En el año 1721, buscando la paz con España tras años de guerra que han dejado a los dos países debilitados, el regente francés, Felipe de Orleans, trama una ingeniosa idea: un matrimonio entre los herederos de ambos reinos. Así pues, ofrece a España casar a su heredera, Maria Anna Victoria, la infanta de España, que tiene cuatro años, con Luis XIV, de 11. De igual manera, el regente ofrece a su propia hija, Mademoiselle de Montpensier, de 12 años, al príncipe de Asturias. Madrid responde entusiasmado aceptando ambos matrimonios y las ceremonias se organizan rápidamente.

El intercambio de princesas se llevará a cabo en una pequeña isla con toda la pompa necesaria en un río entre ambos países. Todo está organizado esperando lo mejor de los hijos pero nada ocurrirá como estaba planeado.