Un milagro del cine

Por desgracia, soy demasiado joven para haber tenido la suerte de haber ido al cine en la época de su estreno. Sin embargo, puedo imaginarme cómo podría ser que un niño de esa época acudiera a su butaca y se le quedara la boca abierta viendo todas esas peripecias, monstruos, disparos lásers, naves espaciales...

George Lucas transforma la idea que el cine tenía sobre el espacio, un lugar vacío de todo elemento, donde los astronautas vivían tormentosas experiencias en soledad, como lo describió Kubrick con su "2001: Una Odisea en el espacio". Es entonces cuando deja de ser un sitio hostil, incorporando toda clase de aventuras, mitología, planetas exóticos, extrañas criaturas...

Las grandes películas ya no tenían por qué ir dirigidas a un público adulto, esta cinta podría maravillar a todas las edades, iniciando así el fenómeno blockbuster, que a pesar de sus partidarios y detractores, es innegable que aporta al cine una grandiosidad única.

Otro factor crucial fue la banda sonora compuesta por John Williams, una música clásica al estilo 2001 pero modernizada del mismo modo. La música se convierte en un personaje más, casi como un narrador omnisciente que nos habla de las emociones de los personajes, y que se nos queda grabada para que siempre que la escuchemos la asociemos con el film.

Probablemente Lucas pensó que una historia de semejante calibre necesitaba no menos de una, ni de tres, si no de seis películas para desarrollarse como él había planeado.

En las tres modernas, el director se centra más en los efectos especiales que tan bien le funcionaron. Además, añade siempre algún detalle de la trilogía anterior, como que Obi-Wan pasa a ser personaje clave, o la aparición de los clones, o un Yoda más cuerdo... añadiendo personajes nuevos como Qui-Gon, Padme, Mace Windu...

El episodio III es la sublimación de la trilogía, con una épica batalla final.

Aunque sin duda alguna, lo más valorado será siempre la trilogía original. Tres cintas que lo tienen todo: Luke, el héroe de las aventuras, Han Solo, que se encarga de insertar dosis de humor, así como las conversaciones entre R2-D2 y C3PO, y demás buenos personajes, como Leia, Chewbacca, Jabba..., y sin duda alguna, uno de los más recordados villanos del cine, que inspira temor nada más verlo aparecer en la pantalla: Lord Darth Vader.

La historia es simple, pero bien adaptada, una rebelión contra un Imperio, pero maximizado a toda la Galaxia, incorporando toda la filosofía y doctrinas Jedi y Sith.

Dentro de estas tres, todas tienen su función: la primera, la introducción del héroe a su causa y el resto de personajes; la segunda, que si bien no tiene un comienzo explicativo al ser secuela, ni un final concluyente al ser a su vez precuela, posee quizás los momentos más memorables, como las pícaras conversaciones entre Han y Leia, el viaje del Halcón Milenario entre los asteroides, la aparición de Yoda, la verdad que Darth Vader le revela a Luke al final...

La tercera (o VI) ofrece la conclusión final, aparece por fin el Emperador, y el bien se restaura en el Universo.

Y a pesar de todo, siempre hay cabida para añadir cosas nuevas, como por ejemplo, el genial argumento que se situaba entre los capítulos III y IV que emplearon en el videojuego "El poder de la Fuerza".

Star Wars rompe con el tópico de que "un libro ofrece más que una película", ya que una historia así uno no se la puede imaginar en la literatura, ni siquiera en cómics, no te queda más remedio que sentarte frente a una pantalla y dejarte embaucar vista y oídos ante uno de los milagros que solo el cine puede ofrecer.