Zapatero, a tus zapatos

A pesar del enorme esfuerzo, a pesar de la brillante realización, de la buena dirección de actores, de un montaje correcto... este no es el Tornatore que se destapó como un creador y manipulador de emociones tan eficientes como vimos en "Cinema Paradiso" o "Malena". Ahora Tornatore quiere jugar a ser Hitchcock, con un thriller realmente dramático, narrando la vida de una mujer ucraniana de terrible pasado que entra a trabajar como asistente de una familia pudiente. El mayor problema que tiene la cinta, es quizás también lo que podría haber sido su mayor grandeza; es decir, la alternancia en el guión entre el presente y el pasado termina diluyendo la fuerza de ambas historias, que van perdiendo paulatinamente fuelle -en realidad son tres o cuatro historias las que se van solapando en flashbacks un tanto aleatorios-. Hay que reconocer el esfuerzo que el director ha realizado a la hora de "parecerse" al cine clásico de los 50 -con una banda sonora de Morricone que homejanea al mejor Bernard Hermann- pero el resultado ha sido algo decepcionante. Fue la gran ganadora de los premios italianos del 2007 -recordemos que es una producción de 2006- y también de los pasados premios de la European Film Academy (EFA), pero a la hora de acercarse al público llano que accede a las salas, no es una película fácil de ver. Entre otras cosas, por el discurso que lanza sobre la inmigración: prostitución, chantaje, violencia y todo tipo de lindezas que al parecer envuelven inexorablemente a los inmigrantes venidos del este; además es un tema que todos los habitantes "normales" repiten incesantemente: el portero de la casa donde va a trabajar, la señora a la que atiende, otras asistentas... Vamos, que si eres del este, y vienes de inmigrante a un país que no es el tuyo, fijo que tienes un pasado tremendo que oculta las mayores barbaridades. Incómoda de ver, y algo larga en su metraje, "La Desconocida" es un film quizás anacrónico, tanto por la articulación del mensaje, como por el mensaje en si: a día de hoy ya tienen poco sentido las fronteras, las nacionalidades, los países y la "integración" cada vez es más normal y natural, hasta el punto que llegará a desaparecer tal integración. Europa ya no tiene 12 miembros, sino muchos más. Con el tiempo más y más, hasta formar una comunidad que llegará a ser global. Por eso, en tiempos de la aldea global, ¿Hay lugar para el racismo? Por eso, Tornatore haria mucho mejor en centrarse en lo que sabe hacer y domina , y no meterse en camisa de once varas. Zapatero, a tus zapatos.