Amanecer (1927)

Ante todo, 'Amanecer' no es propiamente una historia de amor, no existe nada de "chico conoce a chica" ni similares. Tampoco es una historia de "desamor" propiamente dicha. La definición perfecta sería la de historia de "re-amor". El protagonista pasa de tenerlo todo a perderlo todo, para después luchar por recuperarlo.

Las historias de amor tienen que ser sencillas. El amor se tiene que expresar con hechos, no con palabras. El cine mudo es cine puro, las palabras solo envenenan la trama. El expresionismo alemán (cuando no es excesivamente exagerado) es de las formas más tangibles de comprobar cómo las palabras no son necesarias para transmitir sentimientos. En este sentido, estoy completamente en desacuerdo sobre esa afirmación que se dice en 'Cantando bajo la lluvia' de que los actores de cine mudo "solo saben hacer el tonto". Ni mucho menos.

Murnau crea una historia de esas que te dan ganas de tener alzheimer para poder olvidarla y verla de nuevo siempre como la primera vez. A nivel técnico es claramente visible lo avanzada que está para su época, 1927. La trama da vuelcos contínuamente, te temes lo mejor y lo peor. Coge un corazón inocente, lo rompe sin piedad, para que después crezca más fuerte, volviéndose irrompible.

Los dos actores están sublimes. La actriz interpreta a uno de esos personajes femeninos que muchos nos preguntamos por qué no existen en la realidad. Incluso el cerdito que aparece es de lo más adorable. Al final, todo sigue igual, pero todo ha cambiado.

Una historia felizmente trágica, romántica, humana, de redención. Una maravilla.