Guerra, guerra, guerra

Avatar de goethemola

Crítica de '300'

De goethemola

04 Jul 2007

9,0

Sin spoilers

Sin palabras.

Al menos así es como me ha dejado la adaptación de la novela gráfica de Frank Miller a cargo de Zack Snyder.

La trama, ciertamente, es bien sencilla: el gran ejército persa de Jerjes pretende invadir Grecia para abrirse camino hacia el resto de Europa; envían a un emisario a Esparta, tierra de guerreros, donde su rey, Leónidas, no cede a sus pretensiones. Esto provoca, de manera inevitable, una guerra inminente, y Leónidas decide defenderse en el angosto desfiladero de las Termópilas con sus 300 mejores guerreros, en contra de los designios del Oráculo y del Consejo.

Seguramente, dentro de nada comenzarán a aparecer como setas críticos pomposos que, de la noche a la mañana, se han convertido en profundos conocedores de la obra de Miller, diciendo que Sin City era una mejor adaptación, o que como mínimo daba más juego a la trama; también aparecerán sabelotodos que apuntarán todas las incongruencias y deslices de la propia obra gráfica de Miller frente a la historia griega original de las Termópilas, citando a Robert Graves y cosas por el estilo.

Pero lo cierto es que me da absolutamente igual lo que puedan decir.

Tan sólo puedo decir lo que he visto, y lo que he visto ha sido un ensayo exquisito de imagen, luz y escenificación; cada plano está perfectamente calculado y estudiado, cada luz, cada sombra, cada mirada, cada gesto... Las coreografías de los combates son reales, dolorosamente reales, donde el enemigo no espera su turno a que el adversario acabe con su predecesor (como suele ocurrir), sino que arremete contra él. No busquéis argumento en 300; no busquéis mensajes subliminales; no busquéis profundas dudas existenciales, ni crítica social, ni nada de todo aquello por lo que la cultura actual aboga.

Tan sólo hay guerra.

Para algunos, será una estupidez de película para mentes mongoloides. La tacharán de no ser sino una burda sucesión de planos para postal, de desfiles de cuerpos atestados de anabolizantes.

Para otros, en cambio, será una obra lírica y bella en su brutalidad, en su sencillo aunque claro mensaje. Porque, tengamos dos dedos de frente: uno debe saber lo que va a ver. Si piensas que el cine iraní está infravalorado o que las películas de Isabel Coixet no son pretenciosas, no vayas a ver esta película, porque 300 es un videoclip de dos horas, saturado de violencia y exento de mensaje, por mucho que cuatro pseudointelectuales hayan clamado a los cuatro vientos una lectura neofascista/beligerante/panfletista, cuyo testigo otros tantos se han encargado de recoger y citar como propio.

Porque 300, y en contra de lo que estos individuos rezongen, habla de algo muy distinto: habla de valores que nuestra sociedad parece haber perdido, de máximas arcaicas que, al parecer, tuvimos la suerte de dejar atrás en beneficio de la evolución de la propia civilización. 300 habla de gloria, de honor, de orgullo. Nos habla de que, a veces, es preferible fenecer con honor que claudicar, de que algunas derrotas pueden tornarse en victorias, y de que un hombre libre es más fuerte que cien esclavos.

En fin, nos habla de todas esas cosas que nos hacen estremecer, que inflan, durante dos horas, nuestro pecho de orgullo contenido en nuestras rutinarias y civilizadas vidas; nos hace gritar ¡¡¡Esparta!!! con los dientes apretados en nuestros mullidos asientos en la sala de cine mientras comemos palomitas y, sobretodo, nos hace desear haber nacido en otra época, en otro lugar, en otro momento en el que poder demostrar nuestra valía como se hacía antaño.

¿Sencillo? ¿Palomitero? Por supuesto ¿Y qué esperabas?

No pretendo decir que 300 sea la nueva perla del séptimo arte, ni que sea mejor o peor que otras películas con trasfondo social; no digo que el cine deba utilizarla como baremo para decir si una película es buena o mala, ni mucho menos. Simplemente, en su campo, en su ámbito, en su género, es una delicia visual.

A aquellos que nos les gusten las películas épicas, las películas de acción cruenta, que no vayan a verla, porque tan sólo verán pasar por sus retinas dos horas de sangre, casquería, efectos especiales imposibles y sensibleras máximas belicistas.

Eso sí, a los que les guste todo lo antes mencionado, que se preparen...

Valora esta crítica:
00
Escribir crítica

Críticas de los usuarios

Avatar eCartelera

 

 

 

 

 

 

Escribe tu propia crítica de '300'
Síguenos