película fascista

Aunque "El libro de Eli" podría haber tenido cierto interés si se hubiera centrado en la escalas de valores en un mundo postapocalíptico, la película pretende que el único orden posible para construir una civilización es el cristianismo, cuya cruzada justifica la violencia. Curiosamente el profeta que salvará el mundo es estadounidense y negro. Los mesías de películas anteriores a la época Obama y que algunas críticas señalan han sido blancos hasta ahora. La obsesión americana por la ejemplaridad del ciudadano cristiano es evidente en esta película y justifica, como Bush iluminado por Dios al enviar tropas a Irak, toda la violencia innecesaria.