Haciendo cuentas con tu pasado ó Rambo por encargo de otros

Es sorprendente la capacidad de Clint para tocar la fibra sensible sin caer en la ñoñería; para tocar temas manidos sin que te de pereza ver su visión sobre los mismos; para tener sentido del humor sin caer en recursos facilones y escatológicos; para ser mordaz , rotundo pero, a la vez sensible. Película estupenda para ver de cerca una biografía tan repetida en USA, es decir, soldado excombatiente de guerras asiáticas que recicla su vida como trabajador modesto y que, llegado el momento de la jubilación no sabe muy bien qué hacer, qué sentir, qué echar de menos ni qué echar de más. Contradicción pura entre la rudeza y la crueldad que le tocó vivir y, la adaptación a la nueva realidad que toma su vida: desconexión emocional de lo que le queda de familia, nuevos vecinos que en su día fueron englobados en la categoría de "enemigos" únicamente por su color de piel aunque, fueran precisamente de una etnia que no estaba relacionada con un odio engrandecido a fuerza de guerra y sufrimiento. Bandas de jóvenes descerebrados que pretenden continuar el legado nefasto de lucha de clases y razas, de marcar diferencias a base de ira, odio, puñetazos y cobardía disfrazada con la imagen de fuerza que te da el grupo. En el fondo, su propia persona acaba conectando con quien menos se lo espera. Saca lo mejor de sí mismo y, descubre lo peor de los demás. Decide inclinar la balanza en favor de la justicia legal, en vez de la "justicia de Rambo" que parecía ser la más cercana a su vida y su carácter. Cambia amargura por generosidad y, decide entregarse para salvar a otros y, a sí mismo. Se redime a través de un mechero porque lo necesita, lo siente y, sabe que es lo mejor que puede hacer por ayudar. Al fin y al cabo, ya ha vivido mucho, demasiado y; ha comprobado que con más ataques justicieros, sólo siembra más revanchas, muerte y odios = aquello que le ha atormentado siempre. Bonita, sensible pero no sensiblera. Predecible pero no por ello un producto menor. Reparte humor, tristeza, alegría, esperanza, belleza y miserias en pequeñas dosis divinas y humanas. No reniega de sus principios pero, es capaz de ser generoso con los de aquellos a los que amó (su esposa) ó por los que ahora siente desconocidos e inéditos sentimientos (Tao y familia). Es realista y se da cuenta de que son sus hijos, nueras y nietos, ya no hay nada que hacer... La desconexión ha sido tanta y tan prolongada que, no tiene más remedio que, siendo de nuevo fiel a sus principios, encargar el cuidado de su bien más preciado, maravilloso Gran Torino, a quien de verdad, más lo merece. Fábula callejera de esperanza. No todo está perdido. Rambo puede ser amigo y protector de los "amarillos"...de los "negros", de cualquiera que se deje proteger. Está tan bien rodada, es tan natural, sin artificios ni tonterías que, deja una sensaciónr edonda y maravillosa. Siempre: ¡Viva Clint! ¡Gracias Clint!