
Scarlett Salvadora
Sin spoilers
Empecemos por lo malo. Y previsible. No, esta nueva versión de 'Ghost in the shell' en acción real no mejora, ni está a la altura, de la obra maestra anime que dirigió Mamoru Oshii en 1995 y que, a día de hoy, continúa demostrando estar muy adelantada a su tiempo. La misión de rozar los talones a aquella propuesta impecable que adaptaba a la perfección la esencia y poder del manga firmado por Masamune Shirow a la gran pantalla, se antojaba imposible y así ha sido. Dicho esto, observemos el vaso medio lleno: la nueva 'Ghost in the shell' es un más que digno homenaje a su referente animado y un notable thriller de acción futurista. Es decir, comparando las dudas, expectativas y temores, hemos salido ganando.
El primer culpable de esta satisfacción es Rupert Sanders, cineasta que se enfrentaba en su segunda película después de la estimable 'Blancanieves y la leyenda del cazador' a uno de esos retos capaces de helar la sangre de cualquier valiente. Afortunadamente, el pulso no le tiembla en ningún momento, ofreciendo un trabajo de dirección más que interesante, especialmente en un primer tramo que sorprende y apabulla a partes iguales. Lástima que, durante el desarrollo de una historia que, aquí sí, palidece demasiado frente a la versión de 1995, Senders pierda contundencia y caiga ligeramente en la reiteración. Momentos en los que la figura de Scarlett Johansson cobra aún más protagonismo.
Actriz casi siempre infravalorada, diana fácil de titulares centrados en destacar su físico por encima de su talento, Johansson demuestra por enésima vez su capacidad para mimetizarse con cualquier tipo de personaje, entregada siempre al máximo en ofrecer interpretaciones a la altura (y servicio) de la historia que se está contando. En el caso que nos ocupa, ella debía ser el alma, la mirada, el músculo y el corazón que guiara toda la propuesta. Y lo hace a lo grande.
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