
Los aliens no vendrán
Sin spoilers
Nunca han tenido intención de hacerlo pero después de ver esto deben estar aterrorizados por el manicomio que hay montado aquí abajo.
Chapucera hasta la saciedad, una serie de escenas que se suceden de forma atropellada y que están rodadas con la delicadeza de una patada en la rodilla van apareciendo en pantalla una detrás de otra. Conversaciones inconclusas, situaciones ridículas, escenas delirantes y diálogos besuguinos de aurora boreal te fríen las neuronas sin anestesia. Algunos momentos son memorables como por ejemplo cuando los alienígenas van a aterrizar en el océano Atlántico y la presidenta de Estados Unidos da la orden de que evacúen todas las costas. Tampoco podemos pasar por alto la escena en el que uno de los protas va con su avión a rescatar a unos supervivientes que están en el tejado de un edificio y de repente grita ¡mamaaaa!, porque resulta que uno era su madre. Los aliens han arrasado Londres, lo han borrado de la faz de la tierra, y Jeff Goldblum le dice a Charlotte Gainsbourg que su madre habrá sobrevivido, que no se preocupe, y esta asiente. Mención aparte merece el expresidente de Estados Unidos encarnado por Bill Pullman; un majadero que actúa como un absoluto irresponsable poniendo en peligro a toda la base y que además se hace unas pajas mentales tremendas, con la consiguiente comedura de tarro a todo el que se descuide.
De todo, mucho y muy malo, malísimo. Los aliens no vendrán.
pd:
Liam Hemsworth: 'me he hecho pipí'rnJeff Goldblum: 'y yo'rn
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