Peligrosa confianza

En la era de 'Prison Break', siempre es positivo echar la vista atrás y recordar los clásicos que han motivado que el drama carcelario sea un subgénero tan potente. La carga dramática inherente a cualquier personaje encerrado contra su voluntad, aunque pueda haber razones que motiven esa reclusión, es tan poderosa que artistas visuales como Robert Bresson han sacado todo su provecho para reflexionar sobre la naturaleza humana y el desafío que supone un plan de escape. Otro francés ilustre que recurrió a este planteamiento fue Jacques Becker, elaborando uno de los mejores relatos de compañerismo y traición de la historia del cine. Cuatro presos a la espera de juicio planean su huida, cuando llega un quinto cuya acusación está en el aire. La tensión se mantiene latente durante todo el metraje, suavizada correctamente por la comprensión absoluta entre sus protagonistas. Al igual que Bresson, Becker muestra con detalle la artesanía de las labores de escape, pero en el caso del segundo, hay un mayor recorrido por la cárcel, y el factor diferencial es el de las elaboradas relaciones humanas. Seas quien seas, la libertad es tu objetivo.