Consagración

Las comparaciones siempre son odiosas pero, en algunos casos, también necesarias. En las últimas semanas, nuestras carteleras han recibido con los brazos abiertos y las taquillas más que dispuestas a ser devoradas, dos películas en las que un par de superhéroes se enfrentaban por diversas razones. La primera, ?Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia?, ha despertado una polémica tan apasionante como rutinaria, sumando críticas destructivas, abucheos masivos y unas cifras de recaudación muy alejadas de sus mejores expectativas; la otra, ?Capitán América: Civil War?, muestra la otra cara de la moneda, el éxito unánime de crítica y público, la enésima demostración de fuerza y superioridad de Marvel contra cualquier otra compañía interesada en trasladar sus personajes más emblemáticos a la gran pantalla. La cuestión es, ¿de verdad hay tanta distancia entre ambas propuestas? ¿De verdad la película de los hermanos Russo está tan por encima de la firmada por Snyder? La respuesta es tan sencilla como contundente: sí.

?Capitán América: Civil War?, supone un paso más en la consagración definitiva del género superhéroe, una burbuja que parece aislada de los riesgos de explosión por sobredosis, como espacio cinematográfico en el que el entretenimiento y la excelencia artística se pueden dar la mano. A la trilogía de Batman propulsada hasta el infinito por Christopher Nolan, la primera e inolvidable reunión de ?Los Vengadores? o la divertidísima fiesta que fue ?Guardianes de la galaxia?, toca sumar una película que funciona como thriller, drama y entretenimiento espectacular para todos los públicos. Marvel continúa creciendo, superando ese campo de minas en el que se ha convertido su universo y simplificando su ambición a base de inteligencia y respeto hacia el espectador. Cuando todo pase y todos estos personajes descansen en paz, esta guerra civil seguirá brillando como uno de esos ejemplos que justificaron la omnipresencia de superhéroes en nuestros cines.