
La sociedad capitalista en un piso neoyorkino.
Sin spoilers
Cuando me metí en la sala, tenía cierta incertidumbre al pensar si el dinero que costaba la entrada iba a estar bien invertido. Y tan bien invertido vamos, salí completamente satisfecho y con las altas expectativas cumplidas.
Roman Polanski mete a cuatro individuos en una casa en el barrio neoyorkino de Brooklyn y realiza una completa crítica a la sociedad capitalista de nuestro tiempo de la manera más irónica y satírica. El hecho de que un niño le pegue al otro con un palo da comienzo a una entrevista entre los padres de los dos niños. Allí con un principio aparentemente normal da comienzo a una mordaz locuacidad entre ellos que acabará degenerando en un acelerado desvelamiento de verdades ocultas y de mentiras que reflejan que los supuestos valores en los que se sostienen nuestra sociedad son en realidad una farsa constructiva y creíble.
Un estupendo guión marca la comicidad y el ritmo de la película, que carece completamente de momentos vacíos. Todo fotograma es necesario para el conjunto total de la película. Gracias a la fotografía y al inteligente montaje la trama no cae en ningún momento.
Pero donde encontrará el espectador el verdadero aliciente de la película es en los actores. Los 4 están fabulosos, los 4 cada uno con sus momentos de gloria. Así, nos encontramos a una Kate Winslet en un cambio completamente de registro, mostrándonos a una mujer loca de ansiedad con una gran faceta cómica que desvelará sus más bajos pensamientos ante el pasotismo de su marido, Christoph Waltz, un abogado sin escrúpulos enganchado al móvil. Al otro lado, encontramos a una desbordante moralista en ciernes Jodie Joster y su escrupuloso marido John C.Reilly asesino de ratones.
Muy buena, altamente recomendable, con unas cuantas buenas carcajadas que se se oirán a lo largo del metraje.
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