Menos moralina y más efectos especiales

Cuando uno va a ver una película que trata sobre el fin del mundo, lo que se espera encontrar es un derroche prodigioso de efectos especiales de principio a fin, y más si está hecha por la todopoderosa maquinaria estadounidense. Pues en este caso no es así. Las consecuencias devastadoras del calentamiento del núcleo terrestre (causa en este caso del apocalipsis) tardan en aparecer más de 45 minutos. Hasta entonces nos ABURREN con la historia de una familia de divorciados con hijos que en el fondo se siguen queriendo y que uno ya sospecha que aunque se destruya el mundo, toda la galaxia y cuarenta y siete universos como el nuestro, al final su amor vencerá todas las adversidades y todos los cataclismos y la familia permanecerá unida por lo menos hasta el siguiente fin del mundo predicho por cualquier otra civilización (la de los lugareños del valle del Pas, por ejemplo).

Un detalle curioso de la peli es cuando la hija del presidente de los USA en compañía de un alto cargo francés planea salvar las obras de arte más importantes del mundo, y menciona las contenidas en el Louvre y en el Ermitage. El Museo del Prado no debe ser lo suficientemente importante para esta anoréxica niña pija de color (negro). Al menos se hace algo de justicia y el señor francés que asesora a la niñata esta acaba estrellándose con el coche en el mismo puente en el que se estrelló Lady Di.

Eso si, cuando por fin los efectos especiales aparecen son magníficos, y todas las huidas de la familia sorteando terremotos, erupciones volcánicas, tsunamis y demás parafernalia catastrofista, ya sea en coche, en avioneta, o en avión, son realmente espectaculares. El final para mi gusto vuelve a flojear, por la nueva dosis de moral barata que meten con el dejar o no que se salven los "pobrecitos" civiles de a mil millones de euros el pasaje, y con el pretendido y supuestamente catastrófico choque de las naves con el Everest (aparentemente las naves van tan despacio que el choque como mucho les levantaría algo la pintura del contrachapado).