
De la intriga a la excitación
Sin spoilers
La nueva película de François Ozon es intrigante al principio, un thriller erótico en el que quieres saber la verdad, qué hay detrás de dos gemelos que parecen jugar al ratón y al gato con Chloé, la protagonista. Pero lo que viene a continuación es aún mejor. La trama se vuelve excitante, no sólo se circunscribe al punto de vista del personaje de Marine Vatch sino que habla de su deseo, de su guerra abierta consigo misma, de su percepción y de su lucha entre lo bueno y lo perjudicial, entre el deseo común y el pecado a guardar debajo del colchón.
Además, es valiente en su comienzo con un plano vaginal introspectivo que pocas veces el espectador habrá visto en el cine y que no se queda en el puro artificio de la imagen sino que tiene un simbolismo que representa el dilema interior de Chloé. El montaje juega con la dualidad y los actores protagonistas son un auténtico deleite. También hay momentos en los que la trama se aprovecha de un cierto terror social, como pasa con la vecina de Chloé.
Lo único cuestionable de 'El amante doble' es una exacerbación de la violencia de género que no es necesaria para hablar de perversiones y del lado oscuro del deseo. Los momentos violentos de la película resultan bastante grotescos.
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