
Todo por Redmayne
Sin spoilers
Una película no debería ser sólo la actuación de uno de sus actores pero, con 'La chica danesa', ocurre (casi) eso. Y, quizá, no sea tanto culpa de la cinta sino de mi persona: Eddie Redmayne ya me cautivó en 'Les Miserables', me conquistó en 'La teoría del todo', y aquí no me ha decepcionado. Es un genio de la interpretación: sus gestos, su voz, sus lágrimas, su mirada, su sonrisa. Todo calculado al milímetro para ir cogiéndote el corazón poco a poco.
La historia, sin embargo, no termina de explotar hasta su segunda hora, cuando comienza a tomar el control Lili por encima de Einar. Todo lo anterior es bonito de ver, sufrido de observar, pero no termina de hacer el daño que debería hacer en el espectador. Puede que Hooper no quisiera abogar por la lágrima fácil y de ahí la frialdad con la que trata la mayoría de las escenas pero yo hubiese preferido más sentimiento para poder empatizar más con los protagonistas.
Vikander está muy correcta, notable, pero tanto como dicen que se come a Redmayne en muchas escenas, desde mi opinión, no. Incluso, me parecería más certera su nominación por 'Ex Machina' que por ésta. Aún así, también tiene escenas en las que brilla y se intuye en ella un potencial que pide a gritos ser explotado (aún más) en el futuro.
'La chica danesa' podría pasar por un bonito telefilm de la BBC sino fuera por ese titán interpretativo que la sostiene. Hooper podría haber hecho más con ella. Mucho más.
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