"No te preocupes, soy un hombre de culos"

De culos y de familia, por lo que se puede ver, pero que no obstante es capaz de alejarse de esa tierna faceta para sumergirse de lleno en un impulso de violencia desmedida, pero que se mantiene a raya detrás de la faceta del buen servidor que mantiene su cara oculta (que es a la que le da prioridad) a salvo y de odio. Y yo me pregunto, ¿dónde nace el origen de esos espasmos violentamente inhumanos que se esbozan en esta película con sumo talento, haciendo de esos brutales arrebatos un paisaje del más puro horror espeluznante? Porque no es normal que tres chicos y un hombre que en apariencia es todo bondad y amor hacia su tierno entorno familiar se convierta en una bestia inmunda en cuestión de segundos. Y los chicos... si parecen majos. ¿De dónde surgen todos esos infinitos raudales de odio y de animadversión por el amor, la compasión y la amistad que parecen surgir como si de la nada? El apacible y aislado entorno rural no puede ser ni es el desencadenante ni el motivo de una barbarie agramada por una crueldad de tales dimensiones. la reflexión que estoy planteando es verdaderamente interesante y podría rellenar los diez mil caracteres que me son concedidos; duda no os quepa, pero prefiero también hablar algo sobre las cualidades de esta singular película, que a su manera es una obra maestra.

Para hablar de la película voy a adelantarme a un momento del final, más concretamente al inicio de los créditos del final. Veo que la protagonista es Sarah Butler, la chica que tanto me había llamado la atención en la buena producción televisiva 'Flu Birds', injustamente desacreditada en FA (1,7/10). Ya cuando la vi allí, me dije, "esta chica llegará lejos, tiene talento". Y lo que me sorprendió cuando me percaté de que era ella. Magnífica interpretación, ¡en las dos facetas! Yo me quedo con la primera, que es la más creíble, pero aún así con todo, ¡sublime!

Ahora ya pasaré a relatar la película en orden cronológico. Una chica de ciudad llega a un pueblo de montaña y ya nada más llegar tiene un percance con varios de los lugareños, que serían, dos noches después, los descomedidos agresores de la pobre joven. Lo cierto es que la película no tiene muchos elementos de terror propiamente dichos, es más bien una cinta de venganza ilustrada con unas instantáneas de lo más salvajes y brutales, con un nivel de escabrosidad de las imágenes difícil de alcanzar, algo que agradezco. La realización es impecable, mejor no se puede hacer, por lo que el 'Muy Buena' ya estaba asegurado. La agresión fue de dimensiones inimaginables, duradera y nada que yo os pueda explicar o relatar se puede equiparar que verlo con vuestros propios ojos, solo digo que para los amantes del cine de terror slasher, inconformistas muchas veces con los lastres más habituales en los que recaen las películas, esta es la vuestra. Laos giros y las escenas de 'subidón' propias del género tampoco faltan, es una película completa, lo que se dice un espectáculo en toda regla hecho expresamente para ser disfrutado.

Veinte minutos de tortura explícita, ensañándose con maña con la pobre joven de todas las maneras imaginables, un trabajo gustoso que aumenta exponencialmente su valor al estar abordado continuamente por dosis de humor soez y grosero (cualidad de la que hablaré más detenidamente abajo), que para mí han sido como insurrecciones en el despliegue del culmen de la orgía angustiosa que estaba presenciando en la pantalla, hecho que también sirve para rebajar la tensión y observar el panorama con soltura e incluso llegando a disfrutar plenamente con lo que estaba viendo.

Lo cierto es que esas escenas llegaron a plantearme un dilema moral en mi interior, yo veía la violación, el abuso y no podía dejar de disfrutar y además esas dosis de humor, tan brillantes, tan ingeniosas, tan salvajes hacían que me sintiese identificado. No con el pobre Matthew, que aparte de ser disminuido puro y duro, lo que se dice un completo subnormal, su particular 'estreno' lo dejó al parecer peor de lo que ya estaba, pero sí con los tres protagonistas. Y el humor, traído en frases, buah, la polla. Entre las risas sobre Matthew, que el tonto se hiciera un hombre, entre las crueles obscenidades, entre 'las bromas' (sobre todo las verbales) entre los tres amigos son impagables. Pero lo que fue más es la transformación del apacible sheriff en un colosal y desmedido degenerado erigiéndose en lo que se conoce 'Hombre de Culos'. Esa frase que le dirigió a la pobre Jennifer, que es asimismo el título que reza sobre los comienzos a mi crítica me dejó no voy a decir con las pelotas llenas, pero sí me produjo como una increíble mezcla entre la satisfacción, sobrecogedora impresión y gracia. Y luego el otro amigo 'rellenando el agujero de delante'... ¡Qué ensañamiento, pobrecita, la dieron por todos los lados!

El máximo de humor fue cuando las cosas se les empezaron a complicar a los cuatro pertubados, ver esas discusiones que mantenían con esos degenerados ademanes de animadversión mutua y el temible 'sheriff' que prometía 'cortarle la retardada polla de Matthew cuando le encontrara'... O con el gordo: "¿Qué has hecho con la cinta? ¿Te las has comido?" O luego, cuando averigua, colérico, que la cinta con el crimen que había destruido previamente, era falsa, y que la auténtica había desaparecido, misteriosamente. Sus amigos que le achacaban su error garrafal llamándole 'seboso mirón depravado' se quedaron estupefactos y salieron en defensa de su amigo. xD Brutal, cómo me he reído. El 'sheriff' que me recordaba a Rex Linn con bigote o a algún otro malo bigotudo de otras películas que estaba empeñándose en que el gordo se comiera la auténtica cinta que había llegado a las manos de su familia cesó en su firme propósito y miró a Johnny, (actor que me recuerda al protagonista de 'The House of Wax', pero no, no es él, como ya pude comprobar) estupefacto y a contuinuación pidió que resolvieran qué demonios es lo que estaba pasando y que hiciesen algo al respecto.

spoiler

Entonces ya es cuando llega la venganza de Jennifer, que más bien parecía premeditada y que se logra de una manera un tanto incrédula. Pilla a los cuatro protagonistas por sorpresa, desprevenidos y les da su castigo merecido, con un ensañamiento y un sadismo no menor que el que le hicieron a ella y de unos modales sorprendentemente groseros y totalmente equiparables a los que fue sometida y con una vertiginosidad pulcra e impecable, que no hace que te preguntes las cosas más de una vez. Tremendamente efectista. Mala baba 100%. No hay que ser un lince para determinar que tras la dicha agresión, la psicología de la protagonista ha cambiado por completo, eso como apunte.

Y fue lo que me hizo cambiar de parecer radicalmente acerca de mi decantación por la predilección o al menos el no rechazo que sentía por los hombres, realizadores de las despiadada agresión. Y es que esta vida es justa, recibes lo que das, recoges las cosechas de lo que siembras y no puede ser de otro modo, por mucho que nos pese o no lo queramos creer, o que nos amparemos desesperadamente en otros ejemplos históricos que aparentemente quedaron impunes de los males que han realizado a lo largo de su vida o en una absurda creencia religiosa, ya sea católica, cristiana, judía o aramea, que al final de nuestra vida habrá un señor misericordioso que nos personará si nos arrepentimos y entonces iremos a los cielos para sentir el goce y el jubilo absoluto en una vida eterna.

Por ejemplo Franco. Que jeta y que suerte tuvo ese hombre, ¿verdad? 82 largos años jodiendo a ton ni son y parece que se ha ido de rositas. Ya, pero tú no sabes cómo se sentía ese hombre en el día a día... Igual le ha llegado el peor castigo imaginable en forma de angustia abrasadora interna, peor que cual penitencia física imaginable. O Hitler, que huyó por la vía rápida. Pero se rumorea que el miedo que tuvo en sus últimos días de vida no es equiparable tampoco a nada. En fin, a todo cerdo le llega su san Martín y tú marcas la fecha de tu personal festividad con tus propios actos. Así que ya saben aplíquense a la moraleja.