Una broma pesada

La nueva 'Cazafantasmas' cumple en su cometido como pseudo divertimento de los que no hacen pensar, pero su gran problema es la sensación que deja tras su visionado: la de haber visto un gag alargado de SNL.

Wiig, McCarthy y Jones juegan sus papeles a la perfección como comediantes que son, y son las que logran levantar un entuerto que parece estar únicamente preocupado en lanzar guiños al espectador. Por otro lado, McKinnon está tan insufrible que consigue apagar cada momento en el que aparece en pantalla.

Tras dos divertimentos sin concesiones de la talla de 'La boda de mi mejor amiga' o 'Espías', parece que en esta ocasión Paul Feig ha preferido preocuparse poco por un título que apuntaba maneras por su planteamiento (y no por la elección de un casting femenino, algo que no debería levantar la polémica que levantó en su día)

Con un villano de chiste (entendiendo que la finalidad del mismo era esa) y unos espectros tan sobresaturados de color que hacen daño a la vista, quizá lo único bueno que tenga 'Cazafantasmas' es que por fin hemos visto a Chris Hemsworth actuar por una vez en su vida y reírse de su imagen de trozo de carne sin cerebro.