hiperrealismo y puesta en situación

Este documental demuestra de forma muy clara lo que se denomina documental creativo, para entendernos, el documental deja de asumir todas las normas de la información y el periodismo para convertirse en otra cosa, algo más cercano a la realidad porque está reconstruido. ¿Cómo? ¿Cómo puede ser que el realismo sea mayor en algo que está rehecho? La cuestión es simple: la realidad por si sola no es suficiente para conseguir el esteticismo del cine, se necesitan contraplanos que la realidad no da, seguimientos que no pueden hacerse sin controlarse, movimientos y tomas que no pueden repetirse.

Pero la reconstrucción de Guerín se acerca al hiperrealismo que inició Buñuel en Las Hurdes. Tierra sin pan. En Las Hurdes... es evidente, en muchas ocasiones, que la cantidad de planos de la gente (mientras desnucan al pollo, por ejemplo) no son posibles en una sola toma, porque el hecho es único e irrepetible, pero ahí entra la maestría del autor-director en rehacer, como decíamos, la acción, y la forma de hacerlo no es cualquiera, no se obliga a la gente a actuar de cierta manera como cuando se dirige a un actor, pues ciertamente no lo es. En este caso, tanto el maestro Buñuel como el maestro Guerín usan lo que se denomina Puesta en situación, en lugar de lo que explicábamos antes, llamado puesta en escena. La puesta en situación no es más que lo que su propio nombre indica, poner en situación a los personajes, sólo que en este caso no hay más papel que interpretar que el de uno mismo, se puede sugerir: <<recuerda cómo te sentías antes, cómo os sentíais todos juntos e intentad actuar con la misma naturalidad, la mayor que podáis, pero a mi no me miréis, porque yo no estoy aquí>>.

Este es el punto fuerte de Guerín en En contrucción, de hecho comprendí lo que significaba la puesta en situación tras verla, y tras recibir una magistral clase de Virginia Villaplana, en la que comentó el hiperrealismo, término que desconocía hasta aquel momento y que me dio mayor comprensión del campo audiovisual, porque hoy en día se está extendiendo esta moda de mezclar los géneros informativos con los narrativos, como en este caso de documental inundado de narratividad clásica, o de las películas que adoptan técnicas de la información para tener ese aire realista que consiguen Marc Recha (Pau i el seu germà...) o Cesc Gay (En la ciutat, Ficció...). Unos usan las técnicas de los otros para enriquecerse y eso nos acaba enriqueciendo a nosotros mismos, porque vemos obras más sinceras, más reales, mejor contadas porque no se limitan a informar o narrar sino que hacen de todo un poco y eso nos gusta a los espectadores, nos hace sentir inteligentes y no vacíos, como cuando vemos die hard 4.0 o El ultimátum de Bourne, que tienen gracia dentro de su fantasioso mundo. Me gusta la ficción y no puedo despreciar el cine de acción, la ficción es la ficción, pero En construcción no es exactamente pura ficción, es más parecido a asomarse por la ventana con tan buenos ojos que lo ves todo bien compuesto, estético, agradable, y tener tan buen oído que escuchas a la gente comentar, banalizar o profundizar.

Todo esto en ciertos momentos en los que tu barrio se transforma, se derrumba, cae y eso significa: hallazgos, encuentros de amigos, nuevas amistades, nuevos edificios, vidas que cambian o van a cambiar, otras personas que siguen exactamente igual que hace cuarenta años, gente que en un principio puede parecer extraña o loca, pero que vienen siendo como nosotros, cualquiera está a merced de ser esas personas, que quieren, sienten, se enamoran y se esfuerzan en su trabajo de construcción, de cimentación, de vida.