
Granujas de medio pelo
Sin spoilers
No hay duda de que un thriller de engaños y trampas se disfruta sobremanera cuando está bien construido y nos sorprende con giros argumentales que no nos esperamos. Pero estaremos de acuerdo en que no hay nada peor que una de estas películas que se creen más inteligentes de lo que son. Como no podía ser de otra manera, ese es el caso de Juego de ladrones. El atraco perfecto.
El film sigue a una banda de delincuentes que planean efectuar el golpe que los retire a todos: robar en el banco de la Reserva Federal de Los Ángeles. Sin embargo, el Sheriff de la ciudad les sigue la pista y, junto a sus hombres, intentará a toda costa meter a los cacos entre rejas.
Parece que Gerard Butler está intentando relanzar su carrera como actor de cintas de acción y, aunque parecía difícil, lo está consiguiendo. Lo sorprendente es que en un producto de tan escaso valor como éste podemos ver más matices en su interpretación de los que normalmente nos enseña. Es una pena que, aun así, los personajes que contemplamos no tengan la profundidad psicológica suficiente; por muchas absurdas y sensibleras escenas que nos intenten colar. Se trata de un film tremendamente irregular, de duración a todas luces excesiva, e incapaz de crear la tensión necesaria. El clímax final con su ensalada de tiros resume muy bien la insulsez campante en lo largo y ancho de todo el metraje.
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