El hijo

Francis Thorion es contratado por un carpintero, Olivier. Lo que no sabe Olivier es que Francis es el asesino de su hijo. En su pesadilla interna, a causa de la muerte de su hijo y la separación de su mujer, Olivier empieza a obsesionarse poco a poco con Francis, hasta el punto de que empieza a espiarle, robando sus llaves, revisando su apartamento. Para Francis, Olivier es una especie de padre que no tuvo. Esta situación entre los dos hará que Olivier tenga que decidir entre el odio hacia el asesino de su hijo o aceptar al joven sin hogar y con un pasado turbulento.