Roland Emmerich, el señor de la destrucción

No podía escapar de ver esta película ya que 2012, Independence Day, Godzilla y 10.000 me gustaron mucho como para no dejar escapar esta película. Considero a Roland Emmerich un director infravalorado pero es lo que pasa, si destruyes América ya vienen todos a por ti. No es un gran director ni se codea con los grandes pero sabe llamar la atención del público y reventar taquillas de cualquier país sobretodo del país destruido (EEUU). Sinceramente me esperaba mas de esta película que había tenido mucho bombo tanto que supuestamente estaba considerada como la mejor del director (o como dirían los gafapastas, la menos mala). La cinta no tiene un guión fuera de serie y los dialogos hay veces que dan vergüenza ajena como cuando uno de los acompañantes de Dennis Quaid corta su cuerda para quitar peso en el centro comercial congelado diciendo, lo siento es que quería irme de compras. No se puede tomar una película en serio con esas memeces o mínimamente el personaje del estudiante ricachón o el negro con el perro emulando a Eddie Murphy. Visualmente es magnífica y tiene escenas muy impactantes como la escena de la invasión del hielo persiguiendo a la gente como si fuera un monstruo o el agua del mar infiltrándose en la ciudad de Nueva York y en la biblioteca. Las actuaciones son dignas de ver, no sobreactúan y menos viendo a un gran Ian Holm y a un Dennis Quaid algo mejor de lo normal aunque siempre veo que le tocan los mismos papeles de padre preocupado. A Jake Gyllenhaal tampoco se le puede pedir mucho, el chaval no llevaba mucho tiempo en el cine pero la verdad es que podría haberlo hecho algo mejor. La banda sonora de Harald Kloser es muy buena y digna de oír en las escenas mas calmadas. Quizás el hecho de que algunas escenas sean archiprevisibles y demasiado exageradas e incompletas le resta credibilidad al asunto dejándonos con la duda de tomarla en serio o no. Algo parecido pasa con la otra cinta de Emmerich 2012 de la que tiene momentos graciosos de los que no tendría que haber tirado pero la diferencia entre 2012 y El día de mañana es que emocionalmente me impactó mas 2012 debido a que hay mas muertes, mas sensibilidad, mas acción y mas humor en la película que en esta. La escena de la caída del compañero de Dennis Quaid en el centro comercial podría haberse llevado con mas coherencia porque el tío se corta la cuerda pero se ve claramente que el otro tiene todas las de perder porque llevaba 3/4 partes del cristal quebradas a punto de romper y en cuanto se cae se salta a una escena como que ahí no ha pasado nada. Los efectos especiales no hay que dudar que son espectaculares, eso es algo innegable para este director que nos ha dado grandes entretenimientos como 2012, Independence Day o Godzilla. En fín, una buena película de catástrofes que no impresiona como otras desde mi punto de vista pero que tiene un buen ritmo, no aburre, y no le sobra metraje. Entretenida.