La magia del cine

De eso se trata, de una película que, según mi criterio, intenta transmitirnos que nunca es tarde para recuperar la ilusión, que no hay que tener miedo y hay que perseguir los sueños; y este mensaje, hoy en día, es de los más útiles que se pueden dar. Escorsese lo logra mediante unos efectos visuales, una dirección de arte y una fotografía que destilan saber hacer, sensibilidad y nostalgia a lo largo de toda la película, todo un ejercicio de homenaje a los tiempos del ilusionismo más clásico y los orígenes del cine.

La trama principal, contada desde el punto de vista de Hugo, decae en intensidad o interés durante unos minutos (o al menos ésa fue la sensación que tuve yo, de que la película se volvía un tanto ñoña y predecible) una vez se ha presentado el mundo del protagonista y sus motivaciones y aparecen los personajes secundarios, pero después llegan las sorpresas y logra remontar notablemente hasta el final del film.

Los actores están correctos. Algunos secundarios (especial mención a Sacha Baron Cohen), están geniales; y me decepcionó un poco, en momentos puntuales, la interpretación del niño protagonista, Hugo. Pero... "al tiempo"! Que todavía es muy joven.

Con todo y con eso, la película no se me hizo larga en absoluto, me pareció original y divertida, mágica, y la recomiendo encarecidamente a todos, en especial a los que quieran descansar de tanto tiro y tanta muerte.

La versión 3D de Hugo, por cierto, es la primera que no me genera una sensación de "haber sido timado", y me pareció muy bien aprovechada, sinceramente, con momentos (pocos, no nos engañemos) en los que realmente tienes la sensación de que las cosas se salen de la pantalla.