
Malas costumbres
Sin spoilers
Resulta casi inapropiado describir las sensaciones y expectativas que puedan generar una obra de la magnitud de la que hablamos. Batman y Superman. Sí, el Caballero Oscuro y el Hombre de Acero en una misma adaptación cinematográfica. ¿No es suficiente ello para que nuestra piel se erice?
Pero resulta también inhóspito que las malas costumbres de DC de llevar a cabo proyectos ambiciosos culmine, a veces, en una obra que en lo que menos se enfoca es en lo que todos quieren ver, y lo que sus avances venden a primera impresión.
Porque Batman v Superman: El Origen de la Justicia, probablemente sea la película que resalta, con una frecuencia insoportable, los delicados detalles en los que DC cae, sin conciencia alguna de esta debilidad que no puede superar.
Si hay algo que admirar aquí, es que dicha producción tenga la inteligencia y la sensatez de llevar a cabo historias serias, de índole adulta, de carácter intensivo y curioso hasta para el género. Pero se olvida, en su propia ambición, de relatarnos el motivo principal por el que vamos y pagamos por ver sus proyectos. Y es que la culminación del mismo, en este caso refiriéndome a Batman v Superman, resulta demasiado complejo de entender hacia qué rumbo pretende ir, por una sobrecarga exagerada de personajes y tramas que intentan entrelazarse, pero que, al fin y al cabo, produce un aburrimiento inesperado.
Es como si los avances de DC fuesen Obras Maestras, maravillas de un carácter artístico digno de ver, pero que, sin querer queriendo, acabe siempre en el mismo tropiezo. Tropiezo que ya dejamos pasar en Man of Steel, y que se dejó de lado teniendo en cuenta que era una primera parte, y que estaban recién buscando el rumbo del personaje.
Batman v Superman, es una película que, muy posiblemente, amen quienes sean muy allegados al cómic, y conozcan con profundidad cada detalle de estos dos personajes íconos de las historietas. Pero comprende una historia, que para cualquier novato en el género, resultaría de una densidad que transporta a la mente a perderse por completo en el entendimiento del film. Es una película que se deja entender a su manera, y tiene un público específico para aquello.
Demasiados guiños, y pocos resultan ser comprendidos. Apariciones que están de más, y personajes que, a pesar de presentar un protagonismo bastante adaptado a la trama principal, no terminan de enclarecer el motivo magno de la lucha racional entre ambos héroes. Porque realmente resulta absurdo que, un héroe como Batman, con un ideal tan poderoso, alto y eficaz, quiera destruir a Superman, cuando está más que claro que este quería salvar al mundo, y que de quererlo, ya hubiese sido una amenaza en su primera llegada a la tierra.
Aquí escasean las razones para que el Caballero nocturno desate una brutal paliza al Hombre de Acero. Ni siquiera entran en conflicto complejidades personales, y nos hacen ver a un Batman que no piensa las cosas dos veces, actuando a merced de su sentido común. Y que tan tonto resulta ser también el querer atacar a un ser de otro planeta -y sabiendo de ante mano acerca de su invencibilidad- incentivando su maldad y a quitarse de sí su lado más oscuro.
Realmente la historia principal se ve encadenada por esto, y con tan sólo pensarlo nos damos cuenta que no tiene ningún sentido. A pesar de ser el final uno de los finales más épicos jamás antes vistos en cintas superheróicas, no hay demasiado sustento del que esperábamos para que dicho suceso se llevara a cabo. Y un punto alto aquí hubiera sido Lex Luthor, interpretado por un comprometido Jesse Eisenberg, pero que no sobrevive en la cinta como un villano "de peso", quedando muy forzada su aparición en ciertos momentos y haciéndose extrañar para entrar con mayor revuelo en el conflicto entre Batman y Superman.
La Mujer Maravilla, si bien fue una inclusión atractiva y muy digna, deja notar con claridad las prisas de DC por agrandar su universo, y llevarlo a la magnitud pronto y rápido. Misma sensación acaba dejando Doomsday, personaje al cual arruinaron por el hecho de querer lograr que el término "épico" se magnifique a más no poder. Y es que, los amantes del cómic, y más refiriéndome a Superman, saben bien por qué Doomsday ha sido parte de este final. Dime DC, ¿no era más apropiado dejar a un personaje de una talla tan inmensa como este villano, para la Liga de la Justicia?
Es una verdadera lástima que Batman v Superman: El Origen de la Justicia, no determine un un comienzo de la justicia tan honorífico como se esperaba. Es un film que, como dije, los fans amarán por sus tantísimos guiños y easter eggs, pero que se apura demasiado en perfeccionarse, y precisamente es la prisa de lograr resultados la que fracasa en los largometrajes.
Excelentes efectos, buena y allegada banda sonora, notables actuaciones de una gran protagonista como Lois Lane que se deja ver entrando en co-protagonismo ante dos auténticas leyendas y, dentro de todo, un entretenimiento manifestado en pequeños momentos. Pero al fin y al cabo, una historia que mereció mayor Batman v Superman: El Origen de la Justicia y no tanto Batman y Superman: Conflictos morales y... algo más. Bastante decepcionado.
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