Buenos efectos pero una trama sin emoción.

Que 'Gravity' cuenta con unos potentes efectos visuales no se pone en duda. Que su sonido -y sus silencios- jueguen como nunca antes se había hecho con el espectador también es una realidad. Pero que muchos espectadores se queden fríos al ver esta película puede que también sea un hecho.

La cinta de Cuarón apenas dura 90 minutos -una hora y media- y, sin embargo, da tiempo de mirar el reloj varias veces. ¿Por qué sucede esto? Pues probablemente porque el largometraje está muy bien grabado pero carece de una esencia básica: una buena historia. La película apenas cuenta con diálogos -un punto muy negativo para quienes esperaban disfrutar de Sandra Bullock- y centra toda su fuerza en el aspecto visual.

Al final 'Gravity' se convierte en una narración que intenta generar emoción al espectador -y algo de agobio- pero no llega a cuajar. Una muestra de que, a veces, producciones cutres pueden ser todo un éxito si cuentan con una buena historia y, a la inversa, de que una película estéticamente bella puede llegar a aburrir si no vigila también su hilo conductor.