Sensibilidad y detallismo

La sensibilidad y el detallismo son las dos principales características que reúne la chica danesa. Esta película ha sido nominada recientemente a varios Óscar, y no sería ninguna sorpresa que alguna de las ansiadas estatuillas de oro terminaran en manos del redondo equipo que hace de este proyecto una realidad. Desde el principio se relata la historia con una emoción particular, tratando un tema tan difícil como puede ser el cambio de sexo con una naturalidad propia de Tom Hooper (el director, también conocido por la aclamada película el Discurso del Rey). Y es que esta operación que hoy en día puede parecer habitual, y que aún sigue sin ser respaldada por todo el mundo, hace menos de un siglo era impensable. Así pues, se cuenta la vida de un hombre que después de vestirse de mujer en varias ocasiones para servir de musa a la chica que quiere, se encuentra más a gusto de esa manera que en su propio cuerpo. De esta forma, Einar (el protagonista) acopia el suficiente arrojo como para convertirse en una mujer: Lili.

Lo más notable de este largometraje son las interpretaciones y la impresionante puesta en escena. La actuación de Eddie Redmayne no requiere ni comentarios, pues este joven actor que ganó con tan solo 33 años un Óscar es excepcional, y siempre pone todo su ser para que creamos que es realmente el personaje al que da vida. Sin embargo Alicia Vikander ha resultado una completa sorpresa. Ya era conocida por tener una considerable filmografía para su edad, pero creo que nunca la hemos visto de esta forma. Se mete en la piel de Gerda, y dejamos de verla para poder observar en su lugar a una compleja mujer que tiene que lidiar con una importante decisión por parte de una de las personas a las que más ama y sus consecuencias. En lo que a la puesta en escena se refiere, es espectacular. El vestuario es perfecto, y te sumerge totalmente en los años 20. Por otro lado, el montaje está muy cuidado, y la banda sonora aporta a cada escena la capacidad de ponerte la piel de gallina y emocionarte. Esto lo logra a través de su toque nostálgico y melancólico de piano que acompaña los momentos más intensos. Y por último, la fotografía de Danny Cohen es preciosa, con planos impecables y paisajes magníficos que hacen que desees estar en esos precisos instantes junto a los protagonistas.

En cambio no todo es perfecto en la chica danesa, y como en todo, hay un pequeño pero. Para mí, el "punto negativo" es que tal vez hubiera estado aún mejor si se hubiera ahondado un poco más en cómo se sentía Einar al final. Esto es un detalle concreto, pues es una observación que tal vez si se hubiera llevado a cabo habría sido una mala idea, pero esta es mi humilde opinión.

En conclusión, es una película completamente recomendable que, tanto si te interesa el tema que trata o no, te va a dejar un buen sabor de boca por los actores y el notable trabajo que hay tras esta hermosa cinta.