El nacimiento de Bond

No os voy a engañar, Bond nunca me ha llamado la atención y no ha sido hasta que llegó Skyfall en 2012 cuando empecé a ver cine de James Bond porque no me divertía, no me entretenía lo suficiente como para seguir esta saga de más de veinte películas. Finalmente me decidí a comenzar la saga después de varias recomendaciones de personas cercanas antes del estreno al que le queda un mes con el regreso de Sam Mendes y su Spectre que tanto hype está generando tras la gran calidad que desprendió en 2012 Skyfall, pero aquí no vengo a hablar de Craig o Mendes o Skyfall sino del primer Bond quien allá por el año 62 empezó con Sean Connery.

Sean Connery logra meterse al público en el bolsillo con escenas antológicas, con un carisma inigualable, unos diálogos irónicos y francamente graciosos con escenas para recordar como ya dije antes. Desde sus minutos con Ursula Andress en la isla, puro cine de aventuras, hasta la escena de la araña, gran montaje solapado con la banda sonora creando una magnífica tensión. Cierto es que no cuenta con un presupuesto ni escenas espectaculares que otras cintas Bond con el tiempo han dado, pero resulta un entretenimiento sumamente agradable y un comienzo para recordar en las más de veinte (y las que quedan) películas del carismático agente. Una buena película de suspense y acción para recordar.