente de temática LGTB como 'Cambio de sexo' (1977), que hablaba sin tapujos de transexualidad o 'A un dios desconocido' (1977) que está ambientada en la época de Federico García Lorca. También está 'Un hombre llamado Flor de Otoño' (1978), protagonizada por José Sacristán.
Además, existe un buen catálogo de comedias y dramas de menor reconocimiento como 'Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí (1997), 'Amor de hombre' (1997), 'Segunda piel' (1999), 'Sobreviviré' (1999) o 'Krámpack' (2000). Aparte están películas como 'Ander' (2009) u '80 días' (2010). También vale la pena destacar 'Belle Époque' (1992), de Fernando Trueba, en la que una de las hijas del protector de Fernando (Jorge Sanz) es lesbiana.
España (Parte 2)
Entre cineastas reconocidos están Eloy de la Iglesia, Pedro Almodóvar y Ventura Pons. El primero fue una figura importante del llamado cine quinqui y suyos son filmes como 'Los placeres ocultos' (1977), 'El diputado' (1978) o 'Los novios búlgaros' (2003). Almodóvar es todo un icono de la movida madrileña y suyas son cintas como 'Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón' (1980), 'Laberinto de pasiones' (1982), 'Entre tinieblas' (1983), 'La ley del deseo' (1987), 'Tacones lejanos' (1991), 'Todo sobre mi madre' (1999), 'La mala educación' (2004) o 'La piel que habito' (2011).
Ventura Pons ha destacado con filmes como 'Caricias' (1988), 'Amigo, amado' (1999), 'Manjar de amor' (2002), el documental 'Ignasi M.' o 'El virus del miedo' (2015). De Cataluña también es Agustí Villaronga, que ha abordado de manera turbia a sus personajes gais como en la cruel 'Tras el cristal' (1987) o 'El mar' (2000). Su último exponente es 'Pan negro' (2010), ganadora del Goya a la mejor película.