
Soporíferos deseos
Sin spoilers
Los responsables de Blumhouse no parecen tener término medio: o publicitan hasta la saciedad una película, o apenas le dan promoción. Tras tomar ese segundo camino con Fantasy Island, entendemos pues que se trata de una de las cintas de terror de segunda fila de la casa. Al finalizar su visionado, descubrimos que no nos equivocamos.
La película nos presenta al Señor Roarke: el dueño de una misteriosa isla en la que aterrizan unos cuantos afortunados a los que se les concederá un deseo. Sin embargo, pronto descubrirán que Roarke y la isla esconden mucho más de lo que parece.
Estamos ante una vuelta de tuerca macabra a la clásica serie de televisión homónima de finales de los 70, pero, por muy interesante que nos pueda resultar la peculiar premisa, lo cierto es que el desarrollo de la historia es una de esas decepciones que duelen. Se le sigue el hilo con curiosidad hasta conocer las fantasías de los protagonistas, pero, tras ello, el film se abona a un desmadre argumental con el que, claramente, no sabe cómo proceder. No hay empatía hacia los personajes, ni nada tiene demasiado sentido, pero si de algo primordial hay escasez sería, sin duda, de entretenimiento. Otro batacazo de terror nada terrorífico.
Críticas de los usuarios