Una copia tan bien hecha como innecesaria y previsible

Los fans del universo Star Wars pueden estar tranquilos: JJ Abrams no ha mancillado el legado de su saga favorita. Ahora bien, a diferencia de las precuelas con las que George Lucas quiso innovar y pinchó, 'El despertar de la fuerza' es una continuidad tremendamente fiel a la trilogía original, tanto que, sin nada nuevo que aportar, se convierte en un film tan bonito a nivel estético como previsible a nivel argumental. Y lo que es peor, sienta las bases de una telenovela interestelar con hijos, primos, tíos y sobrinos ocultos que Disney puede estirar hasta dentro de un tiempo muy, muy lejano.

No hacía falta ver la película para saber que 'El despertar de la fuerza' se había rodado con una mano en el corazón y otra en el bolsillo. Pero viéndola se confirma, lo cual en absoluto quiere decir que sea malo. Tras un esperpéntico Jar Jar Binks que no terminó de agradar, las -escasísimas- novedades de 'El despertar de la fuerza' no han salido de la mente de JJ Abrams, sino del despacho de marketing de Disney y, a buen seguro, bajo el visto bueno de varios focus group.

De ahí no sorprende que Disney haya conseguido llenar las salas de niños incluso menores de 7 años que babean por BB-8, el nuevo droide con forma de billete de 100 dólares protagonista absoluto de 'El despertar de la fuerza'. Se agradece al menos que hayan apostado por caras nuevas, y tanto Daisy Ridley como John Boyega están correctos en sus papeles, aunque la química entre ambos brille por su ausencia. De las interpretaciones de los noveles sólo destaca la de Adam Driver, el gran acierto de casting de filme con un personaje, desgraciadamente, demasiado parecido al de Darth Vader.

Porque todo en 'El despertar de la fuerza' juega sobre seguro. Sólo el personaje de Finn deja entrever una trama más rica en lo que es una película tan previsible que en todo momento sabes qué va a pasar después y hasta cómo va a acabar. No estábamos pidiendo que JJ innovara y se marcara algo fuera de lo que es la saga pero quiero creer que el Universo Star Wars daba para algo más que un calco de 'Una nueva esperanza'. Sobre todo porque si no tienes nada nuevo que aportar, la película se convierte en innecesaria, y ese es precisamente el gran fallo que marcará su poso futuro.

Nolan supo hacer un reboot de la saga Batman manteniendo la esencia pero a la vez añadiendo una pátina de novedad tanto en la estética, como en los personajes, como en la narración. Tal vez Disney no estuviera dispuesta a arriesgar tanto, pero desde luego no tendría que haberlo hecho tan poco. Es lo mínimo que le podemos pedir al cine.