
Un apocalipsis lleno de efectos especiales
Sin spoilers
Estamos acostumbrados a lo largo de la historia del cine a ver una y otra vez películas que intentan emitar lo que alguna vez será el fin del mundo. Esta vez el director de esta película, se ha encargado de algo parecido, pero cogiendo datos reales sobre el fin del mundo, según el calendario de los Mayas, en el año 2012, así como una alineación cósmica que solo sucede cada tantos miles de años...
Lo único llamativo que llegamos a ver son grandes efectos visuales en medio de esta "apocalipsis" con impresionantes planos áreos de la destrucción que se va creando a medida que se desarrolla, así como que la trama enfocada en el escritor (John Cusack) está vacía de todo significado, y roza lo absurdo completamente en todos los campos de la ciencia llegando a asimilarse a un superhéroe (o "superpapá") capaz de todo en medio de explosiones y derrumbamientos.
Poco más que añadir de una película que nos muestra indirectamente que sólo la gente con poder podría ser capaz de librarse del fin del mundo a base de dinero, que señores, si el mundo se acaba de poco valdrá en otra era.
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