¿Era necesaria?

En estos tiempos que corren, ya nos hemos acostumbrado a que nos invadan con remakes, reboots, secuelas tardías y derivados de aquellos títulos que hicieron furor en las décadas de 1960, 1970 y 1980 (ahora ya han empezado con títulos de los años 90, así que nadie se salva de pasar por la máquina remakeadora). En realidad, y sobre todo los amantes del cine de terror, deberíamos estar más que acostumbrados al remake, pues es algo que ha venido ligado al género desde hace décadas, pues son muchos los clásicos de los 50 que ya son eran remakes.

El principal shock viene dado en el momento en que "la nueva versión" en cuestión llega habiendo dejado que el tiempo que pasase entre la original y esta, sea poco. Y eso es lo que le pasa a 'Cabin Fever', basada en el título homónimo y a su vez ópera prima de Eli Roth, estrenada en 2002. Tan solo han pasado 14 años desde que se estrenase, y aunque no se trate de una de las películas definitivas del cine de terror del nuevo siglo, en ella sí que se podía vislumbrar algo del talento de un prometedor Roth (talento que perdió tras rodar 'Hostel 2', seguramente por culpa de su faceta de "asistente a festivales de cine donde puedo irme de fiesta", que acabó superando a la de realizador), en la que el gore y la mala baba se daban la mano para mostrar un título gamberro y hecho con dos duros.

¿Qué nos cuenta la nueva 'Cabin Fever'? Exactamente lo mismo, sin aportar nada nuevo y con la única finalidad (imagino) de acercarse a las nuevas generaciones. Para más inri, el proyecto surge de la propia mente de Eli Roth, quien no contento con torturar a su público y rodar inmundicias del tamaño de 'Toc Toc' o defraudar a diestro y siniestro con 'El Infierno Verde', también se dedica a producir para ganarse un dinero rápido. A pesar de tener un par de momentos bastante burros, corrobora que Roth ha pasado de ser una joven promesa del terror a un vendido del sistema hollywoodiense sin talento ni gracia.